Epílogo

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Quiero ser tu mañana, cariño,

Desde ahora, estaré bien,

Por la mañana juntos, cariño

Quiero que seas mi noche,

Todas las cosas qué tu quieras,

Conviértete en mío,

Mírame y se solo mío.

20 - Seventeen

–Ustedes ¿realmente no piensan despertarse? –Preguntó Ming Hao por enésima vez, ya resignado a que el par acostado en la cama no se levantarían.

Jun se arrastró a un extremo de la cama pegándose a la pared y halando al pequeño consigo, dejando un espacio al otro lado de la cama, entreabrió los ojos un poco y palmeó el lado vació sobrante invitando a Ming Hao acostarse con ellos, el músico negó levemente con la cabeza.

–Jun, es tarde –regañó con tono leve, el bailarín palmeo de nuevo el lugar con el ceño un poco fruncido –Jun...

–Solo un rato, anda –dijo al fin, palmeando de nuevo el lugar, el músico soltó un suspiro de resignación y se recostó abrazando al pequeño que yacía en medio del músico y del bailarín –¿acaso hay realmente algo que deba hacer hoy? –preguntó con tono desganado.

–Solo dar clases toda la tarde –respondió con un tono sarcástico Ming Hao, el bailarín frunció los labios.

–¿Puedes decir que estoy enfermo? –suplicó.

–No.

–¿Por qué?

–No intentes evadir tus responsabilidades Jun.

El bailarín soltó un suspiro resignado y asintió –bien, tú ganas –dijo finalmente –pero esta noche iremos a cenar solo tú y yo.

–¿Y Ren Jun?

–Lo dejaré donde Seung Cheol, hablé con él y dijo que no había problema alguno.

–Bien, pero debes levantarte ya, tenemos que desayunar.

El bailarín asintió sin ganas, sentándose en la cama, miró como el pequeño Ren Jun dormía tranquilo, Ming Hao se levantó de la cama y salió de la habitación –Ren Jun, sé que estás despierto –dijo mirando al niño, quién apenas escucho aquellas palabras se sentó de golpe y miró a Jun con una sonrisa en la cara –ve con Hao, pídele desayuno –dijo regalándole una sonrisa al niño, el asintió y salió corriendo de la habitación.

Jun estiró sus brazos y piernas para desperezarse, se levantó de su cama y fue directo a tomar una ducha.

El desayuno fue sencillo, unos waffles con miel y un poco de leche por la mañana a cualquiera hace feliz, o eso era lo que Ming Hao pensaba al ver la gran sonrisa y los ojos brillantes de emoción de Ren Jun cada vez que veía un buen desayuno frente a él "–tus padres eran unos idiotas, no te sabían valorar–" pensaba Ming Hao"–pero está bien, ahora estás con nosotros, yo te cuidaré y haré feliz–" pero obviamente, no lo decía, se limitaba a sonreírle al pequeño y acariciar sus cabellos para despeinarlo un poco.

Sintonía • JunHao •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora