003

39 10 3
                                    

El muchacho de cabello colorado acomodaba sus rosas azules con delicadeza, a pesar de que podía ser muy torpe para algunas cosas con sus flores tenía mucho cuidado.

-Listo! -elevó la comisura de sus labios, alejándose un poco para ver el resultado final de su arreglo- ahora ya no se caerán a un lado. Realmente se han puesto muy hermosas.

Suspiró al ver el espacio donde antes se encontraban otras de sus flores, si, las que ese niño se había llevado. Se preguntaba si estará teniendo buena venta con ellas. Pero daba igual, no tenía nada que ver con él además de que nunca lo volvería a ver, cierto?

-Tranquilas, ese niño no volverá a arrancarlas -susurró y humedeció sus labios. Recorrió todo el jardín con la vista, recordando la primera vez que lo vio, cuando llegó a ese lugar.

En su memoria aquel basto jardín se encontraba solitario, abandonado,marchito, igual que él. Debido a eso pensó en "iluminarlo", tal y como a él le habría gustado que alguien lo hiciera, que alguien no lo juzgara por su pasado y solamente le diera su apoyo, pero eso nunca pasó. Todos lo aborrecían por el solo hecho de existir. Sintió en ese entonces una gran similitud con esas flores: ellas no eran aborrecidas, sólo que nadie las sabía apreciar porque pensaban que no sentían, como él. Pero con la diferencia de que esas plantas pudieron alcanzar su máximo esplendor...y él no.

Su canto nuevamente se dirigió a esas coloridas plantas que, aunque no pudieran agradecerle lo mucho que hacía por ellas, lo demostraban con su hermosura, que cada día se iba haciendo mayor.

○○○


-Mocoso, qué tengo que hacer para que dejes en paz mi jardín? -se quejó TaeHyung desde la ventana, mirando con cansancio al pelinegro seleccionar las mejores rosas azules. Sus rosas azules...

Los días habían pasado y ese chico, a quien creyó jamás volver a ver, aparecía seguido para llevarse de a poco las rosas azuladas y con ellas su paciencia.

Sintió punzadas en su pecho al ver cómo le arrebataban el fruto de su esfuerzo, aunque últimamente no le molestaba tanto como antes, las flores servirían al menos para que el otro pudiera venderlas. A él si se las comprarían.

-Y qué tengo que hacer yo para que te quites esa máscara? -respondió el menor dirigiéndole una mirada de disconformidad. Lo cierto era que la curiosidad lo consumía cada vez más, imaginando cómo sería el aspecto de ese misterioso chico y el por qué mantenía su identidad oculta- Qué escondes, hyung?

El pelirrojo se quedó en un mortal silencio, sabiendo la respuesta pero sin ser capaz de revelarla. Jamás le contaría eso a nadie. Había olvidado su miseria por un momento, había olvidado que todos siempre iban a pisotearlo. Estaba seguro de que ese ladrón de flores era igual a ellos, que empezaría su rechazo una vez descubriera la verdad.

-Métete en tus asuntos...-se alejó de la ventana, volviendo al interior de su habitación. Había sonado grosero y distante pero estaba bien, ese intrometido era sólo un extraño más. No quería ni tendría que darle explicaciones, prefería que él siguiera siendo un ingenuo que jamás escuchó del solitario del bosque.

Se acostó en su cama agotado y no se deshizo de la máscara sin antes observarla con desprecio. Sus ojos se mantuvieron fijos en el techo, pensando infinidad de cosas cuando una voz se hizo escuchar desde afuera.

-Hyuuung!! -llamó el chico de tez clara, alzando su voz y mirando a la ventana a la espera de que el chico misterioso se asomara de nuevo. Su llamado se había vuelto aún más insistente así como los pensamientos de culpa. "Acaso dije algo malo?" , se cuestionó. Pensó que era un tipo inusual al enojarse por una simple pregunta.

Estando en posición fetal, agarró una almohada de plumas y se cubrió el rostro con ella, intentando ignorar al dueño de esa voz, la misma que extrañamente le resultaba muy dulce.

-Vete...por favor, vete. -Pidió TaeHyung en voz baja, aún sabiendo que no podría oírlo. Abrazó sus piernas y cerró fuertemente sus ojos, tratando de hacer que lo dejara en paz. Se sentía culpable por ocultarle la clase de escoria que era, si supiera...

-Lo siento...no era mi intención presionarte, hyung -el azabache ni siquiera sabía bien por qué se estaba disculpando, no había hecho nada malo después de todo. Quizás era porque a pesar de conocerlo hace poco, y de sus amenazas, el mayor llegó a agradarle.- sea cual sea la razón por la que no me dejas verte no quita que eres gentil, aunque siempre dices que me darás mi merecido por tomar tus flores jamás lo haces. Eres realmente muy bueno.

TaeHyung pudo oír una risita luego de lo anterior. Mordió su labio inferior, sorprendiéndose por lo expresado de parte del chico. Gentil? Él? Lo dudaba. Estaba completamente seguro de que cambiaría de opinión una vez supiera de su identidad. Quería hacérselo saber en cuanto antes para dejar esa farsa, sin embargo no pudo pues le resultaba difícil no encariñarse. Odió a su corazón por sentirse repentinamente cálido.

"Se lo mostraré la próxima vez, si es que vuelve"

Se propuso.

Lonely Garden ➵ VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora