Al día siguiente nos levantamos todos cerca de las cuatro de la tarde. Nos habíamos acostado a las siete de la mañana, lo que me parece raro es que no nos hayamos levantado al día siguiente. Nos ponemos el pijama y bajamos a comer las sobras del día anterior. Por lo visto, el idiota y su novia se habían ido hace poco. Cuando comemos, decidimos estar un rato en el yacusi mientras hablamos. Mi mente estaba en otro sitio, por lo que no le presto atención a lo que dicen. Después de una hora y media, nos duchamos y ayudamos a limpiar la casa entre todos. Diego nos lo agradece diciendo que nos invitaría a un McDonald. Por mucho que nos negásemos, a él le hacía ilusión. Por lo visto le hemos caído muy bien. Luego de ver unas pelis, Diego, Ander y Javier se marchan a comprar las hamburguesas mientras que Carla y Natalia se ponen a ver una comedia romántica y hacerse fotos para las redes sociales. Yo decido coger mi libro de historia y ponerme a estudiar aprovechando que la casa está tranquila. Me siento en un balancín muy cómodo que hay en el porche y comienzo a memorizar mis apuntes. A la media hora, el sonido de un coche se hace presente y pienso que son los chicos. Pero Diego me dijo que el restaurante más cercano quedaba a una hora aproximadamente de aquí. Cuando alzo mi vista extrañada, me paralizo al ver a Saúl delante de mí. Lleva puesto una cazadora que le queda como anillo al dedo.
-Hola.- Me dice.
-Hola.- Contesto. Quiere decir algo, pero parece ser que no se atreve.- ¿Qué haces aquí? ¿Has olvidado algo? ¿O has venido por Diego? Los chicos se han ido.
-No he venido por nada de eso. He venido por ti.- ¿Por mí? No entiendo nada de lo que está pasando.
-¿Puedes explicarte?- Saúl se acerca y se sienta a mi lado. Yo recojo mis piernas, que tenía estiradas, y las agarro con mis manos.
-Quería pedirte perdón por todo lo que te dije ayer.- ¿Saúl pidiéndome perdón? No me lo puedo creer. Tal vez no sea él y es un clon.- Te dije cosas muy feas. Pero me dio rabia que esos tipos se quisieran aprovechar de ti con lo joven que eres.- El idiota parece que habla con total sinceridad.
-Agradezco tu gesto, Saúl. Nadie se iba a aprovechar de mí, además soy mayor de edad. Sé lo que hago.- Este me mira por unos instantes y vuelve a mirar hacia el frente.
-No conoces a los tíos. Cuando vemos a una chica como tú se nos nubla el juicio y hacemos cosas horribles.- Instantáneamente mis mejillas comienzan a arder. ¿Está haciéndome cumplidos?
-Según tú, ¿qué es una chica como yo?- Saúl vuelve a mirarme haciéndome sentir nerviosa.
-Pues... una chica. A lo que me refiero es que no todos los tíos son como Ander. La mayoría son unos asquerosos animales por naturaleza. Por eso me vi en la obligación de protegerte. Eres como una hermana para mi hermano, si eres importante para él no puedo permitir que te pase nada.
-Supuestamente también soy tu hermana.- Digo provocándole una sonrisa. Una sonrisa que me recuerda a la de aquel chico de la playa, el que tanto me gusta. No... no puede ser.- Gracias por todo. Oye, ¿tú me protegiste cuando unos tíos quisieron aprovecharse de mí? En la playa, aquella noche.- A Saúl se le borra completamente la sonrisa del rostro y me mira sorprendido.- Saúl, me gusta mucho ese chico. No he dejado de pensar en él e incluso he soñado muchas veces con él. Dime que no eres tú de quien me enamoré aquella noche...- Lo miro muy seria esperando una respuesta. Dime que no. No puedes ser tú.
-No sé de qué me hablas.- Dice cortante. Un alivio aparece en mí al oír esas palabras. Casi me da algo al pensar que era Saúl. Era imposible que fuera él. Aquel chico fue muy amable, y no puedo decir lo mismo de él.- Bueno, tengo que irme. Solo vine para decirte eso. No estaba tranquilo conmigo mismo. Ya nos veremos, supongo.- Dice levantándose.
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Más que amigos
Teen Fiction¿Amor entre amigos? ¿Sexo entre mejores amigos? ¿Por qué no? Todo lo que un día fue una gran amistad entre Elena y sus amigos va a cambiar radicalmente. Y más aún después de que descubra que está enamorada del hermano de su mejor amigo. Si quieres l...