𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐀 𝐓𝐔 𝐋𝐀𝐃𝐎 [Namjin/Taekook/Yoonmin]

Segunda fiesta

- Me pregunto que reto me pondrá ahora su madre- me dije a mi mismo mientras me retocaba en el espejo de los baños- es raro que todavía no haya venido a buscarme.

Salí al elegante salón y volví a sentarme en lo que desde ahora sería mi "sitio", la silla en la mesa de champán. Las chicas iban constantemente para hablar conmigo pero yo las rechazaba educadamente, he de decir que era entretenido tener la atención del sexo opuesto. Los hombres decían "Subamos a tu habitación" y las chicas "salgamos a tomar un café", quizás si no las comparara con ex-clientes las cosas serían diferentes. Pero el único hombre que no me trató como un consolador fue Namjoon.

- Disculpa- la hija de los Park me habló con voz tímida- ¿Eres amigo de Jimin?- casi escupo el champán.

- ¿Lo conoces?- le pregunté sin saber cómo reaccionar.

- Soy su hermana- esta vez sí escupí el champán- ¿No te ha hablado de mí?- parecía un poco decepcionada.

- No es eso, simplemente no esperé verte aquí. Encantado, me llamo Kim SeokJin.

- Park Sunny, quería darte las gracias por toda la ayuda que le brindaste a mi hermano. Él me contó todo, de verdad muchas gracias- Sunny hizo una profunda reverencia.

- Esta bien, esta bien- la levanté- solo hice lo que cualquiera haría- la hermana se emocionó y me abrazó, me recordaba a Kookie y no pude evitar corresponder.

- Lo siento ja ja, me emocioné. Pero no te preocupes, sé de lo tuyo con Kim Namjoon- su cara se asustó al ver mi expresión de miedo- no te preocupes, no le diré a nadie. He visto que hay muchas chicas rondándote- miró divertida alrededor- pobrecitas.

- ¿Podrías hacer algo para que no se acercaran? Al principio es divertido, pero quiero respirar aire, no colonia.

- No te preocupes, con ese abrazo no se acercarán en un tiempo. Te he visto bastante tenso, si necesitas cualquier ayuda siempre ven a hablarme. Será un placer ayudar a quien ayudó a Minnie.

- Ejem- Jennie la zorra apareció- ¿Sunny que haces?

- Jin y yo somos amigos- Sunny me agarró el brazo- ¿Ya conoces a Jennie, no?- me guiñó el ojo y pronunció sin hablar "ella será tu cuñada".

- Sunny vámonos no encuentro a Rosé- Jennie la cogió como si fuera un asesino apunto de matarla y se fueron. 

Decidí salir a tomar el aire. Era finales de septiembre y empezaba a hacer frío, respiré ondo embaucándome con el olor de la flora. La única iluminación era la blanquecina luna.

- Por fin te encuentro- escuché a mis espaldas.

- Tus amigas te buscan- bebí otro trago de champán que había cogido antes de salir.

- Deja en paz a Nam.

- No sabía que eras una chica que va a por los hombres de otras personas- me senté en el banco confrontándola y cruzando mis piernas. Rosé llevaba un vestido aniñado y me miraba con odio.

- Él no es tuyo... él debe estar conmigo, yo soy la indicada para estar a su lado. Yo soy lo que necesita.

- Te necesita pero no te quiere, ¿cómo te sienta eso?- Rosé apretó el vestido en sus puños.

- Acabará queriéndome- estaba estúpidamente convencida- no hay ninguna razón por la que deba estar contigo, te olvidará enseguida.

- El corazón tiene razones que la razón no entiende- dije recordando un verso de las letras de Nam- Deja de ponerte en ridículo niña, búscate otra persona de la que ser un trofeo. No quiero jarrones vacíos cerca de mi.

- Tu no sabes nada de él, yo le conozco desde que éramos pequeños.

- Que gracia que no supieras que era gay.

- ¿Acaso no quieres lo mejor para él? Solo eres una piedra en el camino, si de verdad le quisieras le dejarías ir- Rosé me miró impotente y se fué. Cogí la copa y la lancé contra la pared.

Empecé a columpiarme en el banco mirando el cielo, quería volver a casa. Miré el móvil con curiosidad, los chicos estaban haciendo una fiesta. Y yo estaba en un lugar a donde no pertenecía. No quería admitirlo pero Rosé tenía razón, y eso me había dolio.

- Kim SeokJin, es el momento de que seas útil- mierda.

- ¿Otro negocio imposible?

- Varios instrumentos de la orquesta se han estropeado, la fiesta necesita entretenimiento.

- ¿Y qué quieres que haga?

- Demostrar que vales- se fué con las simples frías palabras. Mierda y más mierda.

Volví a entrar en el salón y me acerqué a los músicos, tenía que encontrar una solución.

- ¿No hay ninguna canción que podáis hacer sin los instrumentos?

- De orquesta no- respondió enfadado el director, suspiré nervioso.

- ¿Y que no sean de orquesta?- pregunté esperanzado.

- Esta mañana tocamos awake en una fiesta, pero el cantante se fué a Japón esta tarde. ¿Sabes cantar, chico?- madre por favor llévame contigo. 

- ¿Podemos practicar antes?- volví a preguntar reuniendo todo el valor que tenía.

- Solo una vez, no hay tiempo.

- Trato hecho- que estoy haciendo con mi vida.

Después de media hora llegué al escenario, la cara de todos era un poema. Seohyun se veía enfadada, otro plan frustrado. Eso me dio ánimos, cogí el micrófono con manos temblorosas, cerré los ojos y empecé a cantar, nada más terminar hice una reverencia y salí corriendo a la azotea.

- Quevergüenzaquevergüenzaquevergüenzaquevergüenza- me derrumbé en el suelo y mire el cielo estrellado- ¿Todo esto de verdad merece la pena?

¿Todo merecerá la pena? , ¿y si  Rosé tiene razón?, ¿alejarme de él era algo egoísta o algo que debía suceder?

- Cariño estuviste genial- por fin, Nam se sentó a mi lado- ¿Que tal la segunda fiesta?

- Demasiado intensa, conocí a la hermana de Jiminnie, Rosé me dijo que debía dejarte y luego tuve que subirme a un escenario por culpa de tu madre. Estoy tan cansado.

- Tu voz es hermosa, no hagas caso a Rosé- me senté y le mire a los ojos.

- Todo esto merece la pena, ¿verdad?- mi voz temblaba- esta es la opción correcta, ¿verdad?

- No puedo prometerte el futuro, nadie puede...pero te diré algo. Eres la mejor opción en un futuro incierto, nadie me hará cambiar de opinión- sentí mis ojos humedecerse.

- ¿Merece la pena que arriesgues tanto por mi?- Namjoon me acarició la mejilla.

- Nunca pienses en que no haría algo por ti, por que yo lo haría todo- nuestros labios empezaron a bailar unos sobre los otros, la luna como único testigo. Una lágrima solitaria cruzó mi mejilla.

- Volvamos a casa.