Capítulo 17

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Perdón

"¿Como debo comenzar esta confesión incómoda?

Yo que he sido tan tonto y desconsideradamente me alejé.

Pensé que estaba bien ser así, porque no sabía que estabas sufriendo

La próxima vez, la próxima vez, iré hacía ti.

Y por fin te lo diré ahora, te quiero."

-Infinite/Mom.

El amor es increíble, es increíble como cada toque, cada rose, cada sonrisa, cada mirada, cada palabra pueden hacerte sentir a pesar del paso del tiempo, es increíble como el amor puede hacerte pensar que todo lo sufrido en el pasado, ha valido la pena, pues están ahí, juntos, a pesar de todos los conflictos vividos.

El amor siempre está a nuestro alrededor, amigos, pareja, familia.

Amor familiar.

Amor de padres.

¿Qué tan fuerte puede ser el amor de una madre?

Habían pasado alrededor de un año, Ming Hao había decidido vivir junto a Jun, habían remodelado la academia para que fuese una escuela de artes, donde se enseñaba pintura la cual impartía las clases Hoshi, música donde Ming Hao se encargaba y baile, donde Jun y Chan impartían clases, remodelando todo el lugar.

Era una tarde de invierno fría, el aire helado y las nubes amenazaban con dejar caer el manto blanco de nieve desde el cielo, la ciudad estaba en silencio, el lugar era tranquilo, pocas veces por no decir que nunca, se podía apreciar el silencio en la agitada ciudad de Seul, por lo que hacía ese diecinueve de diciembre un día especial.

Ming Hao paró en aquella cafetería en la cual frecuentaba junto a Jun, decidido a comprar café para mantenerse en calor, pues el aire había comenzado a helar demasiado y su abrigo no era lo suficientemente grueso.

–Ming Hao... –Llamó aquella mujer, el músico dio media vuelta completamente estático por la sorpresa, pues reconoció aquella voz al instante, era la voz de su madre.

La mujer que un año atrás había dejado lejos se veía completamente diferente a la mujer que tenía frente a él en ese momento.

El cabello castaño y largo, brillante y sedoso ahora era corto, un tanto opaco y pequeños rayos blancos se lograban apreciar ¿seguiría igual de sedoso?

Aquella cara liza sin una sola arruga no estaba más, pues ahora tenía ligeras líneas debajo de sus ojos y a los lados de su boca.

La mujer que siempre vestía elegante ahora vestía de una manera casual.

Solo había pasado un año y había cambiado tanto...

–Mamá... –Susurró el músico, admirando cada centímetro cambiado en el rostro de su madre, la mujer sonrió al escuchar aquellas palabras, Ming Hao jamás había visto esa sonrisa ni esa mirada en su madre, una mirada llena de nostalgia y una sonrisa triste.

–¿Podemos hablar? –Preguntó la mujer con un dejé de duda, el músico asintió, pero antes compró otro café, pues su madre se veía tan abrigada como el, y temía que ella sufriera frío por su culpa.

Se encontraban en una de las mesas de esa cafetería, ubicada en la parte de fuera, el viento soplaba leve pero frío, Ming Hao jugueteaba con aquella bebida caliente entre sus manos y la mujer le veía atentamente.

–Haz cambiado –dijo finalmente Ming Hao, la mujer le miró confundida –tu ropa es diferente y tu cabello ya no es de un solo color, también te arrugaste –dijo frunciendo sus labios, su madre soltó una pequeña risa –todo en un solo año.

–Pues he tenido momentos un tanto difíciles, mi edad me a alcanzado al fin hijo –Ming Hao no respondió a eso, se quedó perdido en la galaxia al escuchar la palabra "Hijo" saliendo de los labios de su madre –pero dime ¿cómo has estado?

–Oh!... Yo... Bien –susurró dando un leve trago a su bebida, no comprendía porque se encontraba tan nervioso –me va bastante bien... Doy clases de música –dijo ya más seguro de si mismo.

–Lo sé, eres noticia... También escuché que estás con ese bailarín...

Ming Hao se tensó al escuchar eso, pues sabía que su madre no aceptaba aquella relación.

–Si... –asintió sin levantar la mirada tomando de nuevo de su café, escuchó un suspiro de parte de su madre.

–Lo siento –susurró la mujer, Ming Hao alzó la mirada sorprendido, encontrándose con la cabeza gacha de su madre quién jugaba con su bebida nerviosa –Yo... Fui una tonta –dijo levantando la vista encarando al sorprendido músico que le veía con incredulidad –¿serías capaz de perdonarme?

–¿De qué me hablas?

–Yo... Fui una tonta, no supe cuidar de ti... Cuando tu llegaste a mi vida fue tan difícil, te quería tener, pero no sabía cómo cuidarte, te descuidé y cuando te tenía cerca era cruel, usaba mi trabajo y lo elegía por sobre ti, tomé decisiones precipitadas, hice y dije cosas que no debí haber hecho... Fue peor cuando tu padre murió... Y entiendo si no quieres perdonarme, no lo merezco ¿sabes? Yo...

–Mamá... –interrumpió el músico –¿a qué quieres llegar? –Preguntó aún desconcertado.

–Creo que... Este tiempo me hizo darme cuenta de que me haces falta, me hizo darme cuenta que fui una mala madre, me hizo darme cuenta que... Realmente estoy orgullosa, fui a ver tus presentaciones con Jun, me di cuenta que tocas realmente hermoso, me di cuenta que eres feliz, me di cuenta que fui muy cruel al tratar de arrebatarte esa felicidad... Quiero que sepas que lo siento... Que te amo y que estoy orgullosa de lo que eres ahora...

Ming Hao no se había dado cuenta en qué momento había comenzado a llorar, él no sabía cuánto había añorado escuchar aquellas palabras. Cuando su mente se aclaró, visualizó una bolsa en el suelo a lado de su madre.

–¿Qué es eso? –preguntó secando aquellas lágrimas que caían.

Su madre miró aquella bolsa algo dudosa –¿esto? –susurró –Sé que fue hace algunos meses pero... –tomó aquella bolsa y la puso sobre la mesa –¿feliz cumpleaños? –susurró acercando la bolsa al músico, quién quedó completamente en shock al escuchar aquellas palabras.

¿Un feliz cumpleaños de parte de su mamá sería muy caro o difícil de conseguir?

Tomó aquella bolsa, mirando en su interior, dentro de esta se encontraba una caja algo larga de madera y dentro de ella una flauta tallada a mano, colocó la boquilla de esta en sus labios y dio un leve soplido, la música que salía de esta era linda.

–¿Te gusta? La miré en un puesto de artesanía y no pude evitar pensar en ti así que...

–Gracias... –Susurró –Debo de irme... –dijo guardando la caja en la bolsa, ofreciéndola de regreso.

–Es tuya Ming Hao, puedes llevarla.

Confundido miró la bolsa y asintió.

–Ming Hao... –Llamó de nuevo la mujer, haciendo que el volteara a verla de nuevo antes de irse –¿puedo visitarte algún día en tu academia? –el músico, dudoso, asintió levemente, recibiendo una sonrisa de su madre que lo hizo sentirse bien –De acuerdo, te veré luego hijo... Te quiero.

Bien, un te quiero, es un avance.

A veces, nos damos cuenta de los errores que comentemos muy tarde pero nunca es demasiado tarde para pedir perdón por algún error cometido, nunca es tarde para intentar arreglar lo que has dañado, pero siempre ten en mente que, aun que te disculpes, no serás perdonado en el momento, no importa cuán arrepentido estés, siempre hay alguien mucho más dañado.

^^

Sintonía • JunHao •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora