Especial 7: Nunca podré decir adiós

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En contra de los pronósticos dados por Junmyeon, sus compañeros de universidad, sus ex amantes, y las vecinas chismosas del barrio, su relación con Jongdae resistía las impetuosas tormentas del tiempo. O algo así pensaba Minseok que estaba enganchado a muchas novelas del siglo XVIII y que lo hacían usar un lenguaje pasado de época.

Por supuesto que a veces discutían pero eso incluso pasaba cuando eran amigos, así que tampoco le daba mucha importancia. Y sorprendentemente, Jongdae resultó ser demasiado bueno en una relación. Siempre atento, dispuesto a escuchar, sincero y amoroso sin empalagar; Minseok desconocía si era porque lo conocía desde chico o qué pero tenían un equilibrio saludable entre citas, salidas con amigos y asuntos personales.

Y la supuesta crisis, que debía ocurrir cuando él empezara a tener prácticas en el hospital y ya se la pasara viviendo ahí, nunca llegó. En un principio, estuvo preocupado pero Jongdae le decía que incluso era más sencillo; el tiempo que él estaba asistiendo a pacientes, su novio lo gastaba en su trabajo como asistente en un estudio de contaduría, estudiando para su título de post grado -porque no se conformó con graduarse de una carrera de grado- y tomándose las molestias de conocer a la pareja de su madre. Y luego, armaba sus horarios según los que tuviera él.

En conclusión, Jongdae dormía de noche cuando su novio tenía guardias y se desvelaba si este tenía la noche libre. Y Minseok no podía amarlo más; saber que se sacrificaba solo para tenerlo abrazado un rato, robaba su corazón.

Con respecto al ejercicio físico, no terminaba de entender si el estrés le exigía sexo descontrolado o qué pero así estuviera destruido, cayéndose en pie, en cuanto veía una superficie más o menos cómoda, atacaba a un Jongdae distraído aunque al final, el menor tuviera que hacer casi todo porque apenas tenía fuerzas para gemir y correrse. Al contrario no parecía molestarle mucho y Minseok sospechaba que todo eso de él rendido a su voluntad lo excitaba o despertaba algún fetiche raro de macho alfa pecho pelu-, en fin, macho por una vez.

En esas cosas pensaba, luego de un ataque de nostalgia, mientras aprovechaba que su guardia estaba muy tranquila. Aquello era un milagro de algún dios.

Pero por supuesto, en el instante en que lo pensó, todo se fue a la mierda. El griterío proveniente de la sala de ingreso lo agarró desprevenido y la cosa se puso de miedo cuando las llamadas de seguridad iniciaron.

Como el buen profesional que aspiraba a ser cuando se recibiera -mientras entrenaba su espíritu-, salió a auxiliar a su tutor. Pero tremenda sorpresa se llevó al ver a las enfermeras rodeando una camilla como guardaespaldas a la vez que los médicos intentaban abrirse paso entre una docena de chiquillas escandalosas. ¡¿Qué estaba pasando?!

Lo incógnita fue resuelta al observar que las chicas haciendo desastre tenían pancartas y carteles que decían “Chanyeol oppa, dame con todo lo que tengas”. Minseok sabía que se debía a su canción solista “Todo lo que tengo” pero debía admitir que eso sonaba a algo para mayores de edad.

Volviendo al lío ocurrido en urgencias, empezó un jaleo entre las enfermeras tratando de evitar que llegaran a la camilla donde obviamente estaba Chanyeol y las fans que trataban de recibir alguna respuesta del actor. En su opinión, debía estar bien inconsciente si no oía sus gritos.

Seguridad seguía sin llegar, así que a riesgo de demandas por maltrato, Minseok y los demás doctores empezaron a intentar romper la barrera humana y llegar hasta el paciente. Cuando alcanzaron el centro del lugar, iniciaron una inspección al cuerpo inerte; la única persona que pudo ingresar con la camilla fue el paramédico y les explicó que hubo un accidente en el set de filmación.

El Dios perezoso (Chenmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora