Adoptada ✔ [Bilogía Adoptada #2] || Editando

Capítulo 7

Cogí aire y giré el pomo de la puerta para abrirla y salir de mi habitación, caminé hacia las escaleras y en el living me encontré con que Tony y Jessie ya hacían ahí vestidos y arreglados esperando la llegada de sus padres para nuestra cena.

—Hola —saludé mientras caminaba hacia ellos y tomé asiento en el sofá donde Jessie estaba.

— ¿Nerviosa? —Cuestionó la chica, alzando la vista de su teléfono y fijándola en mí.

—Algo así.

—Te ves linda —halagó Tony.

Sentí como la sangre subía hasta instalarse en mis mejillas, bajé la vista nerviosa y una sonrisa de igual forma se formó en mis labios.

—Gra-gracias —las palabras salieron torpemente de mi boca—, ustedes también se ven bien.

—Es el efecto Jensen —mencionó Jessie y se encogió de hombros.

— ¿El efecto qué? —Fruncí el ceño y miré a Jessie expectando una respuesta.

—El efecto Jensen —se adelantó a decir Bradley, quien por cierto no estaba aquí hace unos segundos—, papá le dice así a la habilidad de verse bien para cualquier ocasión, lo bautizó de tal manera y ahora es parte de la cultura de esta familia —se sentó en el sofá individual y sacó su teléfono, en ningún momento me dirigió la mirada—. Tienes mucho que aprender de esta familia, hermana.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo, la forma en la que dijo "hermana" me hizo estremecerme.

—Sky ya tendrá tiempo para aprender todas las bromas internas de la familia —defendió Jessie—, y yo me encargaré de ello.

—Aprendo rápido, así que no se preocupen por eso —respondí con firmeza.

Bradley enarcó una ceja y Jessie soltó una risita.

Okay sí, puede que no tenga ni la mínima idea sobre a todo lo que se refiere esta familia, pero eso no es motivo para minimizar mi presencia en ésta, y sobre todo ver de menos mi capacidad en cuanto acoplamiento.

Bradley Jensen, creo que empezamos con el pie izquierdo.

Los siguientes veinte minutos estuvimos en silencio, me dediqué a inspeccionar con la mirada más detalladamente el interior de la casa: habían muchas fotografías y premios escolares. Minutos después un auto se escuchó estacionarse afuera de la casa, los señores Jensen habían llegado.

—Mamá y papá llegaron —Jessie se puso de pie y se acomodó su vestido que era color vino.

En efecto, segundos después ambos señores se adentraron a la casa; faltaban quince minutos para las siete de la noche.

— ¿Todos listos? —Los cuatro asentimos con las cabezas.

Uno a uno fuimos caminando hacia la salida de la casa, al pasar junto a mis nuevos padres sentí la necesidad de pararme frente de ellos. La señora Jensen me examinó con su mirada sonrió en grande.

—Te ves hermosa, Sky —acarició mi brazo con suavidad y una ráfaga con una sensación que no sabría describir me inundó; sentí como la sangre subía hasta instalarse en mis mejías.

—Gracias —sonreí nerviosa —, y gracias por el dije, está hermoso.

—Sabía que te gustaría.

Terminamos de salir de la casa y una vez instalados dentro del auto, el señor Jensen se puso en marcha hacia el restaurante.

Las luces que iluminaban la ciudad estaban en su máximo esplendor, hacía tiempo que no recorría la ciudad de noche. Recuerdo que cuando salía con mis padres me encantaba ir viendo por la ventana y admirar todo lo que iba pasando, y creo que esa costumbre no la he perdido porque a lo lejos escuché cómo Jessie me hablaba.