Los días pasaban de prisa, sin advertirle al solitario muchacho de cabellos rojizos sobre lo fácil que estaba dejando que el tal JungKook se adentrara en su mente. Y es que así de fácil como se llevaba sus flores, hacía que sus pesares desaparecieran, al menos por un momento.
Los días que no lo veía colarse en su silencioso y bien cuidado jardín parecían más largos, más dolorosos, pues en ellos caía en cuenta de su soledad. De esa misma soledad de la que según él estaba acostumbrado. La dependencia le asustaba, más de lo que pensaba.
-Hyung!-Retumbó una voz conocida fuera de sus aposentos. Inmediatamente Taehyung dejó lo que estaba haciendo y tomó su máscara blanquecina para asomarse a la ventana. Aún se preguntaba la razón por la que el menor seguía entablando una conversación con él cada vez que iba por nuevas rosas cuando podía sólo tomarlas e irse.
-Hola de nuevo -respondió el dueño del lugar, con una sonrisa traviesa formándose en sus delgados labios, sin importar que esa máscara peculiar la cubriera.
-Me extrañaste? -El pelinegro acunó su propio rostro mientras sonreía. Pff, extrañarlo? Él? Pues si...pero admitirlo no estaba en sus planes.
-Para nada.
Un puchero tomó protagonismo en los rosados labios del otro, haciéndole saber acerca de su decepción.
"Tan tierno..."
Pensó quien parecía inaccesible en esa ventana, recibiendo parte del furioso viento que se hacía notar en medio de la serena noche. Vio al chico temblar desde el césped, abrazándose a sí mismo para calentarse. Pensó que era un imbécil al resistir tal clima sólo por unas cuantas rosas.
-Te congelarás si sigues ahí, mejor vete -Le sugirió el mayor, intentando sonar como si no le importara mucho, con su mano apoyada en su mejilla y su codo en la madera de la ventana- Luego podrás venir a robar mis flores.
El pequeño ladeó su cabeza, interrogante sobre lo que acababa de oír.
-Hoy no vine a "robarte" -rió a pesar de que su piel se tornara con un erizado debido a que la brisa pegaba fuerte- Sólo...sólo quería hablar contigo.
Y...por más frío que hiciera en ese bosque, sintió esa maldita calidez al entender las palabras del otro. No supo qué decir, difícil era colarse en su corazón.
-Sobre qué? -se aproximó hacia adelante, con cuidado de no caer por la ventana y romperse hasta lo que no tenía.
-Sobre ti...sobre nosotros...sobre el por qué no me permites ver tu rostro ni saber tu nombre. Te conocí hace más o menos un mes, y no sé casi nada de ti.
Tragó duro. El momento habría llegado? Justo cuando pensó que el niñato se había cansado de insistir, luego de que en infinidad de ocasiones no tuvo el valor para contarle ya que no quería perder al único con el que podía hablar, sentirse bien.
-Sabes perfectamente que no lo diré.
-Por qué no? -insistió quien frecuentaba su castillo por flores, dejando escapar un estornudo, el mismo que indicaba que enfermaría si seguía soportando el viento con sólo la fina tela de su ropa cubriéndolo.
-Por favor, ve a tu casa
-No quiero -respondió decidido, sorbiendo su nariz- no lo haré hasta que me digas.
Un bufido fue la respuesta del pelirrojo, el mismo que desapareció de la ventana, haciendo que JungKook se desconcertara y lo volviera a llamar.
-Entra
El de piel más pálida se sorprendió, pues jamás tomó como posibilidad el que lo dejara entrar en el castillo. Sin pensarlo se adentró en el desconocido lugar, asombrándose con cada cosa que veía. Al tomar asiento en el desgastado sofá sintió posteriormente una colcha caerle encima, haciendo que se calentara con aquella abrasadora sensación. Al voltear supo que su hyung se la había tirado.
-Mm...gracias -Susurró sonriendo apenas. Se quedó embelesado mirando al misterioso tipo, tratando de imaginar sus facciones sin que fueran cubiertas por esa desesperante máscara.
-Eres idiota -Dijo de repente el mayor mientras se sentaba a su lado, provocando cierta indignación en el contrario- Por qué soportar frío por algo tan estúpido como saber mi nombre? No lo entien...
Detuvo sus palabras y se quedó estático al sentir que JungKook había apoyado su cabeza en su hombro. Lo miró de reojo.
-Simple. Me agradas, es normal que quiera saber sobre ti, además...tengo curiosidad por saber qué clase de persona se esconde detrás de esa máscara...-Pasó su mano por el objeto nombrado, llegando al borde de ésta y deteniendo su travesía debido a que su muñeca fue aprisionada por la mano de su enigmático amigo.
-Por favor, dime tu nombre -Volvió a insistir cuando las hojas de los árboles chocando fue lo único que podía apreciarse en ese silencio- al menos déjame saber eso y no volveré a preguntar nada más.
-No hay nombre por el que me puedas llamar -Contestó sonando apagado, soltando la mano ajena y dejándola caer. No quería ser llamado por el nombre que alguna vez le dio su madre, esa mujer que fue de las que más daño le hizo.
Aquella frase intrigó en gran manera al visitante. Cómo debería tomar eso?
-No te creo -se cruzó de brazos, creyendo que nada más era una excusa.
-Llámame V -propuso recogiendo sus pies del suelo. Sólo escogió una letra al azar- Querías llamarme de alguna manera, verdad?
-Eres un tramposo...-se quejó dándole un ligero golpe en el hombro.
Hablaron y hablaron de cosas sin sentido, ignorando que se hacía tarde y también que de un momento a otro JungKook había cubierto a ambos con la colcha, quedando muy cerca. Hubo un momento en el cual las palabras dejaron de oírse, y quedaron en un sepulcral silencio.
-Te dormiste? -indagó el de cabello oscuro, picando el abdomen del otro con su dedo índice.
-Si -JungKook rodó los ojos divertido. Se estaba burlando de él.
-Me siento estúpido preguntando eso, pero es necesario ya que no puedo ver tus ojos -explicó acurrucándose en el regazo del contrario, y molestándose un poco al ver que éste parecía un jodido tronco al quedarse tan quieto a su tacto. Agarró el brazo ajeno e hizo que lo rodeara. Sólo así se sintió mejor.
-Qué haces...? -Soltó el enmascarado quitando su brazo de ahí, pareciéndole extraño el acto de hace un momento.
-Recibo calor, lo necesito -Se excusó y volvió a colocar el brazo del mayor a su alrededor, importándole muy poco que éste lo haya quitado.
-Para eso está la colcha -Quitó nuevamente su brazo.
-Pero yo quiero de esta forma -Colocó el brazo a su alrededor y lo aplastó levemente con el suyo para que ésta vez no pudiera zafarse. TaeHyung se rindió y, con un suspiro, aceptó su destino de ser cautivo de la placentera sensación de ser necesario para alguien, aunque sea solamente para brindarle de su calor corporal.
-Te dormiste? -Preguntó ahora él, al darse cuenta de que el bullicioso y berrinchudo muchacho de sonrisa parecida a la de un conejito se había callado al fin. Observó su rostro y su duda fue resuelta cuando los ojos del otro se mostraron cerrados y la respiración se tornó más lenta y tranquila.
No pudo evitar pensar que su expresión era angelical.
-Ahora yo me siento estúpido -dijo para sí mismo, riendo de forma muy leve, debido a su pregunta tan obvia.
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Lonely Garden ➵ Vkook
FanfictionEn medio de espinas, amargos recuerdos y dolor, TaeHyung conoce a un hermoso ladrón de flores. ¿Podrá revelarse la verdad alojada con recelo en su corazón?