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—Qué es lo que le has hecho a Jungkook— Namjoon entró a su oficina, Hoseok aún estaba tratando de arreglar el desastre que había hecho y rezando porque el hombre de informática logrará recuperar la información de su laptop.
—¿De qué hablas? — le preguntó preocupado sabiendo que lo había estado haciendo enojar los últimos días.
—Se ha ido, dijo que se tomaría unas vacaciones porque si te ve es capaz de ahorcarte.
—No le hice nada, es sólo que quiere protegerme como si fuera un niño, ya estoy lo suficientemente grande para tomar mis propias decisiones.
—Si ustedes siguen así, temo por su amistad.
—Se le pasará— le aseguró volviendo a recoger sus cosas.
Namjoon suspiró y se fue, lo miró irse y corrió por su teléfono para llamarlo, pero el número lo mando a buzón.
—Jungkook sé que te hice enojar, pero contéstame sí, Kook te lo suplicó no puedo vivir sin ti.
Colgó y esperó a que el menor viera su mensaje, se sentía bastante perdido, sin saber qué hacer.
Taehyung le había besado, le había abrazado y le había hecho el amor, pero nunca se había sentido tan amargó como ese día.
Era porque lo había visto con Jimin.
Sólo tenía que olvidar eso, Jimin se había ido, no estuvo cuando regreso al departamento lo que significaba que Taehyung lo había escogido a él, todo estaba regresando a su lugar, sólo faltaba que Jungkook le dijera.
"Aquí estoy, siempre estaremos juntos, tú, Nam y yo"
Entonces su vida volvería a hacer como era antes de que Jimin apareciera.
Tendría a sus amigos, tendría a Taehyung y la boda más hermosa del mundo.
—Señor Hoseok le ha llegado un paquete — su secretaria entró con una caja blanca y la puso en su escritorio.
—Gracias, puedes retirarte.
Miró la caja y sacó el traje blanco que usaría en su boda.
Todo iba a estar bien, él se iba a casar con Taehyung e iban a estar juntos para el resto de su vida.
Taehyung era... Taehyung era... Taehyung era... Un jodido infiel.
Le dolía el estómago sólo recordarlo.
La puerta de la oficina se abrió y Taehyung entró con una rebanada de pastel de chocolate. Hoseok rápidamente escondió el traje.
—Te traje esto, para que no pienses tanto en la huida de Jungkook y estés de buen humor, sabía tarde o temprano lo haría.
—¿De qué hablas? — le preguntó sonriendo y tomando la cuchara para probar el postre, Taehyung estaba siendo tan detallista, eso sólo significaba que se había arrepentido, que lo amaba.
—Eres tan tontito, no te diste cuenta a pesar de que él siempre estuvo como perrito faldero detrás de ti.
—No te estoy entendiendo nada— Taehyung le sonrió y le robo una mordida a la rebanada de pastel.
—Olvídalo, sólo no pienses en otras cosas que no sea nuestra boda, falta menos de cuatro días— le recordó.
Hoseok asintió —es lo único que espero.
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