Sexto suspiro

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Aquél fin de semana, el sábado por la tarde, Twilight salió con Sunset a comprarle ropa. Compraron un par de playeras, una sudadera y un pantalón, no eran cosas muy caras pues la peliazul no tenía tanto dinero, de hecho estaba utilizando lo de la semana y la mitad del dinero del servicio del autobus escolar, pues como comenzaría a volver a casa caminando no debía pagarlo completo.

Esa tarde con la chica en realidad fue muy divertida, fueron a un centro comercial de esos grandes que la gente suele frecuentar, donde encontraron heladerías y puestos de comida, donde comieron luego de hacer las compras.

Sunset: Waaa… -Se quejaba la morena.- Esto está frío :D -Mientras comía un helado de chocolate.-

Twilight: jajaja… -Reía la peliazul mirándole con los ojos brillantes, comiendo un helado de alguna fruta exótica del amazonas (xD) .- Pues así es el helado… pero es delicioso, ¿O no?

Twilight: ¡Siii! -Decía emocionada la chica del cabello largo, mientras comía con ese apetito que ella solía tener.- Siempre te vi comiendo estas cosas; pero no tenía idea que sabían tan bien…

Twilight: ¿Qué acaso los ángeles no comen? -Preguntó animada la ojivioleta, dejándose llevar por lo mucho que sentía por esa chica.- O te servías puré de nubes o lomito de arco iris… jajajaja.

Sunset: no te burles Twilight. -Reía la morena.- Nosotros no comemos, no lo necesitamos… pero este cuerpo mortal tiene mucha hambre…

La peliazul rió un poco mientras le observaba radiante, su compañía era realmente hermosa.

Pasó un poco el tiempo y ya volvían a su casa. Sunset traía la mochila que habían llevado para guardar lo que comprasen, idea de Twilight “no pienso llevar cosas en mis manos ¬¬, hay que ser prácticos en esta vida”  había dicho. Así charlaban animadamente sobre cualquier cosa, la peliazul ya le había informado a la morena que el domingo su hermano no tenía clases en la universidad, entonces se quedaría con ella todo el día, hasta que llegase la hora de su trabajo nocturno de guardia de seguridad, entonces Sunset debía mantenerse oculta todo el día, su hermano no podía verle.

Llegaron a casa y subieron al cuarto de Twilight, Sunset sacó la ropa que habían comprado y la miró atentamente. La peliazul se echó en su cama observando a su ángel, no podía evitar sentir las mariposas en el estómago; pero decidió controlarse, al menos por ahora.

Twilight: considéralo un regalo de mi parte. -Levantó el pulgar la peliazul, sonriéndole a la chica, quien le miró de igual forma.-

Sunset: gracias. -Sonrió la morena, acostándose a su lado y abrazándose a ella.-

De rato en rato a Twilight le daba la impresión de que eran una pareja o algo así, se daban besos, se abrazaban como si nada de una manera muy especial, salían, Sunset la abrazaba mientras caminaban “Así siento que te protejo mejor”  le decía la morena. Suspiró para sí y naturalmente comenzó a acariciar el cabello de la pelirroja

Sunset: Twilight… -La morena fue la primera en hablar.-

Twilight: ¿Si? -Respondió la peliazul en un gruñido al haber estado a punto de dormirse.-

Sunset: Te Amo. -Le dijo la morena dándose la vuelta para verla.-

Twilight sólo rió, prefirió ya no dejarse perturbar por esas palabras, porque sabía que era diferente, a pesar de que le gustaba que su ángel le dijera eso.

Sunset: Twilight… -Volvió a llamar la morena.-

Twilight: ¿Sí?

Sunset: ¿Por qué dices que la forma en que te amo es diferente? -Preguntó curiosa mientras apoyaba su cabeza en su pecho. Twilight yacía disfrutando mucho de aquéllos contactos que tenía con la morena.-

Suspiros [Sciset]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora