Taiga muerde su hamburguesa sentado en la silla del comedor mientras ve a su esposo, porque ya fueron al registro civil y ahora están casados por ley. Seijuro habla con la preparadora de bodas por quinta vez en el día para saber si todo está perfecto para mañana.
El emperador está muy estresado y el lobo también, pero de alguna forma deben relajarse. Taiga termina su hamburguesa, lava sus manos y toma un vaso de agua antes de volver a sentarse.
—Ven aquí —llama con cariño y palmea sus muslos, Seijuro deja su libreta de tareas y se acomoda en el regazo de Taiga—. Relájate.
—Lo intentaré —se acurruca entre los brazos del pelirrojo, quien lo envuelve y deja besos en su mejilla—, pero estás peor que yo así que no me regañes.
—Tienes razón. Espero poder dormir algo —ríe el lobo sabiendo que no suele dormir cuando al día siguiente tiene algún compromiso importante—. Todo saldrá bien, será perfecto, estoy seguro de eso.
Seijuro toma las mejillas de su esposo y junta sus labios en un beso cariñoso, mira los ojos rojos del contrario y sonríe feliz de simplemente tenerlo aquí, en su presente y futuro.
—Vamos a tomar un baño —el emperador se levanta y jala de la mano a Taiga para ir al baño.
Después de un relajante baño van a la cama e intentan dormir. Abrazados y a oscuras tienen una plática sobre cómo quieren que sea el futuro, hacen promesas de mejorar en algunos ámbitos para una mejor relación, también expresan lo que les molesta del otro para poder cambiar o evitar hacerlas. Hablan hasta que Taiga es el primero en caer dormido para agrado de Seijuro, que estaba un poco preocupado por el mal hábito de su esposo. El emperador deja un beso en la mejilla del lobo y se recuesta contra el pecho de éste para dormirse escuchando los latidos del hombre que ahora es su corazón.
(...)
Los novios se reúnen en el centro de la pista después de sacarse fotos con todos los invitados. Bailan juntos al compás de la música de clásica.
—Es un mentiroso —susurra Taiga cerca de la oreja del contrario, éste levanta la vista encontrándose con unos hermosos y triste rubíes—, Tetsuya dijo que vendría.
—Vendrá —asegura Seijuro con una gentil sonrisa.
El mayor asiente y deja un suave beso en la cabeza de su esposo. Todos los espectadores aplauden por ese tierno gesto, ambos pelirrojos se sonrojan por ello.
—Se ven hermosos de blanco y ese impecable peinado hacia atrás les da un toque muy sensual —dice Satsuki mordiendo su labio inferior.
—¿Estás bromeando? Son dos demonios vestidos de blanco que finge ser ángeles —las palabras de Daiki hacen enojar a la de rosados cabellos, que hace un puchero muy adorable y lo patea por debajo de la mesa. El moreno se queja al sentir el tacón de la chica en su pierna.
—¿Para cuándo la boda de ustedes dos? —esa voz hace sobresaltar a ambos debatientes, que rápido miran al frente encontrándose con un tranquilo Tetsuya sentado en la misma mesa, entre Ryouta y Midorima, éstos también saltan del susto al percatarse del híbrido ahí.
—¿Desde cuándo estás aquí? —pregunta Aomine algo molesto por la insinuación de la boda, ¿Acaso fue broma o sabe algo? Satsuki no debía ni pensar en la posibilidad de algo así ya que de esa forma la propuesta sería aún más sorpresiva.
—Recién llegue —dice llevándose la copa a los labios.
—¿De llegar aquí o a la ciudad?
—Las dos cosas.
Después de un largo momento viendo a los novios los ojos rojos de Taiga chocan con los azules de Tetsuya, ambos sonríen felices de verse, el bajito no duda en ponerse de pie y caminar hacia los novios. Al acercarse, Seijuro nota su presencia y enseguida lo atrapa con sus fuertes brazos, Tetsuya sonríe y palmea la espalda de su mejor amigo antes de apretarlo con fuerza y ocultar el rostro en su hombro. Lo había extrañado un montón, tantas veces necesito charlar con él, necesito de sus bromas y egocentrismo, de sus abrazos y sonrisas aterradoras.
—Por poco y mando a mi perro rabioso a buscarte.
—Qué bueno que vine —finge alivio Tetsuya para seguir el juego del emperador—. Te vez muy guapo.
—Yo soy guapo, pero Ryouta insistió en que me maquillara un poco.
—Por lo menos tapó esa cara de loco que siempre traes —dice con seriedad haciendo reír a Kagami, ambos amigos posan su mirada en él—. Taiga, que gusto volver a verte —usa su tono seductor mientras se acerca al novio, quien sólo sonríe mientras es seducido.
—Digo lo mismo, Tetsuya. Me hace muy feliz verte aquí, te estaba esperando.
El de cabellos celestes queda rojo como un tomate, que Taiga le diga eso con sus ojos rojos clavados en los suyos irradiando felicidad por su presencia y sus brazos fuertes rodeando su pequeño cuerpo, vestido con un traje blanco y con ese condenado peinado hacia atrás que lo hace ver tan jodidamente sexy. ¡Esto parecía uno de sus sueños locos! Sólo falta el Pegaso y volarían hacia un arcoíris.
Tetsuya con el rostro ardiendo y el corazón latiendo a mil se abraza con fuerza al pecho del alto pelirrojo ocultando así su rostro para que nadie lo vea. Unos segundos después se separa y camina hacia Seijuro.
—Controla a tu esposo, no llevan ni una hora de casados y ya me está coqueteando —comenta con seriedad.
Taiga estalla a carcajadas y Seijuro aguanta la risa al igual que el que lo dijo.
—Tú comenzaste con el coqueteo —le recuerda el emperador.
—Pero yo lo digo jugando.
—Yo también —asegura el lobo.
—Ese tipo de juego no, Taiga, déjalo para la cama —Kuroko guiña un ojo cómplice hacia el lobo recibiendo un golpe en el hombro de parte del emperador celoso.
Los tres intercambian una mirada de complicidad antes de reír a carcajadas limpias. No importaba el tiempo seguían teniendo esa irrompible amistad.
Fin
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El pasado está presente - AkaKaga
FanfictionKagami Taiga busca el amor, pero sin saber que su búsqueda desataría una serie de sucesos que darían comienzo a una revuelta social. Enamoro a dos personas que desataron una guerra. KagaAka Un poco de KagaKuro