Cuarto suspiro

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Twilight: bueno Sunset… no puedes acompañarme más a la escuela, claro que quisiera que vengas conmigo. -Explicaba la peliazul mientras volvían a su casa, luego del incidente del parque. Ésta última ya no llevaba gafas pues su vista estaba a la perfección al haber sido curada con las lágrimas de aquél Ángel.- Pero no puedo llevarte a la escuela con el mismo pretexto todos los días, así que lo mejor será que me esperes en la parada del autobus a la hora que yo vuelva de la escuela. -Sonrió la peliazul.-

Sunset: pero… ¿cómo te cuidaré dentro de la escuela? -Preguntaba con el ceño fruncido.- Debo estar a tu lado…

Twilight: recuerdas… -Recordó la ojivioleta.- Dile a tu “amigo” el viento que me cuide él…

Sunset: intentaré hacerlo. -Sonrió la morena. Mientras le miraba fijamente, como pensando.- Oye… ¿y si vuelves caminando de la escuela? Yo iré a recogerte a la hora de tu salida… y vendrás conmigo… yo te cuidaré…

Twilight: Sunset… -Por alguna razón a la peliazul le gustaba escuchar esas palabras venidas de aquella chica, “yo te protegeré”, “yo te cuidaré”, “yo estaré contigo”;  se escuchaban tan sinceras venidas de ella.- Está bien… entonces desde ahora sólo pagaremos la mitad por el servicio de autobus… lo que quede de este mes lo usaremos para comprarte ropa.

Así volvieron a la casa de Twilight y al ver que su hermano ya no estaba en la casa (pues ya había salido a su trabajo de guardia de seguridad de las noches), se quedaron a ver películas en el sillón de la sala.

Twilight: oye… -Comentó la peliazul mientras ponía el disco de la película.- Mi hermano, a él también lo protege un ángel, ¿Verdad? Es decir… su trabajo es muy peligroso…

Sunset: tu hermano es muy bueno. -Sonrió la morena.- Ten por seguro que él también es protegido por un ángel…

Twilight sólo la miró sonriente mientras se sentaba con ella a ver la película de animación que había puesto. De manera natural, a medida que iba pasando el tiempo, y la trama de la película, se apoyó en el hombro de Sunset y se abrazó a ella, quien le apoyó en su pecho y también le abrazó tiernamente. Al abrazarle, tenía la extraña sensación de que podía protegerla más que antes.

De repente, Sunset le dio un beso en la frente, muy repentino; pero muy dulce.

Twilight: ¿Eh? -Se sorprendió la peliazul, levantando la vista para mirar a Sunset, dejando de lado la televisión.- ¿Qué sucede?

Sunset: cuando tú hiciste eso en el parque. -Explicó la morena, muy radiante.- Me animé mucho… -Dándole otro beso. Twilight se sonrojó y se soltó del abrazo.-

Twilight: ahh… see… bueno… -Levantándose.- Esa fue una acción natural… traeré algo para comer de la cocina.

Sunset: está bien. -Asintió la chica del cabello largo.-

Twilight caminó hacia la cocina a paso rápido, al entrar, se apoyó en el mesón que estaba pegado contra la pared. ¿Por qué se sonrojaba? ¿Por qué su corazón se aceleraba? ¿Por qué rayos se pegaba tanto a ella? Acababa de conocerla, no podía estar sintiendo esas cosas por una extraña. Pero era tan sincera, era tan tierna y sus compañeros tenían algo de razón, sí era muy bonita, su cabello largo y rizado, sus ojos color esmeralda y profundos, su piel y sus manos delicadas. Era casi perfecta y por alguna razón la peliazul ya creía que era un ángel. No sabía qué pensar, además, Sunset era una chica… no podía estar enamorada o sentir algo como eso por ella… quien además no entendía nada de eso… “Yo te amo, cada día doy un poco de mi vida por ti…”  recordó las palabras de la chica; pero era diferente, eso era diferente y no dejaba de repetírselo a sí misma.

Suspiros [Sciset]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora