capítulo I

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Capítulo I

Después del trabajo decidí ir al parque, últimamente había estado trabajando mucho y necesitaba un respiro. Hacía dos semanas que no paraba tan solo para dormir.
Mi rutina es fácil de explicar, todas las mañanas despertaba a las 5:00 AM, me daba un baño rápido, dirigía hacia la universidad, para luego ir al trabajo. Hacía algún tiempo que había conseguido comprar un pequeño restaurante en el corredor Roma Condesa.
Ahora buscaba ampliarlo y extenderlo a nuevas fronteras, beneficiando me de la gran demanda por dichos establecimientos, en ciertas zonas de la ciudad. Pero eso significaba una gran demanda de trabajo, estrés y pocas horas de descanso; sin embargo estoy feliz y orgullosa de lo que hasta el momento estaba logrando.
A pesar de todo, realmente necesitaba darme un tiempo libre, respirar cinco minutos, dejar todo aún lado y descansar un poco antes de volver a mi rutina diaria.
Una vez tomada dicha decisión, decidí ir a un parque poco transitado por los capitalinos. Eran las 6:30 pm aproximadamente, a esa hora normalmente no había muchas personas, y a decir verdad parecía una buena opción bastante viable.
El parque México era un lugar grande, repleto de naturaleza y lo más importante, con pocas personas transitando de un lado a otro todo el día.
Dejé todas mis cosas del trabajo a un lado, tomé mi bolsa y mis llaves dispuesta a salir un rato
Abrí la puerta de mi departamento y salí por esta; bajé las escaleras hasta la planta baja, abrí la puerta de servicio, y una vez en la calle comencé a caminar por las avenidas de la colonia Roma.
Al llegar al parque, inmediatamente fuí en busca de una banca un poco alejada del resto; afortunadamente tuve algo de suerte, casi que al instante encontré una cerca de la fuente.
Caminé hacia ella, me senté y respiré hondo. De verdad necesitaba sentir la brisa en mi rostro, respirar algo de aire fresco y relajarme un poco.
Tomé un libro que había comprado hacía poco más de un mes y que por una ú otra cosa no había comenzado a leer. El libro se llamaba "Amor en tiempos de confinamiento" y desde que lo vi me llamo mucho la atención, pero lamentablemente no lo había leído por diversas cuestiones.
Abrí mi bolsa y tomé un termo con agua, para después comenzar a leer. Conforme avanzaba en la historia me era mas difícil despegar la mirada del libro. Sin darme cuenta el tiempo pasó demasiado rápido, ya estaba por anochecer así que debía darme prisa. La ciudad de México solía ser un tanto insegura, aún más de noche. Tomé todas mis cosas y corrí sin fijarme por donde iba. Casi a la mitad del parque, mientras iba corriendo toda embobada choqué con algo, mejor dicho, con alguien.
Estába parado frente a mi, el chico más lindo que jamás había visto, su piel era blanca como el crudo invierno, sus ojos eran negros como la obsidiana, su cabello azabache y sus labios...Sus labios eran de un color carmesí, bastante estéticos a mi parecer. Prácticamente iba vestido totalmente de negro, pantalón de mezclilla negro, camisa negra y chaqueta de piel color negro.
En su muñeca llevaba puesto un reloj plateado, y en el cuello, una pequeña cadenita de plata. En mi opinión era un chico bastante guapo.

-¿Estas bien?-preguntó el chico, sacándome de mis pensamientos.

Aún algo aturdida respondí-Si, gracias.

-Mi nombre es Óscar D'angelo, un placer-continuó diciendo mientras sonreía amablemente.

-Mi nombre es Paula, Paula D'monte- dije claramente nerviosa.

Maldecí internamente, podía sentir como mi cara comenzaba a arder, podría jurar que para ese momento estaba más roja que un tomate.

-Espero que no te moleste lo que voy a decir, pero tu nombre me parece muy lindo-dijo con amabilidad y algo de ternura a mi parecer.

-A decir verdad, me siento muy halagada de recibir un cumplido así, más viniendo de un chico como tu-respondí sincera.

-Tendrás que disculparme pero debo irme, nos vemos luego, que tengas linda noche-extendió su mano hacia mi.

EL CHICO DE NEGRO© [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora