Mi chico raro- kookV

Capitulo 11

Un poquito mas de mi historia...

La verdad no recuerdo mucho antes de llegar a aquel lugar en el que pase casi toda mi vida.

Solo recuerdo que unas manos fuertes me sostenían. 

La primera vez que recordé esto estaba dormido en la cama de la habitación de mi ''hogar'', me desperté de golpe y por alguna razón sentí mucho dolor, así que lo único que hice fue llorar, lloré toda la noche hasta que no pude mas con el llanto y cansancio.

Con el tiempo ese recuerdo se hizo presente casi todas las noches, lo analice y pude notar que esas manos (por su fineza y forma) eran de una mujer, pero, ¿Quien era esa mujer? Ese no me dejaba tranquilo.

Pero encontré una forma de liberar todo ese dolor, curiosidad y miedo que me carcomía.

Yesung me regalo una libreta roja con muchas hojas, pero muchas hojas para escribir lo que sentía y hasta el momento me había servido.

Escribía durante las noches que no podía conciliar el sueño. Llevaba la libreta roja a donde fuera, cualquier lugar en donde yo estuviera la libreta lo estaba. Es mi tesoro y muy pronto podrán saber que cosas escribo en la libreta, solo esperen un poco...

¿No les he contado quien es Yesung?  Lo siento, soy algo olvidadizo pero ahí les va la historia de como conocí a mi hermanito:

Muchas personas (por ejemplo, las personas que me lastimaban) creían que era un estúpido, y que no sabia nada de la vida.

Y si, al principio era así, hasta que conocí a Yesung. 

El era mayor que yo y por lo que aparentaba el sabia muchas cosas del mundo.

A veces nos topábamos en el cuarto de castigos y poco a poco me di cuenta que el era...diferente, especial, el era como yo, y creo que el tambien lo noto porque con el tiempo me comenzó a hablar. El me enseño todo lo que actualmente puedo saber.

Le tome cariño, el era la única persona que me entendía y era como yo.

Yesung me dijo que eramos como hermanos, al principio no tenia ni la mas mínima idea de que significaba esa palabra, pero me explico, me dijo que era un tipo de familia, que el me quería y que yo a el, y aunque no portábamos la misma sangre, había un laso que nos unía.

Sus palabras nunca se alejaron de mi mente, incluso el día que me dejo.

Yesung se fue sin dejar rastro alguno, al poco tiempo me entere por un guardia (Mark) que se lo habían llevado, dejando todo atrás, incluso a mi.