2. Golpes de realidad

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Advertencia que olvidé mencionar: Las edades y fechas de cumpleaños de los chicos han sido alteradas para mayor fluidez. Luego les doy detalles al respecto. Lo único necesario por saber ahora, es que el orden menor a mayor es el mismo.


Como pasaron las estaciones, transcurrieron los años.

Los niños perdidos dejaron de serlo; Después de todo, ellos sí tuvieron que crecer y comprender el mundo que los rodea.

SeokJin fue el primero en abandonar la casa en cuanto la adolescencia tocó su puerta. Una familia que recién había mandado a su hijo a la universidad, quería llenar el nido vacío, y el centrado y guapo treciañero llamó la atención de aquella pareja. SeokJin fue el primer niño perdido en abandonar el país de nunca jamás.

De eso pasaron cinco años. El mayor siempre se preocupó por el bienestar de sus dongsaengs, a tal punto que se comunicaba con ellos de dos a tres veces por semana, y al menos una vez al año se quedaba un fin de semana en la casa que lo vio crecer.

Todos amaban a SeokJin, pero ninguno se vio más afectado que el bajito adolescente de ojos gatunos, cuya tez era visiblemente pálida. La ida del chico con porte de príncipe desarrolló un humor difícil de aplacar en el sensible chico, incluso a sus amigos les resultaba difícil animarlo algunas veces.

—YoonGi-yah —HoSeok ingresó a la habitación, extendiéndole el teléfono—. SeokJin-ssi quiere hablar con usted.

O bien... Se tornaba fácil cuando la voz de su único Hyung apaciguaba todos sus males.

En la sala del hogar se percibía un panorama habitual: NamJoon, el último miembro del grupo, leía un nuevo libro como todos los días, recostando su espalda en la biblioteca de madera. A unos pasos se vería al dúo de menores aventurándose en los videojuegos frente al sofá: TaeHyung y JungKook. Cada vez se volvían más y más competitivos. Cerca de la entrada yacía JiMin junto a la abuela SeeRa, escuchando la historia de amor entre ella y su adorado Thomas, y por último, el solecito que acababa de dejar a su mejor amigo y volvía a la escena, con una expresión más tranquila tras saber que YoonGi se encontraba mejor.

El retrato de la dulce familia feliz hubiese sido enteramente conmovedor para cualquier espectador... De no ser por el silencio que se armó en el espacio apenas un quejido se escapó de la abuela SeeRa, justo antes de que llevara su mano a la altura de su corazón para arrugar la tela que cubría su piel, y de esa forma alarmar a los 5 jóvenes distribuidos en la sala.

—¡JiMin, debemos llevarla al hospital! —HoSeok temblabla—. A-abuela, p-por favor, aguante...

—Debe toser —NamJoon lanzó su libro a un lado, y corrió hasta posicionarse junto a la anciana—. Ahjumma, debe toser, y respirar. Toser, y respirar... —La señora intentaba como podía seguir los pasos, pero le era dificultoso—. ¡JungKook, quítale el celular a YoonGi Hyung y llama al abuelo! ¡No va a aguantar tanto tiempo!

Después de que JungKook corriera escaleras arriba, NamJoon continuó impartiéndole consejos a la abuela SeeRa con la intención de conseguir más tiempo y que su corazón no se detuviera muy pronto. La determinación del más alto de los seis despertó un sentimiento plagado de admiración y envidia en los corazones de los otros chicos, quienes se hallaban temblando, presos del pánico y el miedo. Incluso TaeHyung se preguntaba cómo es que Nammie podía ser tan valiente, mientras que de sus ojos sólo brotaban lágrimas. Por un segundo, quería ser tan audaz y capaz como su amigo del parque, no un adolescente llorón.

Pasillo| NamTae #TheDomains2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora