Presente
Una división de ataque era lo más conveniente. Akashi les explicó a los híbridos los puntos débiles de la ciudad, pasajes secretos y lugares menos concurridos. Tendrían una gran ventaja ya que los emperadores no sabían su ubicación y los lobos estaba dispuestos a ayudar. Además, tienen al gobernante de su lado. Sólo necesitaban un buen plan.
No eran más de cuarenta hombres, pero estaban seguros de que ganarían.
Por la madrugada unas horas antes del ataque, Taiga dejo a Tetsuya dormido en la cama improvisada de mantas y fue en busca de su amante.
Seijuro no podía dormir, acostado en la cima de la montaña viendo la Luna jugando a las escondidas con las nubes grises, suspira y se pregunta ¿Qué será de él después de esto?
Se siente tan solo.
Desde que llegaron al campamento de los híbridos a estado solo, Taiga no se ha despegado de Tetsuya, sí le mira y le habla, pero cuando lo hace el dolor de Seijuro incrementa, porque ya no lo hace de forma cariñosa y con alguna caricia confortante, ya no le toca, ni le mira con amor, ese amor que juro tenerle ya no existe, ya no lo siente. Quizás está exagerando porque apenas ha pasado una semana, pero siempre era así cuando Tetsuya aparecía, Taiga se olvidaba de él.
¿¡Pero qué espera!? ¡Sí él es sólo su amante!
Es su culpa por haberse enamorado de ese sexy lobo. De ilusionarse tan terriblemente.
Suspira viste y cierra los ojos, sintiendo la fría brisa alborotando sus cabellos rojos.
Escucha unas pisadas acercase así que se sienta de inmediato y voltea poniéndose a la defensiva, pero enseguida se relaja al ver que es ese condenado lobo que lo vuelve loco. Ambas miradas rojizas se encuentran creando un revoltijo de sentimientos.
El emperador no dice nada y voltea dándole la espalda al lobo, que a pasos silenciosos se acerca y se sienta a su lado.
—¿Estás seguro de hacer esto?
—Totalmente —responde el emperador sin mirar al mayor, que no le quita los ojos de encima.
—¿Estás enojado?
—Claro que sí, pensé que me habías elegido —esta vez voltea la cabeza para verle a los ojos, el dolor se refleja en ellos—. ¿Eres feliz con Tetsuya? —Taiga asiente sin apartar la mirada—. No lo entiendo —susurra con un nudo en la garganta.
El lobo se acerca y le roba un beso, Seijuro se hace mil preguntas, está enojado, sorprendido y dolido, pero aun así deja que lo bese, que muerda su labio e invada su boca con esa caliente lengua, deja que el lobo lo toque, que lo acaricie a gusto y desnude su cuerpo. Con sumisión se deja hacer, enamorado, necesitado de afecto.
Taiga besa el cuello, el pecho y los muslos de su pequeño emperador, que sólo se remueve y gime de placer. Acaricia su piel caliente, lo muerde y succiona con suma delicadeza dejando suaves marcas. Despoja el cuerpo de toda prenda para contemplarlo a gusto bajo la luz de luna llena. Hermoso, con las mejillas rojas, los labios entreabiertos, cabellos alborotados y el cuerpo perlado por el sudor.
—Taiga —susurra Seijuro, gime alto al sentir la fría brisa golpear contra su caliente pene erecto. Ve a su amante simplemente deleitarse con la vista de su cuerpo expuesto, frunce el ceño y lo atrae de la ropa, hasta tenerlo contra su cuerpo—, hace frío, caliéntame —ordena mirándole con los ojos dorados, el lobo sonríe y une sus labios en un apasionado beso.
Atrapa el pene del emperador con una mano y lo estimula mientras lame la punta del mismo, lo hace de manera lenta y sumamente tortuosa. El emperador chilla pidiendo más atención y lo obtiene enseguida siendo engullido en su totalidad por la boca de su amante, gime y le agarra con fuerza de los cabellos rojos. Recuerda enseguida lo dolido que estuvo esos días, viéndolo junto a Tetsuya, abrazándolo, besándolo. Furioso estira con fuerza de los cabellos de Taiga, marcando sus propios movimientos, sin importarle si el lobo se ahoga. Aunque duda mucho que eso pase, es una forma de venganza por todo el dolor emocional que le hizo sentir. Gime alto cuando siente llegar, lo suelta, pero aun así Taiga lo devora tragando hasta lo último.
El lobo se incorpora y se lame los labios con sensualidad mientras mira fijo los ojos de su pequeño emperador, éste siente sus mejillas arder por tales sexis acciones.
—¿Terminarás en mí?
—No.
—pero necesitas atención.
—No importa —Taiga se limpia los labios, pero Seijuro lo atrae de las mejillas para besarlo sin importar el probar de su propia esencia—, tómalo como una recompensa por ser tan buen chico —esas palabras hacen sentir como una puta cualquiera al emperador, ¿Buen chico? ¿Recompensa de qué? Taiga sigue jugando a dos puntas y él cae como un imbécil ante un simple beso. Molesto intenta apartar al lobo, pero éste no lo deja, vuelve a besarle y a tocarle de la forma en que lo vuelve loco—. Sigue así y pronto podremos ser felices juntos —Seijuro suspira extasiado por el beso y mira sin entender al mayor—. Te elijo a ti, Sei —al escuchar eso vuelve a molestarse—. Lo digo en serio.
—Entonces ¿Por qué estás con Tetsuya? No lo entiendo, me ignoras por toda una semana y luego vienes como si nada a decirme esto —cuestiona Seijuro. Con cariño el lobo le rodea con los brazos y lo sienta en su regazo—. Taiga —está por exigir respuesta, pero lo que obtiene es un dulce beso, entiende la indirecta y guarda silencio. Seijuro siente un escalofrío a causa del frío viento de la madrugada, por instinto se acurruca contra el pecho de Taiga, que sonríe y comienza a vestirlo.
—¿No me dirás nada? ¿Esperas que te obligue? —ante las preguntas de Akashi el lobo sólo permanece en silencio—. Maldita sea —hace ademán de pararse, pero los brazos del mayor lo impiden—. Sí no me darás una buena razón por la que haces esto por lo menos déjame ir. Sé que seguirás con Tetsuya cuando todo termine.
—No es así. Te dije que te elijo a ti... Por favor —susurra en el oído de su pequeño amante, que se estremece incómodo entre sus brazos—. Mantente en silencio y sigue ayudando a esta nueva raza. Hazlo por mí y por Tetsuya, sé que él está muy resentido contigo, pero Kazunari me ha dicho que no te odia.
—¿Me estás diciendo que Tetsuya no odia a quien robo a su novio?
—Eso me dijo él.
—No tiene sentido, fue por nuestra pelea que todo esto comenzó —se ríe con sarcasmo—. Pero si lo piensas mejor es tu culpa —mira los ojos rojos de su lobo—. Tú no pudiste decidirte por ninguno de los dos, dejaste que el tiempo pasara, dejaste que nos ilusionemos y llenáramos de celos. Sí hubieras terminar con él mucho antes podríamos estar juntos ahora mismo en la mansión acurrucados en la cama, pero no, estamos aquí a punto de iniciar una guerra que podría acabar con nuestra existencia —recibe un beso en la frente que lo hace reír y golpear al lobo—. Idiota, ¿Me estás escuchando?
—Claro que sí, sólo... eres condenadamente lindo cuando me regañas —sonríe Taiga derritiendo el corazón del emperador, quien vuelve a golpearle por su tontería.
Akashi se acomoda mejor, dejando sus piernas a cada lado de la cadera del mayor, que agarra con ambas manos su rostro y lame sus labios. Los lobos tenían la manía de tratar como un cachorro a su pareja en temporada de luna llena, como ahora. Taiga no podía parar de mimarle con besos, caricias y lamidas algo desagradables por la saliva que deja en su piel, pero es tolerable.
Seijuro cierra los ojos y saca su lengua para jugar con la de su amante, enseguida es envuelta por los labios del mayor, que lo muerde sacándole un ahogado gemido. Con rapidez guarda su lengua logrando que la del contrario la persiga invadiendo así su boca en un beso que lo deja sin aliento. Intenta apartarse para respirar, pero Taiga rodea su cintura, succiona sus cuerpos. El emperador jadea excitado y aún más por el hecho de que el miembro abultado del mayor se refriega contra su trasero.
—Hazlo —pide con la reparación agitada por el beso y el bulto palpitante presionando en su trasero. El lobo niega, esparce besos por la mejilla y cuello de Akashi—. Entonces deja de tocarme porque me estoy excitando —una de las manos del mayor se desliza hacia su miembro, pero él lo detiene—. Quiero que los dos disfrutemos —pide llevando los dedos del contrario a sus labios.
—Y yo sólo quiero mimarte —Kagami envuelve entre sus brazos al menor y apoya la mejilla contra su pecho.
Seijuro suspira resignado, acaricia los cabellos rojos y negros de su chico pensando en el presente, en las cosas que debe hacer, en las decisiones que debe tomar. Sólo espera hacerlo bien para tener un futuro feliz junto a Taiga.
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El pasado está presente - AkaKaga
FanfictionKagami Taiga busca el amor, pero sin saber que su búsqueda desataría una serie de sucesos que darían comienzo a una revuelta social. Enamoro a dos personas que desataron una guerra. KagaAka Un poco de KagaKuro