Parte de mi 🐰

Capítulo 02

Con el pasar del tiempo, Jungkook siguió teniendo episodios de transformación. Todos sucedidos al momento de saltarse o retrasarse con una inyección. Pero extrañamente, estos no eran los únicos causantes de los repentinos cambios.

Luego de una serie de estudios y pruebas, con el fin de buscar algún tipo de interruptor que activara el proceso de trasformación, llegaron a una particular conclusión. La adrenalina.

Cada vez que Jungkook experimentaba una situación de sorpresa, nerviosismo o miedo; se provocaba una leve y espontánea descarga de adrenalina. Para una persona normal, esto es bastante común en este tipo de situaciones. Pero para él, significaba la clave de modificación de su ADN, o eso habían concluido hasta el momento.

Por otro lado, su cuerpo; al recibir por tantos años el particular medicamento; había absorbido, en su mayoría, los componentes del mismo. De esta forma, el no aplicarlo, no provocaba alguna anomalía o algún peligro para su salud. Pero claro, esto podría provocar una repentina transformación, las cuales no eran muy agradables. Especialmente para su madre.

A partir de sus episodios de trasformaciones pasadas, se determinó un lapso de tiempo en el cual permanecía en aquel estado. Este periodo correspondía a solo 10 minutos a lo mucho. Esto era debido al tiempo en que su cuerpo tardaba en reestablecer los niveles de adrenalina a su estado normal.

De cierta forma, estos cambios espontáneos podrían clasificarse como un mecanismo de defensa ante alguna situación de peligro. Generalmente, cuando un conejo se encuentra bajo amenaza, suele quedarse quieto un momento, regulando su respiración y analizando cuidadosamente; y al momento de sorprenderse, comienzan a correr desenfrenadamente, alejándose del peligro. Ya en algunas ocasiones, al momento de suceder la transformación, Jungkook echaba a correr por toda la casa de manera descontrolada hasta que se deba cuenta de lo que sucedía.

A medida que iba creciendo, fue comprendiendo lo delicado de su situación. Cuando era pequeño no entendía bien lo que le pasaba. Sentía como si estuviera soñando. Pero ahora estaba totalmente consiente de la extraña y alucinante situación en la que se encontraba. Aunque había aprendido a sacarle un poco de provecho.

Flashback

Bip...bip...bip...bip...

Se escuchaba una pequeña alarma en su muñeca izquierda.

Para prevenir cualquier confusión con respecto a la hora que debía consumir su medicamento, Jungkook llevaba siempre consigo un brazalete bastante similar a un reloj de mano, con la diferencia de que este estaba especialmente diseñado para recordarle que debía de aplicarse otra inyección. Su madre también llevaba uno en su muñeca para prevenir, aún más, cualquier posibilidad de pasar por alto alguna inyección si es que uno de los aparatos llegaba a fallar. Aunque Jungkook personalmente pensaba que no eran necesarios ya que desde su primera transformación, ella no se despegaba de la hora ni un solo segundo.

-¡Jungkookie!- se oyó el llamado de su madre desde el primer piso-¡Es hora de tu medicina!-.

-¡Ya voy eomma!- respondió con la misma intensidad. Se encontraba recostado en su cama mientras jugaba un videojuego con una concentración envidiable.

-¡Jungkook, suelta esa consola y baja en este instante!- se escuchó con poco más de intensidad que antes- ¡Y no olvides tu libro de matemáticas!-.

El chico de 10 años solo dio un largo y pesado suspiro mientras se levantaba de su cama. Busco desganadamente el libro mencionado y cuando lo encontró, solo se quedó mirando la tapa con pesadez.

-Odio matemáticas-. Dijo arrastrando las palabras.

A causa de su situación, Jungkook recibía clases en casa por parte de su madre. No le iba mal con sus estudios, pero no le agradaba tener que estudiar todo el tiempo, además de que matemáticas era su materia menos preferida, aparte de historia.