Selena es una adolescente de tan solo 13 años y pronto 14, aunque por su físico y madurez parecía de unos años más, es inteligente, simpática, pero al verla a simple vista pareciera de esas chicas fresas y populares, pero no, ella odia que la gente...
-míralo...- sonreí como tonta con mi barbilla apoyada en mis manos mirando hacia Mi amor platónico,irónico e ilógico- es tan hermoso- exclame sonriendo haciendo que un suspiro se escapara de mis labios.
-Selena, ya déjalo, llevas enamorada de él desde...- dijo en tono aburrido Taylor recordando una fecha aproximada- jardín de niños- me miró rodando los ojos.
Ambas estábamos sentadas en las bancas de la cancha de baloncesto, le insistí como loca a Taylor para que al terminar las clases viniéramos a ver la práctica de Zayn, jamás me las pierdo y no solo porque Taylor prefiriera ir por un café me la perdería, así que me las ingenie y le pedí a Demi que la distrajera mientras yo corrí hacia la cafetería que estaba más Cerca lo más rápido que pude y en un Santi amén volví con tres cafés (en oferta por cierto).
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-Déjala Tay- rio suavemente Demi mirándome con ternura- Sel jamás lo dejara, pero si eres su amiga deja que siga sus sentimientos- la miró elevando una ceja haciendo que Taylor suspirara cansada y luego me mirara asintiendo con una sonrisa en sus labios.
-está bien, pero si me perdí una tranquila platica en la cafetería que por lo menos valga la pena- me sonrió maliciosa haciendo que yo abriera en grande los ojos y la mirara asustada.
-no...- negué levemente mirándola.
-si- asintió rápidamente y sonriendo haciendo reír a Demi la cual me puso sus manos en mis hombros.
-Taylor, no- la mire suplicante pero ella solo me ignoró y poniendo sus dedos en sus labios silbó haciendo que Zayn y sus amigos miraran a todos lados buscando de donde había venido el llamado.
-¡hey! ¡Zayn!- le grito Taylor parándose y levantando el brazo moviéndolo de un lado a otro sonriendo.
-¡Taylor!- la regañe en un grito a la vez bajo mientras ella solo me miró de reojo sonriendo divertida.
Zayn sonrió con su ceño fruncido y le dio la pelota a uno de sus amigos para subir extrañado por las largas y blancas bancas hacia nosotras, entre en pánico y trate de huir pero aun las manos de Demi estaban en mis hombros deteniéndome- hola- nos saludó Zayn mirándonos y sonriendo se sentó al lado de Taylor la cual le sonrió inocentemente.
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