El Dios perezoso (Chenmin)

Especial 6: El amor indicado (Chenmin/Xiuchen)

Los primeros meses de una relación amorosa estaban llenos de lujuria y horas gastadas en la cama. Después de todo, era lo común en la mayoría de las personas -exceptuando a los mojigatos naturales y a los religiosos-. Pero contrario a lo esperado, Minseok y Jongdae no habían llegado a un equilibrio; llevaban ocho meses de relación y, aunque las citas, sentimientos y romance no escaseaban, su deseo mutuo seguía superándolos.

Luego de terminar de conocerse y comprender las preferencias de cada uno, avanzaron por lo que el otro quisiera intentar, continuaron mejorando lo aprendido y de ahí en más, se dedicaron a disfrutar sin inhibiciones.

Incluso ellos estaban un poco sorprendidos porque eran conscientes que no necesariamente el amor era directamente proporcional al sexo pero ellos parecían ser una excepción a la regla. Por lo que no era de extrañar que estuvieran en plan "adultos cachondos " ese jueves por la tarde.

Estaban a pocos días de terminar el semestre de la universidad y al ser el último año antes de la graduación -al menos para Jongdae porque Minseok y Medicina tenían para un tiempo más- estaban tensos como nunca. ¡Y era una excelente excusa para follar sin sentirse como pervertidos! Jongdae agradecía internamente que su madre estuviera trabajando porque Minseok era cada día más ruidoso.

-¡J-Jongdae! -dijo con dificultad mientras continuaba apoyado en la cama en sus codos y rodillas- Dime, que ya... que ya vas a ter-rminar -apenas logró finalizar mientras su novio embestía con fuerza-. ¡No puedo sostenerme!

Jongdae lo atrapó antes de que sus brazos se dieran por vencidos. Salió de su interior y lo ayudó a girarse para sujetar él mismo las piernas por detrás de las rodillas.

-Lo siento, estoy siendo algo rudo -confesó cerca de sus labios-. No creo que terminé aun -rió-.

-Cada vez estás más duro y lo haces más intenso -contestó mientras corría el cabello que Jongdae tenía pegado en su frente-, ¿tanto así me amas? Porque me siento especial -se ruborizó-.

-Siempre has sido especial, Seok Seok -rozó sus labios-. Incluso cuando éramos amigos significabas tanto para mí que supongo que solo era cuestión de tiempo hasta que te robaras todo mi mundo. Te amo tanto, Kim Minseok.

-Pues debo ser muy afortunado porque casualmente estoy enamorado del hombre que dice que soy su mundo -hizo que Jongdae apoyara su frente contra la suya-. Ahora termina de mostrarme tu amor para que pueda guardarlo en mi corazón.

Jongdae no mencionaría la palabrería romántica que últimamente su pareja usaba y que nunca lo había escuchado decirle a otros. En parte porque se sentía halagado de ser quien despertaba eso pero también porque sabía que se llevaría unos buenos golpes de castigo. Así que solo se dedicó a introducirse nuevamente en el cálido interior y retomar lo que estaba haciendo.

Minseok aferró sus manos en el cuello del contrario con la intención de hacer que lo besara y lograra acallar un poco sus gemidos pero Jongdae se negaba a ir más allá de un roce de narices viendo como el mayor tenía que recurrir a morderse los labios.

-Kim Minseok, deja de contenerte y gime para mí -el de abajo negó con su cabeza-. No tienes que avergonzarte -besó su cuello-, me gusta saber que te hago sentir tan bien como me siento yo ahora -y remarcó el sentimiento aumentando la velocidad-.

Finalmente, su resistencia se rompió y los sonidos llenaron la habitación a la par que las manos de Minseok bajaban por la espalda de su novio hasta las nalgas para empujarlo más dentro de sí.