Adoptada ✔ [Bilogía Adoptada #2] || Editando

Capítulo 2

Cualquiera podría decir que es ridículo extrañar a alguien con quien —o quienes— conviviste unos pocos años y de los cuales tienes pocos recuerdos, pero para mí no lo es.

Estamos hablando de mis padres, los seres que me dieron la vida y que hubiesen dado la vida por mí si ese fatal accidente no nos hubiera separado; así no es ridículo.

Limpié un par de lágrimas con el dorso de mi mano y sorbí mi nariz, Kenzie apoyó una de sus manos sobre mi hombro y Ellie se abrazó a mi pierna.

Si es verdad que los que se van nos ven y escuchan desde donde sea que se encuentren, no está demás hablarles..., o eso quiero creer.

—Quiero creer que están al tanto de lo que sucede por aquí —murmuré—. Al parecer alguien sí quiere adoptarme. Marcy dice que no los estoy reemplazando, ustedes siempre tendrán un lugar especial en mi corazón; fueron los mejores padres que pude tener y se lo agradezco.

Me quedé de pie frente a las lápidas durante unos minutos más, a veces quisiera retroceder el tiempo y volver, aunque sea unos minutos con ellos. Abrazar a papá y decirle lo mucho que lo amo, sentir las caricias de mi madre, a veces desearía tener cuatro años otra vez.

Solté el aire que se había quedado atascado en mis pulmones y me giré hacia mi amiga, bastó una sola mirada para que entendiera que era hora de irnos. Cogí de la mano a Ellie y las tres juntas salimos del lugar, en un momento Kenzie se acercó a mí y me abrazó rodeándome con sus brazos mi cintura, ella era un poco más baja que yo.

—Voy a extrañarte —habló cuando nos detuvimos en un parque para poder sentarnos en una de las bancas que estaban ahí, caminar hasta ese momento ya me estaba cansando y mi respiración empezaba a ser pesada.

Sí, definitivamente yo también las extrañaré.

—Y yo a ustedes. Tanto tiempo juntas que ahora me es difícil alejarme de ustedes, son mi pequeña familia.

—Promete que no te olvidarás de nosotros —Ellie me miró a los ojos y pude distinguir tristeza en éstos.

— ¿Cómo podría olvidarme de ustedes? —Se me hacía ridículo sólo de pensarlo—. Ustedes son demasiado importantes para mí.

La pequeña sonrió complacida ante mi respuesta.

— ¿Lo prometes? —levantó su pequeño meñique, una sonrisa brotó de mí al ver la inocencia de su acto. Enrollé mi meñique con el de ella dando así mi palabra.

—Lo prometo, enana.

Kenzie extendió sus brazos y nos unió a las tres en un abrazo que me sabía a una amarga y triste despedida; sin importar cuántos años hayamos pasado juntas y las diferencias de edades, ellas eran como mis hermanas.

«Somos hermanas»

~*~

Esa tarde no salí de mi habitación, siempre sucedía lo mismo cuando visitaba a mis padres: la nostalgia me invadía y prefería encerrarme en mi habitación y dejar que la melancolía abrazara mi corazón. Llámenlo masoquismo, pero era una forma de sentir que mis padres seguían conmigo y así no sentirme sola.

Para cuando me sentía de tal forma siempre tenía a la mano un cuaderno que Vicky me regaló, es una especia de diario personal así que mi uso para él era algo similar. Siempre me ha gustado la literatura, así que los pensamientos que me rondan en la cabeza los saco mediante letras; la mayor parte del tiempo son sobre mis padres o la forma en cómo me siento, también es un modo de terapia que la psicóloga me recomendó cuando aprendí a escribir hace algunos años.

—Hola Sky. —Levanté la vista del cuaderno y encontré a Vicky de pie en el orificio de la puerta.

—Hola Vicky —cerré el cuaderno que estaba usando hace unos momentos y lo guardé en uno de los cajones de la cómoda.