Capítulo 5

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Niño Perdido

Se encontraba agitado, movió su cabeza a los lados para apartar el cabello de su rostro, que a pesar de que lo peinaba hacia arriba, debido a sus movimientos rápidos y certeros, sumado al sudor que caía por todo su cuerpo, le hicieron caer su cabello y ahora este le cubría su frente.

Se incorporó de pie y estiró un poco sus brazos, ya estaba un poco cansado, lo cual era extraño ya que acostumbraba hacer esto incluso por lapsos más largos de tiempo; quedó estático y sintió que la respiración le faltaba al ver que el músico lo veía tranquilo, con ojos profundos.

-Eres... Bastante bueno -dijo Jun saliendo al fin del gran trance.

-Gracias -respondió con voz rasposa.

Tenían tres horas practicando; Jun decidió que quería bailar toda música que pudiera salir de ese músico antes de decidir qué presentar, ese jueves habían decidido ensayar con el violín, Jun sentía que las notas que ese músico lanzaba eran adrenalina pura para su cuerpo, soltó un suspiro fuerte, tomó una toalla y secó su rostro, hizo su cabello hacia atrás y bebió agua -Bendito H2O -pensó, sintiendo el agua recorrer su garganta que sentía se secaba y acabaría muerto de deshidratación si no bebía en ese momento.

Sí, acostumbraba bailar por horas sin descanso, pero al menos cuando lo hacía cada tanto bebía un poco de agua o se retiraba el sudor; nunca pasaba más de 30 minutos sin beber un poco de agua, pero MíngHào no paraba de tocar, y él no podía dejar de bailar; fueron tres horas continuas de baile, Jun se sentía agotado sin embargo el músico parecía tener energía aún -¡Pues qué! ¡El sólo está sentado tocando un maldito violín! ¡Inconsciente! ¡Al menos hubieras tocado un poco más lento! -gritaba en su interior Jun al ver al músico sentado observándolo detenida mente con una mirada que le pedía seguir tocando.

-¡Ah! ¡Estoy agotado! -Dijo algo fuerte tirándose al suelo y recostándose con todas sus extremidades extendidas.

MíngHào hizo una leve nota con el violín resignado a que ya no tocaría y lo dejó a un lado extendiéndose igual en su silla.

Jun se puso a pensarlo un poco, el violinista había jugado con toda la energía que él tenía, de momentos tocaba lento, después subía la velocidad luego la hacía más lentas y de nuevo aceleraba, cuando notó que Jun se movía exactamente a su ritmo, comenzó a tocar demasiado rápido y así estuvo el resto del ensayo -Bien, el violín queda descartado -pensó y soltó un suspiro.

-Bailas muy bien -soltó el músico que se encontraba en la misma posición que Jun sobre esa silla; Jun se sentó de golpe y lo miró con ojos muy abiertos, MíngHào miraba el techo.

-Gracias... Tu tocas muy bien.

-¿Qué instrumento debería tocar la próxima vez?

Jun lo pensó, temía que hiciera lo mismo la próxima vez -Pues... Guzheng, toca el Guzheng -Se arrepentiría, sí, estaba consciente de ello, nunca había estado más consiente de algo en su vida, pero necesitaba volverlo a escuchar tocar ese instrumento, sentir las vibraciones de esa música.

-Bien, haré algo especial para la próxima vez, utilizaré el mezclador con el Guzheng.

Jun solo asintió, estaba asustado para lo que le deparaba para la próxima vez, pero tenía que arriesgarse, quería arriesgarse; como era costumbre tocaron la puerta tres veces -Puedes pasar -Respondió Jun y Seung Hee se asomó.

-El tiempo acabó -dijo con una sonrisa en su rostro -Wow, estas muy sudado -dijo notando al cansado Jun en el suelo -¿Quieres ducharte antes de irte?

-No, caminaré a casa así que está bien.

Jun levantó del suelo, guardó sus cosas en su mochila y colgó está en su hombro.

Sintonía • JunHao •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora