Selena es una adolescente de tan solo 13 años y pronto 14, aunque por su físico y madurez parecía de unos años más, es inteligente, simpática, pero al verla a simple vista pareciera de esas chicas fresas y populares, pero no, ella odia que la gente...
¡Ay! ¡Ya valí! ¡Yo ni cabalgar se! ¡Seguro hasta me caigo del caballo y ruedo por los suelos mientras Andrea y esos dos idiotas se ríen de mi gran torpeza!
-No puedo aún analizar ni procesar el que hayas aceptado la invitación de esos dos individuos- reclamó Andrea cruzada de brazos mirándome molesta, estaba sentada en uno de los sillones puff junto con Arthur que estaba a su lado de manera cercana como evitando que se fuera de su lado.
-¡Yo no fui!- exclamé mirándola- fueron ese trío de taradas- apunte acusadora mente a Camila y a mis dos mejores amigas.
Andrea y yo las fulminamos con la miradas mientras estas levantaban sus manos en señal de paz mientras Y nos sonreían con inocencia.
-¡Oh vamos chicas! ¿Que tiene de malo cabalgar un rato con dos chicos guapísimos?- rodó los ojos Camila mirándonos obvia- Para mi no es ni una sola pizca de malo, créanme, cualquiera desearía estar en sus lugares- puso sus manos sobre su cintura mirándonos muy sonriente elevando varias veces sus cejas al cielo.
-¿Quieres que te enumere lo malo?- preguntó Arthur elevando una ceja con un tono molesto- con gusto te doy detalles y todo, así me dure todo el año- se cruzo de brazos mirando a Camila como la culpable de todo esto.
Bueno, en realidad lo era con sus dos cómplices, Taylor y Demi.
Estábamos todas en mi habitación, las chicas sentadas sobre mi cama.
Arthur y Andrea en un puff de mi habitación, era lo único que pude elegir por mi misma y no por los decoradores o mi madre.
Yo estaba en medio de todos, recién había podido escapar de los brazos protectores de Arthur, no nos dejaba ni a mi ni a Andrea retirarnos de su lado sentadas en el puff, fui liberada apenas se distrajo.
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-Arthur, Su-Pe-Ra-Lo -le dijo fastidiada Camila mirándolo cruzada de brazos rodando los ojos.
-Ademas no lo harán tan mal, según dijo Camila ustedes Cabalgan desde pequeñas, Andrea asiste a un club en Canadá para equitación , Tu sabes cabalgar igual de bien ¿no?- me miró sonriendo encogiéndose de hombros.
-Uy si, claro que puedo a pesar de no haberme subido a un caballo desde los 7 años- La mire sarcástica, está abrió los ojos como platos y me sonrió inocente.
-Veras que lo harás genial- me alentó Camila poniendo su mano en mi hombro, la mire elevando una ceja fijamente, sonriendo nerviosa y retiró su mano para sentarse entre mis nerviosas amigas.
-Lo siento- dijeron al unísono ahora dándose cuenta de su gran error mirando hacia abajo.
-Que no vayan y ya- sugirió Arthur sonriendo y mostrando sus adorables hoyuelos- ¡Problema resuelto! No me den las gracias- se encogió de hombros sonriendo de lado y pasando su brazo por los hombros de Andrea haciendo a la susodicha dar una suave carcajada por la actitud de Artie.
