Capítulo 6

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Espero que Cyrus niegue saber de lo que él está hablando, después de todo, he estado con él por dieciséis días. Jack sólo ha llegado hace un momento. Pero en su lugar, la expresión de Cyrus se desmorona, y se vuelve hacia mí.

—Lamento mucho mi engaño.

—¿Cuál engaño? —Miro de uno a otro, mi corazón golpeando—. ¿De qué están hablando ustedes dos?

Jack envaina su espada.

—Él  no es  mortal —dice—.  Ha estado mintiendo  todo este tiempo, ¿verdad, hermano?

Mi boca se abre. Un horror frío pasa a través de mí, tan helado y real que me estremezco, y miro a Cyrus.

—¿Hermano?

Jack sonríe.

—Voy a estar afuera mientras ustedes dos solucionan sus cosas. Pero cuando regrese, espero que él se haya ido.

Él sale de la gruta, dejándonos solos a Cyrus y a mí. No, no Cyrus. Nunca Cyrus.

—James —susurro, y él mira fijamente al piso—. Me mentiste.

Cualquier persona lo negaría. En realidad no me mintió, después de todo, nunca me dijo su nombre. Nunca clamó ser alguien que no era. Pero no me dijo la verdad tampoco. Pretendió no conocerme, y su forma mortal sólo era un engaño intencional.

James asiente.

—Lo lamento.

—Pero tú eras mortal —digo, aturdida.

—He estado buscándote desde que te fuiste, y recorrí el mundo en busca de este lugar. La única forma en que iba a poder mezclarme, era teniendo una forma mortal. Sabía que el bote se podría romper. Sabía que podía sentir dolor. Era un riesgo, pero por ti… —Aclara su garganta—. Por favor perdóname.

—Yo no… —Apago mi voz, y lo miro como si fuera la primera que lo viera. Es así de cierta forma—. ¿Por qué estás aquí?

Hace una mueca.

—Porque quiero que tengas la vida que mereces. No soy muy bueno con las palabras, pero te amo, Ava. Te he amado mi vida entera. No por como luces, ni por el horrible arreglo que mi padre hizo, sino por quien eres por dentro. Tú irradias. Eres el sol. Haces del mundo un lugar más brillante por el simple hecho de existir. Ves la belleza bajo la superficie, y la forma en que amas… nunca he visto algo más inspirador. Y lo que has hecho por mí en esta isla… —Sacude su cabeza—. Arriesgaste tu seguridad para sanarme. Tomaste medidas extraordinarias, cuando los demás me hubieran dejado morir. Le das esperanza a quien no la tiene, y esa es la persona a la que amo. Sólo desearías que me dejaras demostrártelo.

Abro y cierro mi boca, sin palabras. ¿Qué se supone que tengo que decir? ¿Qué espera él que haga? ¿Que me vaya de este lugar sólo porque me encontró, y me engañó para que cuidara de él?

—Nada ha cambiado, ya sabes —digo en una voz temblorosa que me traiciona—. Todavía amo a Jack.

—¿Incluso aunque Jack se ame más a sí mismo de lo que alguna vez te podría amar?

Retrocedo.

—No tienes idea de lo mucho que me ama Jack.

—Sé  que te dejó  sola con tu  bebé —dije James—. Sé  que se ha ido por suficiente tiempo para que te sientas sola y traicionada.

—Tú no sabes eso —murmuro.

—Vi la forma en que lo miraste cuando regresó. Si realmente lo amaras en la forma en la que dices, hubiera sido una mirada completamente distinta —dice—. Puedes amar a más de una persona, sabes.

Aprendiz de Diosa : el legado de los dioses (4ta Parte) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora