IV

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Mi amigo no lo pensó más y lanzó un golpe justo en su mandíbula y juro que escuché algo crujir.

—El niñito de papá sabe pelear —habla Connor seguido de escupir un poco de sangre.

—No tienes idea —responde de manera brusca esperando un golpe por su parte.

—Bueno ahora es mi turno —solo dijo eso y empezó el caos.

Ambos lanzaban un golpe tras otro y no sabía qué hacer.

Me demoré dos minutos en reaccionar para después salir del círculo de gente que formaron los estudiantes alrededor de la pelea y buscar alguien que los separara

Busque por alrededor de 10 minutos y todo al que le pedía que los separara simplemente se negaba o se sorprendía al no saber que había pelea y corría a apreciar el espectáculo.

Estaba desesperada y nadie hacia nada.

Si nadie quería separarlos lo haría yo.

Me escabulló entre la gente y cuando llego al centro no podía creer lo que veía.

Ambos estaban muy lastimados pero ninguno paraba.

Me armé de valor y corrí donde estaba mi mejor amigo, cojo su brazo y lo jalé lo más rápido y fuerte que pude pero no sé separaban.

—Alto —dije pero con todo el ruido sonó como un susurro y unas cuantas lágrimas bajaron por mi mejilla.

Trate de secarlas pero seguían bajando sin control mientras uno que otro sollozo salía de mis labios.

De un momento a otro todo el mundo deja de gritar y apoyar la pelea y queda en un gran silencio.

Solo se escuchan algunos sollozos que no pude contener.

Un grupo de estudiantes se fueron separando para dar paso a aquel chico que me salvó de Connor la primera vez.

El chico levantó a Connor dejando a Oliver en el suelo.

Corrí hasta él después de limpiar por completo mis antes húmedas mejillas por qué sé que si Oliver se entera de que lloré por esto se sentirá muy mal. Según él, siempre lloro por estupideces.

Lo ayudé a levantarse y quedé aterrada al ver su cara.

—Todo el mundo a sus clases —dijo el director que al parecer había estado todo el rato tratando de calmar la pelea. —¡¡AHORA!! —grita apuntando hacia la puerta de la cafetería.

—Y ustedes —dirigió su mirada a nuestra dirección. —A mi oficina —se retira a paso rápido.

Ese chico, creo que se llamaba Ares toma a Connor y lo lleva a la oficina del director.

Tomo a Oliver y lo ayudo a ponerse de pie y a caminar directo a la oficina del director.

Cuando llegamos vimos a Ares y a Connor sentados en una banca frente a la secretaria que frunce el ceño al ver en las condiciones que se encuentra mi terco amigo.

—Adelante chicos, el director los espera —dice amablemente.

—Gracias —finalizo y entramos.

Tremendo primer día.

*Capitulo editado*

A different warDonde viven las historias. Descúbrelo ahora