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Los habitantes de Narnia estaban felices y los reyes de antaño le ayudaban al rey Caspian a gobernar con justicia el reino.


Aunque obviamente todos los habitantes sabían de la ausencia de la "benevola", pero eso no equivale que tenga su lugar donde los habitantes le iban a llevar flores e iban a conocer la historia de ella con el resto de sus hermanos.


Por otro lado Caspian parecía tener un buen matrimonio con la reina Lilliandil y su hijo Rillian era un digno heredero de su padre, era inteligente, valiente y justo. Ademas que era bueno con la espada gracias al rey Peter que desde que era pequeño el le enseño todo lo que sabia con la espada como en algún momento hizo con Edmund.


Ahora la mas pequeña de los Pevensie se encontraba leyendo un libro, mientras de vez en cuando miraba como sus dos hermanos practicaban con el príncipe Rillian, los miraba unos segundos y cuando el chico se daba cuenta volvía hacia su lectura.


Mientras tanto Caspian se encontraba en la biblioteca viendo como ellos se divertían haciendo diferentes cosas, una sonrisa apareció en su rostro mientras veía toda la paz que se hallaba en el reino con la ayuda de los tres reyes de antaño.


Pero lo que el no sabe es que esta calma no durara mucho, muy pronto algo sucedería que haría desaparecer la paz que tanto les costo conseguir.

Había llegado el día en que ella se enfrentaría a las personas que mal le hicieron daño, por fin hablaría con ellos y dejaría que ese rencor que tenia por la traición de esas dos personas, a pesar de que no había dormido mucho por ese extraño sueño que había tenido.


Cuando se levanto de la cama, se dio un rápido baño y se empezó a preparar para ir a la universidad, durante el tiempo que se hallaba preparándose, Susan no se dio de que el libro que siempre estaba en su mesa de luz había desaparecido y que el cuadro que había pintado también desapareció.


-No te rebajes ante ellos- la voz le hablo -ellos no merecen que pierdas un segundo de tu valioso tiempo-


-Tengo que hacerlo- contesto -no quiero tener dentro mio este sentimiento-


Susan admitió que estaba preocupada por ella, una cosa era escuchar esa voz que le hablaba de vez en cuando, pero otra cosa era contestarle, ella sabia que de apoco se estaba volviendo loca y no quería que eso pase.


-En el rencor se halla tu poder- la voz hablo nuevamente.


Susan se tapo los oídos rápidamente para tratar de no escuchar lo que le decía esa voz, pero era obvio que desde que apareció esa voz sus palabras se grababan mas rápido de lo que ella pudiera desear.


-No vas a lograr tu objetivo- se dijo a su misma -no me vas a volverme loca.- 


Se repitió muchas veces, tratando de ignorar esa voz, aunque también se hace mas fuerte.


-No es lo que quiero cariño- la voz volvió a hablar -Solo quiero que dejes de resistirte.


Sus padres siempre le habían enseñado a luchar contra todo que le hiciera mal, a ella y sus hermanos, no iba a permitir que esta extraña voz le hiciera daño.


Ella negó con la cabeza, pero mientras la voz seguía hablando ella sintió que se iba quedando sin fuerzas, que la fuerza de voluntad se estaba quebrando y que solo quería dejar de escuchar esa voz. Ella había hecho todo lo posible para que esa voz dentro de ella no gane pero no pudo contra ella, sabia que había ganado y que lo único que podía hacer era aceptarla para ver que seria de ella apartir de ahora.

La venganza de JadisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora