Capítulo 5

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Capítulo 5

Todavía no era de día, cuando Harry se despertó a la mañana siguiente; de hecho podía escuchar perfectamente los ronquidos tanto de su tío como de su primo, así que sabía que era cuándo debía ejecutar su plan.

Lo primero que hizo fue escribir una nota a su tía diciéndole que tenía quehaceres ese día y que no volvería hasta la hora de la cena y luego cogió el dinero que Gringotts le había enviado y tras guardarlo en varias partes de su cuerpo (algo que había aprendido de su tía cuando ésta trataba de enseñárselo a Dudley), cogió su capa de invisibilidad y se dirigió hasta la entrada. Conocía bien la dinámica de su familia y sabía que tendrían la puerta abierta varios minutos haciendo el paripé de familia perfecta. Así pues, solo le quedaba esperar.

No mucho rato después, unos veinte minutos aproximadamente, el muchacho escuchó los sonidos reveladores de que al menos sus tíos se habían puesto en marcha para el día. Siendo el más pronunciado el hecho que los ronquidos de su tío habían desaparecido sustituidos por sus pasos pesados por toda la planta de arriba.

Supo que su tía había visto su nota cuando unos minutos más tarde la escuchó llamando furiosa a su tío. El muchacho sonrió pensando que más valía que su tía se acostumbrase a que no iba a estar por allí para que hiciese todo el trabajo de la casa.

Durante la siguiente hora tuvo que ignorar los comentarios despectivos que tanto su tía como su tío le iban profesando respectivamente por ser tan ingrato como para irse sin ni siquiera hacer sus tareas, poca importancia tenía que dichas tareas le hubieran ocupado todo el día. Además, sabía del cierto que se hubieran quejado de todas formas, así que de ese modo les daba realmente motivos para ello.

Cuando escuchó como si tío se levantaba de la mesa, corrió a ponerse junto a la puerta. Ya no quedaba mucho tiempo, así que era mejor que estuviese no estuviese sentado mientras esperaba.

Justo en ese momento, Vernon salió de la cocina seguido de su tía, dirigiéndose a la puerta para su actuación diaria del matrimonio perfecto. Como cada día, abrieron la puerta y salieron hasta el jardín delante donde descansaba el coche fuera del garaje y allí Petunia se despidió afectuosamente de su marido mientras le deseaba un buen día. Era lo mismo todos los días, y eso le daba de tres a cinco minutos para poder salir de la casa inadvertido por todo el mundo. Después de todo, nadie se fijaría en un mago invisible saliendo por una puerta abierta.

Tan buen punto salió, esperó hasta que el ritual matutino de despedida terminase, con tal de evitar un posible choque accidental y todo su plan se fuera al traste. Mientras lo hacía, pudo observar como había varios vecinos que observaban la escena atentamente con tal de descubrir cualquier posible causa para convertir a los Dursley en la comidilla de chisme local. No por primera vez, pensó que era el lugar ideal para sus parientes ya que todos en Privet Drive eran de una mentalidad similar.

Una vez su tía volvió a entrar en la casa, el muchacho avanzó con mucho cuidado por el camino de grava hasta que salió del jardín. Tuvo en cuenta de vigilar que sus pies no pisasen nada que pudiera deformarse y dar así su posición al mundo. Después de todo, si bien un Muggle no le prestaría mucha atención, cualquier mago o bruja que estuviese vigilando la casa sería muy consciente de que era propietario de una capa de invisibilidad.

Una vez en la acera, se dirigió hacía una parada de autobús que lo llevara hasta Londres, pero no la que quedaba más cerca a Privet Drive, no , lo mejor era ir a una que estuviese lo suficientemente lejos como para no ser visto por causalidad. Después de todo, ahora sabía que la vieja señora Figg también lo estaba vigilando, y ella sí que sabía como funcionaba el mundo muggle.

Cuando por fin consideró que se había alejado lo suficiente, se coló en un sitio apartado para quitarse la capa de invisibilidad y luego con toda la tranquilidad del mundo, salió y se dirigió hasta la parada de autobús.

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