The day we fell in love

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"Las verdades que releva la inteligencia permanecen estériles.

Sólo el corazón es capaz de fecundar los sueños."

-Anatole France-

Me dirijo hacia el coche pensando si no sería mejor ir andando, no me vendría mal estirar un poco las piernas y aclarar la mente.
He intentado descansar pero estoy demasiado tenso, y aunque físicamente estoy muy cansado, ya estirado en la cama, mi cerebro parecía que está corriendo un maratón, demasiadas cosas en que pensar.

Me paso la mano por la parte de atrás de la camiseta y si, mi viejo Ruger LCP está en su sitio.
Es muy práctico, a pesar de que, a primera vista parece una pistola de juguete, su tamaño te permite esconderla fácilmente, además, como tiene una forma redondeada, eso hace que no sufra enganchones en los momentos de máxima tensión.
Aunque la verdad que hace mucho que no me veo obligado a usarla, de hecho ,últimamente ni siquiera la llevaba conmigo, siempre estaba guardada dentro de la caja fuerte de mi casa, pero todo lo que pasó últimamente me hace sentir un poco inseguro, y aunque va a sonar irónico para uno que lleva tantos años trabajando en el mundo del espionaje, donde se supone que tienes que tener asumida y calculada una posible traición, donde te enseñan que no puedes confiar en nadie, en estos momentos pues confío menos todavía, en nada y en nadie. Cuando la traición llega de una persona tan cercana, las pocas certezas que tenías en tu vida se desvanecen,y empiezas a dudar de absolutamente todo y de todos,hasta de ti mismo...

Sin darme cuenta estoy ya por el centro del pueblo, a esta hora están más llenas de vida, por las estrechas calles hay un vaivén de gente. Decido entrar en el primer bar que encuentro, echo de menos un buen café, o más bien, echo de menos ese espresso corto y fuerte que suelen tomar los italianos.
Ya sentado en la barra cojo el periódico y busco las páginas de deportes, necesito quitarme de la cabeza todos los eventos que acaban de pasar.
Repasando muy por encima las noticias me acuerdo como un antiguo compañero me contaba que, hace años, solían usar a menudo los periodicos para transmitir o recibir información. Un simple anuncio en la página de publicidad de un periodico podría ser utilizado como un medio seguro y discreto de comunicación con los agentes encubiertos. Se ponían de acuerdo sobre un periódico en concreto, establecían un día de la semana, el anuncio contenía una palabra clave. El agente sólo tenía que comprar el periódico en el día convenido, encontrar el anuncio con la palabra clave, descifrar el contenido y ya tenía la información,las instrucciones o la orden de sus superiores. Ahora ,con toda la tecnología que tenemos a disposición para eso, todo suena a broma. Aunque la verdad, pensándolo mejor, usando un método tan anticuado de comunicación creo que sería más seguro en el día de hoy. Por que en teoría, los mismos medios de comunicación que tu los tienes,para transmitir,por lo sofisticados que sean,, los tienen también los otros, tus rivales o tus enemigos para interceptar tus comunicaciones.
O quizás pienso demasiado en mi trabajo y me olvido que hay vida más allá de todo esto.
Busco rápidamente los resultados de la jornada, y si, mi A.C. Milán ganó.
Mucho más animado, pago el café y salgo.

Es de noche ya, y lo primero que noto al salir es ese olor tan familiar que horas antes, al entrar en el pueblo,me hizo sentir tan comodo. Y hasta ahora ni siquiera había intentado descifrar ese olor, pero si, son los tilos, los hay por todas las partes y, no se si es por la humedad de la noche que poco a poco se apodera del lugar, pero el olor es mucho más intenso. Y muy agradable...

Ya en la calle siento un poco de frescor, y empiezo a arrepentirme por salir del hotel sólo con la camiseta puesta. Eso me hace acelerar el paso y pensar que debería buscar algún sitio para cenar, mi estómago esta empezando a protestar.
Una cena rápida y una noche de descanso me parece un plan estupendo y, a poca distancia calle abajo veo la firma luminosa de un irish pub. Normalmente estaría pensando que es una pena estar en Italia y cenar en un pub, pero es tarde y no me apetece ir buscando otro restaurante.
Al entrar, me doy cuenta que es viernes y que mi inocente plan no es tan fácil de poner en práctica, el local esta lleno. Me quedo en la puerta intentando localizar con la mirada alguna mesa libre pero parece que hoy no es mi día de suerte. Estoy a punto de dar la vuelta y salir cuando un camarero se me acerca.

- Para cenar?

Le contesto que si, aunque poco faltó para contestarle irónicamente, el hambre me pone a veces de mal humor.

-Todas las mesas están ocupadas...

¿En serio...?

Creo que se da cuenta de que estoy a puntito de soltar alguna grosería y antes de poder decirle algo el chaval sigue.

-... Pero si no le importa compartir mesa...

Es verdad, se me olvidaba que tienen esa costumbre, en el caso que un local está lleno, de compartir mesa con otras personas.

-No, no me importa- le digo.

-Muy bien, en seguida vuelvo.

Se mueve muy rápido y unos segundos está de vuelta.

-Por aquí por favor.

Se para delante de una mesa de cuatro donde sólo hay una chica, casi pegada de la ventana, leyendo un libro.

El camarero desaparece y la verdad es que la situación es un poco incómoda, no se si previamente le había pedido permiso a la chica así que, antes de sentarme, saludo y le pido permiso.
Me contesta con un "ciao" sin levantar la mirada de su libro y me siento en el otro lado de la mesa, en diagonal, intentando dejar lo maximo espacio posible entre nosotros.
Me pido una cerveza y empiezo a mirar el menú echando de vez en cuando alguna mirada a mi vecina de mesa. Un pub no es un sitio ideal para leer, menos en una noche de viernes, hay grupos de jóvenes hablando en alto en las mesas cercanas. Pero a pesar de todo el ruido está totalmente centrada en su libro, ajena a todo lo que pasa a su alrededor.
Mi persona incluida.
Y por lo egocéntrico que puede sonar eso me intriga.
Me pregunto si la puedo sacar de su "mundo".
Y aunque hablo bastante bien el italiano, decido hacer el guiri y le hablo en ingles:

- Disculpa, no entiendo muy bien el idioma y estoy un poco perdido- la pregunto enseñando la carta.

Tarda unos segundos en levantar la mirada hacia mi y cuando lo hace, no es muy buena señal. Está muy seria y un par de ojos verdes me están midiendo de arriba abajo con una mezcla de pereza y aburrimiento.
Y aunque esta claro de que la reina de hielo no tiene el menor interés en mi, sigo haciendo el payaso:

- Me puedes sugerir algún plato?

Está repasando con la mirada el menú, y me contesta en italiano:

- No hablo ingles.

Dios, ¡que desastre! No esperaba para nada esa respuesta y supongo que eso se me refleja en la cara.
Tarda unos momentos en bajar la mirada y tengo la sensación de que está disfrutando de mi reacción.

El camarero se acerca para tomar la comanda y cuando estoy a punto de pedir, la reina de hielo sale por fin de su mundo:

- Va a tomar la parrillada de carnes con patatas asadas.

El chico me mira buscando mi aprobación y asiento con la cabeza.

- Creí que no entiendes el ingles- le digo

- Y yo que tú no hablas italiano!

- Fue tan evidente...?

- A ver, estas en un irish pub,en el menú, la descripción de cada plato viene en italiano y en inglés, listillo.

Los dos empezamos a reír.

- Debería haberte pedido sólo una ensalada, por fastidiar.

- Eso sí que me hubiera jodido, tengo mucha hambre- le digo entre risas.

Mientras hablamos la miro con más atención, el negro de su pelo y el color blanco de su piel forman un contraste delicioso. Apenas lleva maquillaje y eso le resalta los rasgos de su rostro, y aunque no es una belleza estándar, tiene la nariz ligeramente curvada, y parece que está dibujando una S en su cara, el moño en que tiene recogido el pelo, deja a la vista sus orejas que están en desproporción con el tamaño de su cabeza. Pero todas sus imperfecciones la hacen ser muy atractiva.

Por fin, el camarero llega con el plato pedido.

-Te dejo comer tranquilo, bon appétit...
- Gracias...

Vuelve a bajar la mirada en su libro y, una sonrisa irónica parece que le queda colgando en la esquina de sus labios de una forma perfecta.
Si...es jodidamente sexy...

- Me llamo Alex...

- Carla...






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