Capítulo 8

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Mientras esta en la tienda junto a Kuroko probándose diferentes trajes, Akashi, se pierde en los recuerdos del pasado, de cómo se dio todo hasta llegar a este momento, quizás si él no hubiera intervenido en la relación de Kagami y Kuroko sería este último el que estaría eligiendo su traje para la boda y llevaría el anillo en su dedo anular.

—¡Seijuro! —grita Tetsuya ya harto de estar llamando al contrario. El nombrado le mira sorprendido, pero enseguida opta un semblante serio— ¿Qué te pasa?

—Me gusta más el que tiene patrones —dice el pelirrojo agarrando uno de los sacos que su amigo llevaba en brazos, se lo coloca y mira al espejo, lleva puesto: un saco blanco, pantalón de igual color y camisa roja que combina con su cabello.

—Te vez bien.

—Como siempre.

—De nada, psicópata narcisista —Tetsuya tiene un rostro tan neutral que te hace dudar del chiste, pero Akashi conoce a su amigo como para saber cuándo bromea.

—Tetsuya —voltea a ver a su amigo, el de cabellos celestes levanta un poco la barbilla haciendo sabe que escucha—. ¿Crees verte en mi lugar?

—¿Te refieres al lado de Taiga? —el hibrido se lleva una mano a la barbilla imaginando lo propuesto, sonríe con tristeza y eso alarma a Akashi al punto de causarle un dolor en el pecho—. Definitivamente no puedo, es imposible. ¿Te imaginas yo casándome con Taiga? —comienza a reír logrando que el emperador sólo sienta más dolor—, claro que no, eso es ridículo. Él y yo no nos vemos para nada bien. El rojo no va conmigo. Además, ambos viviendo justos, eso sí sería algo digno de ver: comer juntos, reír y abrazarnos, decirnos cursilería y sonrojarnos. ¡De locos! Sería así como hace... seis años... —Kuroko siente los brazos de su amigo envolver su pequeño cuerpo, eso lo sorprende—. ¿Seijuro, qué? —intenta separarse, pero el contrario lo aprieta aún más contra su cuerpo, al parpadear siente algo caer de sus ojos y eso lo hace sobresaltar.

¿Lágrimas? ¿Está llorando?

—Perdóname, perdóname —dice el pelirrojo sintiendo su voz quebrarse, el dolor punzante en su pecho no lo deja ni respirar, aspira profundo y su cuerpo tiembla—. Tetsuya, lo siento tanto —lágrimas de profunda tristeza comienzan a salir de sus ojos rojos. Se siente culpable, si él no existiera Tetsuya sería feliz junto a Taiga. Él no debía haber nacido, él sólo está de más, es un estorbo, un error.

—Akashi Seijuro —el híbrido sacude el cuerpo de su amigo por los hombros—. Deja de remover el pasado, maldita sea —furioso le da una cachetada, que deja a ambos muy sorprendidos.

¿Lo odiaba? ¿Tetsuya odiaba a Seijuro? No, claro que no, pero sí hay un pequeño remordimiento que no se había ido con los años. Seguía ahí, al igual que la culpa del emperador por todo lo que había ocurrido.

Después de tal escena en la tienda volvieron al departamento de la pareja sin decirse ni una palabra. Al llegar allí el lobo los recibe con una alegre sonrisa, enseguida se da cuenta de que ambos estuvieron llorando, pero no pregunta nada, su amigo se lanza a sus brazos mientras que su prometido guarda el traje para la boda.

—¿Sucedió algo? —mientras preparan la cena Taiga se moría de la curiosidad así que decidió preguntar. El de cabellos celestes le mira sin saber que decir, voltea hacia Seijuro que corta las zanahorias.

—Nosotros... —comienza Kuroko, pero es interrumpido.

—Yo no debería estar aquí —los ojos de Akashi enseguida se vuelven dorados—. Sería mejor si desapareciera.

Sin ser consciente el cuchillo sigue su curso llegando a cortar los dedos del pelirrojo, pero el lobo es más rápido y logra detener el cuchillo antes de que el emperador se rebanara los dedos.

El pasado está presente - AkaKagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora