Capítulo 3.

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-EDITADO-

—¿Está segura?

Era la quinta vez que resoplaba y la sexta que ponía los ojos en blanco. Me ha dicho que puedo usar ropa de su hijo, hasta ha buscado entre ésta para encontrar algo de mi talla, cosa que no fue realmente difícil. Parecía que teníamos casi la misma, aunque yo no supiera la mía.

—Que sí, ya te lo he dicho —caminó hacia la puerta. También me ha pedido que me diera una ducha. Antes de cerrar la puerta, aclaró—: Date prisa que llegaremos tarde, eh.

Su risa característica fue lo último que escuché antes de que cerrara. Así pues, me dispuse a ducharme. El olor que expulsaba su ropa era en verdad agradable, incluso pude llegar a oler un poco de perfume pegado.

Perfume con olor a ¿fresas?

Quizá era otra cosa. 

Una vez estuve listo, con los pantalones un poco holgados —ya que seguramente ese chico tendría los muslos más llenos a comparación de los míos— y la camisa apenas justa, bajé.

Ella se encontraba sentada de espaldas en el sofá, con su teléfono en sus manos.

—Ya estoy listo —hablé, entonces se levantó y se giró a mirarme. Se llevó las manos a su boca.

—¡Te queda perfecto! ¿Ves? ¿De qué te quejas? —quizás de que todo esto no era de mi propiedad—. Bueno, basta de halagos, ¿verdad? Tenemos que irnos ya.

Salimos. Caminamos hacia la esquina, donde hablaba y hablaba sobre cosas que a veces no entendía del todo. Al menos ya no siguió hablando sobre su hijo. No es que molestara, hasta me parecía entretenido cualquier plática que me hiciera. Es interesante cada anécdota que tiene, pero parece ocultar algo. Algo que quisiera hundir hasta lo más profundo. Se notaba. En prisión me mostraron sobre eso, con quien compartía celda era incluso peor.

Paramos un transporte, subimos y le indicó la dirección de la estación. Ahora su plática continuó con el chófer, sobre cosas de la economía o del trabajo. Sobre si el clima era un desastre o los adolescentes era cada vez peor generación tras generación. En ésta última soltó un "¿verdad, Hyukjae?" que yo únicamente asentí.

Cuando por fin llegamos, ella pagó. Había muchísimas personas, tanto de ida como de regreso. Me tomó de por la muñeca y tiró de mí hacia un lugar en general, donde nos quedamos esperando un par de minutos.

—Ya viene —dijo, a lo que asentí con la cabeza gacha—. ¡Hijo! —exclamó. Pude sentir cómo se alejaba.

Escuché su risa, pero no quise levantar la cabeza por pena. Sabía que esa amabilidad de un día se había acabado, esa mujer cálida tuvo de regreso a su hijo.

Qué bonito se debe sentir.

—Mira —pude ver por el rabillo del ojo cómo tomaba de mi brazo—, él es mi hijo.

Bueno, era hora de aceptar la realidad, ¿no? Podría ser la ültima vez que sienta algo parecido al amor de una madre y creo que era momento de dar por definitiva mi despedida. Alcé la cabeza.

Entonces lo vi.

Abrió la boca sorprendido tanto como yo. Soltó de golpe el asa de su maleta, que se cayó al instante.

—Hijo, él es...

—Hyukjae —interrumpió.

Su voz, de nuevo era su voz. Tan dulce como antes. Su cabello estaba ahora pintando de un tono azul fuerte y esos rasgos, a pesar de formarse por su edad, continuaban siendo adorables.

Era él.

Lo repasé una y otra vez antes de poder pronunciar:

—Donghae.

•••
OMG.
ahora es cuando me pregunto, why esto dura poco :0.

"Tiene Que" [EunHae] [P2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora