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—¿En serio te dijo eso?

—Normalmente no me hubiese importado—se sincera—, pero si lo hubieses visto no le hubieses creído por completo. ¿Quién no sonríe con sinceridad por una vez? 

Chanyeol e Irene se encontraban tirados en el césped del campus, desparramados más bien, la maestra Khang había cumplido con su cometido de exprimirles el cerebro al pedirles que compusieran una melodía que transmitiera tristeza, pero la bruja, como suele llamarla Irene, no estaba satisfecha con su trabajo hasta después del vigésimo tercer intento.

—Me parece que él en realidad tiene algún complejo con su personalidad.

—¿Tú crees?—Alega, pellizca el costado de la fémina—. Estábamos hablando tan bien, me cuesta creer que estaba fingiendo.

—No me toques, gigante—protesta, de un golpe lo aleja, se sienta sobre el césped quitando algo de tierra de su pantalón jean negro—. En conclusión disfrutaste pasar tiempo con él, por lo que es sinónimo de que estás a nada de que te guste.

—No creo que sea algo malo, ¿sabes?—Acomoda su cuerpo de modo que su cabeza reposa sobre el regazo de su amiga, piensa en la, demasiado extravagante, blusa turquesa que se carga—. ¡Son casi cuatro meses en los que no me intereso en alguien! Eso, enana, es un logro descomunal para mi y lo sabes.

—Todo iba tan bien, ¿no puedes enamorarte de alguien normal?—De su bolsillo saca a la luz un pequeño espejo, procede a observar su rostro y luego ver si su trenza francesa seguía intacta—, aunque siendo sincera los dos se ven bien juntos. Como que se armonizan o algo, son lindos.

—¿De verdad...?—Su pequeña felicidad se va reduciendo, junto a su sonrisa, al ver la mueca de enfado de la pequeña mujer—. ¿Qué pasa?

—No te ilusiones.

—¡Oh, vamos! No es como que espere que se me declare  o algo. Solo me gusta pasar tiempo con él.

—Precisamente por eso es que no quiero que hables con él—deja de lado su aspecto para jalonear una de las orejas del alto—, te conozco y con cualquier cosa te vas a ilusionar y no quiero verte en esa etapa depresiva de autocompasión; Chanyeol, si no te corresponde algún idiota es por que está lo suficientemente ciego como para dejarte ir. Vales mucho—el aludido se siente amedrentado—, no me importa si es a golpes si hago que lo comprendas.

—Ya entendí...—Ambos se sobresaltan al escuchar un par de chillidos, Chanyeol queda anonado al ver como Baekhyun prácticamente se le había lanzado a Sehun, a su Sehun.

Bueno, en su mente es su Sehun. No lo juzguen, simplemente le emociona tantito pensar de ese modo, pero el punto aquí es el por qué Baekhyun, el mismo que lo rechazó tiempo atrás, estaba restregándose como un maldito gato contra Sehun. 

No es que Baekhyun le cayese mal, al contrario, seguían siendo amigos medianamente cercanos pero le sorprendía sin duda semejante acto de apareamiento por parte del peliplata. Sabía que en sí siempre había sido coqueto... ¡Pero se le estaba insinuando de más! Santo dios.

Baekhyun le habla coqueto y campante colgado del brazo de Sehun, quien no hace más que responder a su acoso, al menos catalogado de ese modo por Chanyeol. Se siente algo frustrado por que él nunca ha sido así, nunca a podido ser coqueto, no es lo suyo, prefiere una conversación amena y divertida que... Sonreír fingido y insinuarse.

¿Qué acaso ya no hay decencia en el mundo?

—Por lo menos muestra educación y míralo sin querer ponerle una estaca en el pecho.

—¿Se me notó mucho?—Ironizó ofuscado—, abstente de hacer tus comentarios por favor.

—Estoy en todo mi derecho a expresar mi opinión.

Ilusión › ᴄʜᴀɴʜᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora