Capítulo 4

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Harry cogió aire y con algo más de calma volvió a leer desde el principio. Necesitaba saber toda la información que le estarían dando con tal de poder llegar bien a su nueva escuela.

"Estimado señor Potter:

Después de haber leído su carta y tras una cierta deliberación, he decidido permitirle ingresar a nuestro cuerpo de estudiantes, aquí en El Santuario.

Después que esta escuela fue fundada hace setecientos años heos tratado de ser un lugar seguro para todos los magos y brujas, donde pudieran crecer tanto como usuarios mágicos y como personas. Es por ese motivo que tras haber investigado su caso, hemos llegado a la conclusión que está siendo perseguido y vilipendiado por el Ministerio Británico de Magia. Hacer tal cosa a cualquier persona, mucho menos un niño, nos parece despreciable.

Así pues, tras mediarlo se ha decidido que se le ofrece una plaza con opciones a distintos seminarios que ofrecemos durante los meses de julio y agosto, si así lo desea.

Es por este motivo, que nos gustaría que llegara a nuestras instalaciones, lo antes posible, y así poder ayudarle en la adaptación a nuestro sistema educativo, idioma y costumbres, así como ayudarle a adquirir el material escolar necesario.

Adjunto a esta carta podrá encontrar un billete de avión para el próximo día 20 de agosto, así como un minitraslador de objetos. Le rogamos que use el ministraslador antes de llegar al aeropuerto para no llamar así atención no deseada, y sus objetos personales serán debidamente seguros en nuestras instalaciones.

Una vez llegue al aeropuerto de Barcelona, uno de nuestros maestros le estará esperando con tal de llevarlo hasta nuestra instalación.

Con la esperanza de verlo pronto,

El Abad"

El muchacho estaba entusiasmado ante la posibilidad de irse de casa de sus parientes y la forma en la que le era posible no volverlos a ver. En muy poco tiempo se embarcaría en una nueva aventura, y en esta ocasión pensaba sacar el mayor provecho posible de todo lo que se presentara.

Pero ahora debía de preocuparse de otras cosas, después de todo su avión saldría en cinco días... todo eso era muy poco tiempo, ¡sobretodo porque ni siquiera tenía pasaporte!

Bien, lo primero era lo primero y debía arreglar lo que eran asuntos financieros. Como al no tener varita, ya no era capaz de llegar al Callejón Diagon por su cuenta y no tenía ganas de pedirle ayuda a nadie viendo que nadie parecía querer ayudarle, tendría que conformarse al realizar todos sus trámites a través de lechuza. Así pues, tendría que escribirle a Gringotts explicando la situación así como solicitar una forma de acceder a su dinero desde el extranjero, así como si había alguna forma en la que pudiera adquirir fácilmente los documentos necesarios para poder viajar de forma muggle.

Esperaba que los gnomos pudieran darle una solución satisfactoria. Además, necesitaría algo de dinero muggle, puesto que lo que tenía entendido había que llegar con una cierta cantidad de tiempo antes que saliese el avión y podía darle hambre; al menos eso era lo que sus tíos habían comentado todas las veces que se iban de viaje, eso o querían deshacerse de él mucho antes.

También iba a necesitar algo de ropa muggle decente si iba a volar, con el estado de su ropa actual podrían pensar que no iba a hacer nada bueno y no permitirle la entrada al avión. Así pues tendría que ir en algún momento a algún sitio donde comprar ni que fuera un juego de ropa decente.

Después de eso, ya solo quedaría escribir a Sirius y lograr que los Dursley le llevaran hasta el aeropuerto, aunque esto último no sería tan complicado si decían que no, solo tendría que salir más temprano e ir en transporte público.

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