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Aquella noche la reina Liliandil no estaba logrando conciliar el sueño, muchas cosas pasaban por su cabeza, se giro para ver a su marido qué al contrario de ella, estaba durmiendo profundamente con una sonrisa en su rostro.

"Está soñando con ella, otra vez" Pensó la reina con evidente molestia, ya qué se frustraba cada vez qué eso pasaba, no podía creer qué después de todo este tiempo y lo qué pasaron juntos todavía seguía interesado en Susan, si bien era cierto qué eso lo supo desde qué se conocieron creía qué con el tiempo ganaría su corazón, pero al parecer no fue así y eso la llenaba de rabia.

Luego de dar varias vueltas en la cama, pensando en todo lo qué le preocupaba, decidió acabar con todo, haciendo lo qué creía qué sería justo, se levantó lentamente de la cama y luego de ponerse su bata, salió de la habitación, no sin antes fijarse qué su esposo siguiera igual.

El castillo estaba en silencio ya qué todos estaban durmiendo, excepto los guardias pero ellos estaban lejos de donde ella tenía qué ir y eso la alegraba, una vez qué estuvo en la habitación pasó silenciosamente hasta qué llegó al lugar.

-Ya no más, ya no voy  permitir qué sigas metiéndote con mi familia.- Susurró mientras veía el cuadro de la benévola, acto seguido rompió el cuadro y algunas cosas qué estaban de ella, en un acto de enojo, cuándo creyó qué todo estaba, salió del lugar y dejó todo cómo estaba salvo por el desastre qué había hecho, pero nadie sabría quién sería ¿verdad?.

Una vez qué ella estuvo en sus aposentos, se acostó al lado de su esposo y por primera vez en muchas horas ella durmió plácidamente pensando qué todo estaría bien a partir de ahora.

Lo qué la reina no imaginaba qué al contrario de acabar, aquello lo había empezado ya qué en ningún momento se dio cuenta qué dos cosas muy importantes habían desaparecido y además qué un guardia muy leal a los reyes de antaño y Caspian había visto todo.

                                           -.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Mientras eso ocurría en Narnia, muy lejos de allí Susan se encontraba en su cama, aquel día no había asistido a la universidad, no se había sentido bien y por más qué había intentado ir sentía qué no podía salir de la casa, muy interiormente sabía qué tendría qué quedarse y a último momento lo aceptó.

Además ese día parecía hacer más frío qué los anteriores, no dejó de nevar desde qué anochecio haciendo imposible trasladarse a la universidad, en cualquier otro momento hubiera llamado a su novio para pasar ese día juntos pero sería falso si lo hiciera, lo había estado evitando en todo momento y seguro iba a querer una explicación qué no sabía cómo dársela.

Aburrida y sin ningún tipo de inspiración para pintar, decidió leer un poco y a pesar de todos los libros qué cuidaba celosamente, ella agarró el libro del Señor Benson le había dado, le pareció raro al ver qué el libro volvía a tener páginas en blanco, pero ella estaba segura de haber visto escritos allí y eso la frustró.

Estaba por ponerlo nuevamente en su pequeña biblioteca, cuando sintió qué su departamento tembló lo qué pareció raro ya qué nunca había pasado, su mente inmediatamente recordó todo lo qué había pasado cuando era más chica, desde qué se separó de sus padres para ir a un lugar seguro, cuando Lucy encontró el bendito ropero, la pelea qué tuvo con la bruja blanca, la segunda vez qué fueron a Narnia y conoció a Caspian, todos los momentos qué pasaron juntos, su beso e incluso la sensación qué sintió al enterarse qué iba a casarse, a pesar de qué ella lo había rechazado con la excusa tonta de qué se llevaban muchos años de diferencia.

Mientras eso pasaba su departamento volvió a temblar, lo siguiente qué supo fue qué él aire se estaba yendo de los pulmones, necesitaba aire, sin pensarlo por mucho se dirigió hacia la ventana qué había y la abrió sintiendo la ventisca fría en su cara, cerró los ojos mientras disfrutaba la sensación qué le daba, sin notar qué su cuadro había regresado a su lugar habitual.

Sin poder evitarlo Susan empezó a hacer pequeños signos en la nieve, era obvio qué lo hacía inconscientemente por lo tanto al abrir sus ojos y mirar lo qué había estado dibujando sintió un dolor agudo en su pecho, el aire le volvió a faltar y está vez ninguna ventisca qué entraba por la ventana parecía aliviar lo qué sentía, muy pronto la benévola se encontraba en el suelo, sentía qué su cuerpo se adormecia y qué empezaba a desaparecer su visión, lo último qué vio fue la luz brillante proveniente del libro, seguido por la voz de alguien qué le decía algo pero esta vez ya no pudo entenderlo, aquello había llegado demasiado tarde.


A/N: ¿Qué les parece? En el próximo nuestra Susan vuelve a Narnia, ¿Cómo reaccionará Caspian al descubrir qué su santuario a su amada está roto? ¿El guardia directo el nombre del culpable? Espero qué me dejen su opinión y trataré de actualizar el jueves.

La venganza de JadisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora