Epílogo: Amor con amor, se cura

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Finalmente, había recuperado su no tan fabulosa vida normal consistente en insomnio por la noche, quedarse dormido por la mañana y llegar tarde a clases. Sin mencionar su tardanza en hacer los trabajos prácticos o esos cronogramas de estudio que no cumplía y solo adornaban su habitación porque los hacía con los colorcitos pasteles con olor a fresias que su mamá compraba para sí misma pero no usaba. ¡Después se preguntaba por qué su hijo era así!

En conclusión, había retomado lo que su adorado Minseokkie denominaba persona carente de motivación alguna perteneciente a las deyecciones salidas por el ano, conocido más vulgarmente como vago de mierda. ¡A que el amor de su vida no se pasaba de fino!

Sin embargo, eso no significaba que estuviera exento de problemas ni de situaciones un tanto perturbadoras o excéntricas. Y una de ellas, era la locura de las familias Kim.

En cuanto su madre llamó a la madre de Minseok empezó el mismísimo infierno. ¡Y cómo no! Si llevaban casi una década prendiéndole las velas a Santa Hyuna para que les haga el milagro de La Rosa de Guadalupe con viento y rosa blanca incluida. Y tal como esperaban, querían una cena familiar.

Puesto así, no tenía nada de malo pero la cosa fue escalando niveles cuando empezaron a llamarla “cena de pre compromiso”.

A Minseok casi le dio una SR cuando su familia se lo informó y Jongdae tuvo que recordarse decirle a su cuñado, que era el que le pasaba el chisme, que dejara de salir con niñas que recién tuvieran la edad legal porque un hombre de veintiocho años diciendo super rabieta era un tanto vergonzoso.

Y asumiendo las tareas de buen novio -más algunas presiones de la Mafia de las Madres Kim-, ahí estaba Jongdae yendo a buscar a su futuro pre prometido a los juegos del parque donde se escondía de niño.

Lo cierto es que esos juegos estaban del asco, tal vez la pintura nueva engañara a la vista pero si un chico se subía a la parte de arriba de la casita con toboganes, lo más probable es que el pie le pasara de largo. Pero desde que Chanyeol hubiera filmado su icónica escena ahí para la película “EXOrcizando el amor”, su madre, Presidenta Oficial del Distrito 8 de Fans de Park Chanyeol, se había movilizado para lograr que lo declararan “Lugar de Interés Barrial”.

Así que ahí estaba, agachándose como un imbécil para meterse en la casita y convencer a su novio -era tan raro decirle novio a Min Min- de no odiar a su familia o sino su amado doll oficial de Xiumin sufriría las consecuencias porque sí, la Mafia de las Madres Kim lo había secuestrado y cuando él se negó a hacer de mediador, su suegra apuntó a su bebé recién sacado del envoltorio con una manga llena de dulce de membrillo. ¡Puede alguien pensar en los niños!

Cuando fue capaz de hacer pasar su flaco trasero y acomodarse al lado de Minseok, ambos se quedaron en silencio. La verdad es que no sabía cómo abordar el tema “no te quieres comprometer conmigo, te entiendo pero me duele el orgullo” y es que era cierto. Como novio racional comprendía que Minseok no quisiera quemar etapas cuando ni un mes de relación llevaban pero como el manatí lisencéfalo que era, le pegó justo en el amor propio que Minseok hubiera huido como protagonista de novela europea del siglo XX que acaba de ser informado de su matrimonio establecido por sus padres. Pero no podía decirle eso o lo haría tragar arena, otra vez.

-Seok Seok -tanteó el terreno- ¿cómo hiciste para entrar? Tú sí tienes trasero –“¡Pero qué pedazo de genio, Kim Jongdae! Así hasta lo obnubilas a Einstein”-.

-La casita es de plástico y no pesa nada, así que la levanté y me metí.

-Ah, quedé como estúpida -Minseok empezó a reír-.

-Juro que no supero tu sticker de la vergüenza -se secó las lágrimas que le provocó la risa-.

-¡¿Crees que no lo sé?! Misteriosamente, todos los días tenías justo algo que comprar y en mi turno. Solo lo hacías para reírte de mí.

El Dios perezoso (Chenmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora