Adoptada ✔ [Bilogía Adoptada #2] || Editando

Capítulo 6

En el orfanato compartía habitación con Kenzie, y estoy casi segura de que este cuarto era al menos el doble —si no es que más— de grande que mi antigua habitación. Aunque debo acreditar que en el orfanato cada habitación tenía su baño, eso era decir mucho.

La habitación era muy espaciosa: la cama se encontraba opuesta a la puerta, había un escritorio del lado izquierdo y frente a éste había unas puertas que daban a una especie de balcón —asombroso—, de lado derecho había dos puertas, supongo que una de esas ha de ser el armario.

La habitación estaba pintada de color celeste, los muebles eran blancos y el respaldo de la cama era morado junto con las sábanas, pero estas eran de un tono más suave. Todo contrastaba y combinaba a la perfección.

—Bienvenida a tu habitación, Sky.

—Es enorme —recalqué.

—Deja te muestre el interior.

Jessie tomó mi maleta y se adentró en la habitación. 

Caminé detrás de ella observando cada detalle de la habitación, todo se veía tan delicado y acorde a mi personalidad. Es como si conocieran perfectamente cómo soy.

Jessie colocó mi maleta sobre la cama y se giró hacia mí, su sonrisa no se había borrado desde el momento en que me vio.

—La cama y un escritorio —señaló los muebles—, por aquí está el armario y el baño.

¿Mi propio baño?

Abrió la primera puerta, y en efecto era el armario. Era un cuarto espacioso y suficiente para la ropa, aunque se verá vacío cuando coloque las pocas prendas que tengo. A continuación, abrió la puerta de al lado y el baño se apreciaba al entrar, no era muy grande ni muy pequeño, lo suficiente para una persona. El retrete y el lavamanos junto al espejo se ubicaban del lado derecho, al lado izquierdo al fondo se encontraba la ducha. Un mueble color blanco se ubicaba frente al inodoro, diferentes productos y las toallas estaban organizadas en él.

Esto estaba siendo mucho para mí.

—Yo misma escogí la habitación, es igual a la mía. Sé lo que les gusta a las chicas y mamá estuvo de acuerdo en acomodarla para ti. ¿Te gusta?

¿Qué si me gusta?

Posiblemente esta es la habitación que cualquier persona soñaría con tener.

Por supuesto que me gusta.

—Me encanta —la sonrisa de Jessie se ensanchó más, cosa que me hizo sonreír a mí también—, aunque el armario es un poco grande para la ropa que tengo.

—De eso no te preocupes, podemos ir de comprar cuando desees. No quiero presumir, pero tengo un buen sentido de la moda —me guiñó un ojo, reí por su comentario.

—De acuerdo, tú dime cuándo y vamos —acepté con una sonrisa.

—Lo hablaremos con mamá, ahora vamos. Te enseñaré el resto de la casa.

Jessie me tomó de la muñeca y nos dirigió fuera de la —ahora mía— habitación.

Fuimos a cada rincón de la casa: el sótano, el jardín trasero, el cuarto de lavado, la cocina, la estancia, la sala de relajación —o minibiblioteca—, las oficinas de los señores Jensen, los baños —porque había dos más aparte de los que ya había en cada habitación—, y la biblioteca. Cada habitación era igual de grande que todo en esta casa.

Subimos las escaleras de vuelta al segundo piso.

—Aquí están la mayoría de los dormitorios, más dos extras que son los de invitados y la habitación al fondo del pasillo a la derecha que es una bodega donde mamá guarda y acumula sus diseños.