Capítulo 2

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ANDER

Dejo el móvil sobre la cama y miro al techo, como acostumbro a hacer. Imágenes de Elena se me vienen a la cabeza y me asombro la manera en la que ha cambiado. Justo un día después de su cumpleaños me fui de viaje y no volví a verla hasta ayer por la noche. La muerte de su padre le ha afectado, como es normal. Pero no está triste, eso es lo que me extraña. Está como ida. Nunca la había visto así. No sé si pasó algo más en el verano que haya podido influir en ella. Solo espero que siga siendo la misma Elena que conozco.

Antes de que me quede dormido mi madre me llama para cenar y con pocas ganas me levanto. Al bajar, la veo sentada en la mesa de la cocina con mi hermano.

-¡Hola, cariño! ¿Qué tal tu día?- Dice cuando me siento a su lado y me besuquea un poco. Lola, nuestra sirvienta, nos pone varios platos de comida delante de nosotros.

-Bien. Solo Carla ha caído en mi clase.- Digo mientras me llevo una gran cantidad de comida a la boca.

-¿Y Elena? ¿Ella no está contigo?- Miro a mi madre, que se lleva una copa de vino a la boca mientras me mira algo sorprendida.

-Mamá, ya te dije que Elena está en letras. Igual que el año pasado.

-Normal. No querrá arriesgarse a suspender y que la expulsen del instituto. Habrá robado para pagarse la matrícula. Tiene pinta de no tener ni un duro.- Las palabras del cabronazo de Saúl hacen que lo mire como si quisiera matarlo.

-Ni se te ocurra hablar así de Elena. No tienes ni puta idea de quien es ni de su vida privada.- Mi voz se eleva al igual que mi ira.

-Basta. Los dos.- Dice mi madre mientras nos mira.- Saúl, no tienes derecho a hablar así de ella. Su familia ha pasado por mucho. Y tú, Ander. En casa no se levanta la voz. No me hagas volver a repetírtelo.- Miro a mi hermano con cara de pocos amigos y sigo comiendo. Nuestra relación nunca ha sido buena. Él siempre ha estado por su lado y yo por el mío. Somos personas muy diferentes a mi parecer y casi nunca estamos de acuerdo con algo.

Termino de comer y sin decir nada más subo a mi habitación.

Como cada mañana, me levanto y me doy una ducha rápida para terminar de despertarme. Me pongo el uniforme del instituto y bajo para desayunar algo mientras veo la televisión. Cuando queda algo menos de media hora para que las clases den comienzo, cojo las llaves de mi moto y me encamino hacia la casa de Elena. Al vivir prácticamente al lado, solo tardo unos tres minutos en llegar. Para mi sorpresa, Elena está esperándome en frente de su portal. Cuando oye mi moto gira la cabeza hacia mi dirección y viene corriendo hacia mí. Su larga melena se balancea de un lado a otro.

-Buenos días, Ander.- Dice cuando está cerca y me besa la mejilla. Algo se activa en mi interior cuando sus labios rozan mi piel.

-Hola.- Digo, sintiendo sus piernas rodeando las mías desde atrás cuando se monta.

-¿Vas a moverte o piensas quedarte así todo el día?- Elena apoya su barbilla en mi hombro mientras me mira.

-Mañana vas andando, que lo sepas.- Dicho esto acelero y nos marchamos de allí.

Las primeras horas se pasar muy lento. Odio el primer trimestre del curso. Mi cabeza ha estado deambulando por ahí y no he prestado atención a nada. Por suerte, solo queda una clase y en ella estaremos todo el grupo. Al menos me entretendré.

-¿Quiénes son esas?- La voz del nuevo alumno hace mire hacia la puerta y veo a Natalia y Elena entrando junto con Javier. Carla se levanta de su asiento y va junto a ellos.

-Natalia y Elena. De letras.- Escucho como hablan de mis amigas detrás de mí.

-Están buenísimas.- Me da asco escuchar que hablan así de ellas.

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