"Él niño más triste que tiene que ser, lágrimas saladas corren por su mejilla, su corazón es más grande que su cuerpo, y su nombre es "Cry Baby"
"Bon"Aquel delantal alrededor de su cuello delataba su nombre en letras celestes.
Se encontraba sentado en una silla para bebés comiendo su merienda y oliendo aquel horrible olor a licor.
—di "aaah~"—le pidió aquella ebria mujer de cabello castaño y ojos verdes.
Apartó la cara de golpe e hizo un gesto de disgusto. Era la cuarta vez que hacia lo mismo con aquella cucharada, y es que, no tenía ganas de comer, una capa de lágrimas estaba causando que sus ojos brillarán de más ¿porque lloraría?
—¡dije que digas "aaah"!—habló molesta la mujer tomando con rudeza las mejillas del pequeño moreno y forzándolo a tragarse su pure de manzana.
Lágrimas salieron de sus ojos esmeraldas mientras tragaba aquel suave alimento. Apretó sus labios con fuerza al sentir una caricia algo brusca sobre su cabeza.
—eso es mi pequeño Cry Baby—dijo la castaña para después salir a paso lento y movedizo del cuarto.
¿"Cry Baby"? Era un apodo que su madre le puso por ser tan llorón. Lo admitía, tendía a llorar por todo, pero era su única manera de desahogarse ya que no le gustaba hablar.
Tenía 4 años y medio y seguían metiéndolo en esa infame silla ¿como se supone que saldría después? Aquellos tantos juguetes esparcidos por todo su cuarto no tendían a ser usados ya que la mayor parte del tiempo estaba sentado en esa silla o encerrado en su cuna.
Intentaba salir de allí hasta que por la puerta paso su hermano mayor. Gritó desesperado y lloró amargamente llamando la atención de su hermano.
—ash, otra vez te han dejado ahí metido—dijo fastidiado el joven chico de cabellos azulinos rodando los ojos—ven—soltó la silla dejando libre al pequeño niño el cuál tomó en brazos y lo dejó en el suelo—y deja de llorar Cry Baby, te ves patético—sin más el chico salió de allí.
No le importaba, no le importaba que le dijesen "inútil" "llorón" "patético", en resumen, no le importaba ser un "Cry Baby". Todos se podían ir al diablo.
Tomó un pequeño muñeco relleno con algodón, era un conejito celeste con mejillas rojas y ojos de botón de color verde manzana. Le gustaba mucho apesar de estar viejo y desgastado.
Sopló su nariz y limpió sus lágrimas con la manga de su pijama. Empezó a jugar con sus peluches con una leve sonrisa, solo ellos lo entendían.
Al rato, escuchó como la puerta se abría de golpe dejando pasar a su madre la cuál a duras penas se mantenía de pie mientras yacía una botella vacía en su mano.
—mi Cry Baby~ ¡hip!—canturreó agachándose y tomando a su hijo en brazos—hora de comer~—sonrió mareada, sentó al niño sobre la silla y lo encerró con aquella tabla que servía de mesa.
Salió del cuarto seguramente para traer su comida.
Esa mujer olvidaba bañarlo, peinarlo, vestirlo…quererlo…¡pero nunca olvidaba alimentarlo!, en cierta parte eso era bueno.
Lloró nuevamente al estar atrapado allí, ¡odiaba esa silla con toda su alma! ¿a que clase de persona se le ocurrió tal artefacto de tortura? ¡maldito seas!
La madre llegó con otro pure junto a una cuchara. Odiaba comer esas cosas, siempre lo hacia, pero realmente no es cómo que pudiese hacer algo más que llorar, o al menos se sentía capaz de solo hacer eso.
—abre grande~—dijo la mujer intentando meter la cucharada en la boca de su hijo torpemente. Terminó por pincharle un ojo.
Volvió a llorar ahora por su ojo lastimado, su madre solo se tapó las orejas y se tambaleó, odiaba ese llanto tan roto y desgarrador.
—¡cállate!—le dió un fuerte golpe en la cabeza haciendo que llorara más. Le restó importancia y procedió a seguir trantando de darle de comer.
Al terminar la merienda nocturna, lo tomó con inutilidad y lo lanzó bruscamente a su cuna, la cuál ya no era necesaria y solo incomodaba al pobre niño.
—duérmete y no llores niño estúpido—dijo la castaña para luego salir del cuarto dejando a el pequeño niño solo.
Tenía miedo, ¿y si sus muñecos lo secuestraban? ¿y si le salía un mounstro? ¿que tal si lo robaban?
Sus ojos volvieron a repletarse de aquel salado líquido ya acostumbrado a salir. Sus mejillas estaban pegajosas de tantas lágrimas que caían siempre.
Dió un saltó al escuchar un golpe en su ventana. Se tapó con la cobija y tembló mientras lágrimas bajaban hasta su pequeña barbilla.
La curiosidad le ganó haciendo que bajara la sábana y lo dejará ver la ventana. Parpadeó un par de veces al ver que era una pequeña ave atascada en la cerradura de su ventana.
Sin más, se puso de pie y salió de su cuna. La ventana estaba muy alta por lo que tomó su silla y la subió a un mueble al cuál trepó con torpeza y logró alcanzar la pequeña escotilla.
La abrió y dejó salir al pajarito el cuál lo miro unos segundos confundido y nervioso.
—vete—dijo dulcemente volviendo a cerrar la ventana.
Se bajo de allí y caminó a su cuna. Suspiró con una sonrisa intentado caer en brazos de morfeo.
Apesar de que su familia nunca pasa tiempo con él y lo tratan mal, él tiene un corazon más grande que su cuerpo, era un niño muy dulce y amable, aunque también miedoso y solitario.
Eso no era relevante.
¿Sería feliz? Probablemente no, pero prefería hundirse en su sufrimiento y expresarlo, a fingir una sonrisa fea y forzada siempre.
Al otro día se levantó con pereza, como siempre no tenía objetivo para su vida.
Salió de su cuna y caminó hacia el baño que tenía en su cuarto en donde tomó una ducha rápida y se alistó.
Pasadas las dos horas su madre llegó con un fuerte dolor de cabeza y unas grandes ojeras debajo de sus ojos, como todas las mañanas.
—ven Cry Baby, a comer—dijo la mujer con aquel pure y cuchara.
Hizo un puchero al ver aquel diario alimento. Fue forzado a sentarse en aquella horrible silla del demonio y a empezar a comer a duras penas.
Su madre al terminar de darle de comer dejó su botella de licor en su mesita haciendo que hiciera una mueca de asco, odia aquel líquido, siempre hacía que su progenitora se comportará extraño.
Volvió a llorar, esta vez por tener aquel horripilante olor cerca. Siguió y siguió llorando, no le parecería raro que su cuarto algún día se inundara por sus diarias lágrimas.
Aquel olor lo mareaba, le producía nauses, quería alejar la botella, debía alejarla.
Estaba a punto de empujarla cuando sintió como uno de sus peluches trepaba por su pierna haciendo que gritara asustado y llorara más fuerte. Pataleó, ahora eran todos sus muñecos que lo atormentaban jalandole la ropa y cabello.
Gritaba desesperado pero realmente sabía que sería ignorado como siempre. Sintió como un líquido frío chocaba contra su pecho. ¿agua? ¡estaba inundado! ¡su cuarto estaba inundado!
Gritaba más fuerte lastimando severamente su garganta. Su llanto no cesaba lo cuál causaba que el líquido subiera mucho más al punto de sentirlo en su cuello.
—aquí la deje—dijo aliviada la mujer tras entrar a el cuarto—espero que no hayas tomado nada Cry Baby, es mía—dijo seria para después salir de allí con la botella en mano.
Parpadeó confundido al ver como el agua desaparecía y sus muñecos estaban nuevamente en su sitió. Talvez le afecto el olor a licor.
Suspiró mientras más lágrimas bajaban por sus mejillas. Otro día más llorando desgarradoramente
Otro día...siendo un simple Cry Baby...
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Cry Baby [TERMINADA]
FanfictionÉl niño más triste que tiene que ser, lágrimas saladas corren por su mejilla, su corazón es más grande que su cuerpo, y su nombre es "Cry Baby" ( ̄︶ ̄)> <( ̄︶ ̄)/ (‵﹏′) ╮(‵▽′)╭ -inspirado en el álbum "Cry Baby" de Melanie Martínez. -FNAFHS/FHS -historia...