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Aquél día en Narnia había empezado bastante raro, había una tensión en el ambiente pero nadie entendía el porqué, el silencio invadía la mesa qué todos los reyes utilizaban para desayunar y nadie parecía querer romperlo, hasta Lucy qué siempre estaba hablando con Rillian o discutiendo no lo hacía.

Él silencio en el castillo fue interrumpido cuándo un soldado entró corriendo, se tuvo qué disculpar por inrerrumpirlos pero tenía qué decir algo muy importante.

-Su majestad, lo siento por interrumpir su desayuno.- Tomó aire ya qué había venido corriendo. -Han entrado a la habitación donde tienen guardado las cosas de los reyes de antaño y han robado las cosas de la reina Susan.-

Ni bien el soldado terminó de decir aquello, Peter, Edmund y Caspian se levantaron de su asiento.

-¿Quién lo ha hecho?- Exigió Peter enojado.

-No lo sabemos, su majestad.- Dio un paso hacia atrás debido a la exaltación de los reyes.

Mientras tanto el soldado iba diciendo cómo lo habían encontrado al lugar, Liliandil empezó a sentirse culpable, al ver cómo varias lágrimas caían del rostro de Lucy, al mismo tiempo qué sus hermanos mayores tenían los ojos húmedos, era evidente qué no querían llorar, sobretodo porqué querían ser fuerte para la menor, qué ya lo estaba haciendo.

Antes de  qué el soldado se fuera, el rey Caspian ordenó volver a construir la parte de la reina y poner vigilancia por las dudas qué alguien quisiera hacer lo mismo, lo qué molestó a Liliandil y a su hijo.

-Voy a buscar los objetos de mi hermana- Comentó Peter mientras se retiraba de la mesa, seguido por Edmund y Lucy.

Caspian quiso hacer lo mismo pero su esposa lo sostuvo de la mano, el mayor de los Pevensie pareció darse cuenta de ello y negó con la cabeza cómo diciendo qué no hacía falta, para después dirigirse a las caballerizas.

-Voy con ellos- Dijo el príncipe de Narnia y fue detrás de los hermanos.

Lo qué menos quería era volver a escuchar una discusión de sus padres, por el mismo tema de siempre, cuándo el llegó a las caballerizas, vio qué los reyes de antaño eligiendo por dónde iban a buscar.

-Lo mejor sería separarse- Comentó mientras se acercaba a su caballo. -Voy a ayudarles.-

Ninguno se opuso ya qué mientras más ayuda tenian más rápido encontrarían las cosas de la benévola qué era lo qué querían.

Lucy se encontraba bastante molesta, aún no podía creer lo qué había pasado, su hermana jamás había sido mala con alguien y no podía dejar de preguntarse ¿Quién fue? O ¿Por qué lo hizo?.

A diferencia de sus hermanos y Rillian, ella fue para otro lugar, desde qué escucho lo ocurrido tuvo un gran deseo de ir al bosque, cómo si algo dentro de ella le decía qué allí encontrarían lo qué estaba buscando.

No había avanzado mucho cuándo escucho un extraño sonido, pero familiar a la vez, lo buscó por todos los lugares pero le fue difícil hasta qué volvió a sonar y ahí confirmó su sospecha.

Rillian casi choca con los caballos de los reyes de antaño, porqué de la nada habían frenado, los dos hermanos compartieron una mirada y antes de qué el príncipe pudiera preguntar, ambos se dieron la vuelta y fueron cabalgando lejos de él, Rillian decidió seguir con lo qué habían venido a hacer aún confundido por la actitud de los Pevensie.

La menor no pudo evitar soltar un grito al encontrar el cuerno mágico de su hermana y a escasos pasos de eso, a su hermana, inmediatamente corrió hacia ella no pudiendo creer lo qué veía, después de todo este tiempo al fin había llegado a Narnia nuevamente.

Tenía ganas de llorar pero no lo iba a permitir, tenía qué ayudar a Susan, sin perder tiempo saco su frasco para curar las heridas y le echo unas gotas en la boca de la mayor, al ver qué tenía un golpe en la cabeza y sus labios estaban azules.

Lucy no pudo evitar desesperarse al ver qué no reaccionaba y a pesar de qué no quería dejarla sola, fue a buscar ayuda esperando qué alguien estuviera cerca, sus hermanos estaban a mitad de camino cuando se encontraron con ella.

-Lucy escuchamos el- Empezó diciendo Edmund.

-Susan está aquí- Lucy lo interrumpió  y después de eso se dio la vuelta para qué ellos la siguieran.

Peter y Edmund no sabían cómo reaccionar, era cierto qué habían escuchado el cuerno mágico pero jamás hubieran pensado qué ella había sido quien lo hubiera hecho sonar.

Pasaron varios minutos para qué llegarán al lugar donde Lucy la había encontrado, Peter se bajo rápido del caballo y cuando la diviso corrió hacia la pelinegra, aún no podía creer lo qué veía.
-El frasquito, Lu.- Le dijo y extendió su mano.

-Ya lo he hecho y no funciona.- Comentó decepcionada.

-Hay qué llevarla al castillo- Ordenó Edmund mientras qué la levantaba en sus brazos.

Peter se subió al caballo y con ayuda del pelinegro hizo lo mismo con Susan, el envolvió sus brazos alrededor de la cintura de la benévola para y la apoyó contra él.

-Edmund ve a buscar una sanadora y llévala al castillo, Peter la vamos a llevar a mi cuarto para qué se sienta cómoda.- Dijo Lucy antes de dirigirse hacía allí, Peter fue más despacio porqué llevaba a su hermana, pero aún así llegaron antes qué él pelinegro.

Cuando llegaron a la entrada del castillo, uno de los guardias se acercó a ellos y los ayudó sosteniendo a la reina hasta qué Peter bajará de su caballo y fuera con sus hermanas hasta la habitación de la menor de las Pevensie, al rato llegó Edmund con la sanadora y ella hizo qué todos los hermanos salieran para qué la dejaran a solas con  la benévola para curarla.

Ante semejante revuelo Liliandil se sintió curiosa y se dirigió hacia los hermanos seguido de su esposo.

-¿Pudieron encontrar los objetos de su hermana?- Preguntó preocupada, era cierto qué ella había sido la qué lo había hecho, pero fue en un ataque de furia y ahora estaba más qué arrepentida.

-¡Algo mucho mejor!- Exclamó Lucy con una sonrisa haciendo qué la curiosidad de ambos reyes incrementaran. -¡Susan está aquí!-

Inconscientemente la rubia miró a su esposo qué no podía ocultar su sonrisa, era evidente qué el seguía sintiendo cosas por ella y ahora qué estaba aquí no sabía qué esperar.

-Qué bien.- Dijo sin saber qué más decir.

En ese momento la sanadora salió de la habitación, avisándole qué sólo necesitaba descansar y qué cualquier cosa la volvieran a llamar, escuchar eso hizo qué los hermanos estuvieran más qué contentos en saber qué por fin estaban todos juntos, sólo había qué esperar a qué ella se despertará.

A/N: ¿Qué les parece? Espero qué les guste y me dejen su opinión. Me da penita Liliandil, pero amo a Suspian. 😍😍

La venganza de JadisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora