10. Resolver

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N/A: Mi regalo de navidad :3 Felices fiestas, corazones. 


Los inicios siempre suelen ser tranquilos y maravillosos. Aún más cuando los sentimientos explotan y están a flor de piel, detonando los cimientos más hermosos para una relación, avivando la llama de la pasión, y los emocionales reencuentros tras los largos días de trabajo.

Pero los problemas también han sido partícipes hasta de las más sólidas relaciones amorosas. ¿Por qué a ellos no les ocurriría algo así? Era obvio que pasaría tarde o temprano.

Ese tipo de cosas rondaban en la mente de TaeHyung mientras observaba a su amigo JiMin, quien le sonreía a la imagen de HoSeok practicando un pequeño baile que se había inventado. Es tan bonito estar enamorado, pero, como JiMin, sabía lo que dolía creer estarlo solo; unilateralmente.

—¡Usted es el mejor, Hobi Hyung! —Sus ojos desaparecieron con una sonrisa.

A veces quería gritarles a ambos que las miradas discretas eran mutuas, y que cuando el otro estaba lo suficientemente despistado como para notarlo, sonreían a su causa. Le sorprendía que de todos, sólo él fuese consciente de lo que esos dos ocultaban. ¿Por qué no echaban un paso adelante? ¡Esperaba no haber sido así de desesperante en el pasado!

Tanto JiMin como HoSeok habían estado con chicas y chicos. De hecho, disfrutaban de salir juntos a algún lugar nocturno uno que otro fin de semana. Lo divertido de todo, era recibir llamadas de JiMin gritando, diciendo que HoSeok miraba a la nada, y que era un aburrido. Los efectos del alcohol en ellos simplemente los trastornaban y alteraban sus personalidades a altos niveles.

HoSeok invitó a JiMin a bailar con él, mientras que TaeHyung bebía un poco de su jugo de frutos rojos. Sabía que debía volver en cualquier momento a su propio departamento, y que no podía seguir invadiendo los apartamentos de sus amigos (A excepción del de SeokJin. Su padre le daba mucho miedo). El problema era que temía enfrentarse a NamJoon sin encontrar las palabras correctas.

A veces quería que el abuelo Thomas siguiera con vida para recibir grandiosos consejos de su parte, pero eso sería imposible, por desgracia.

—Toma, TaeTae. Te traje tus llaves. —JungKook se sentó a su costado luego de entregarle el llavero, y recostó la cabeza en su hombro.

—Gracias, Kookie —Se permitió suspirar.

Le molestaba en demasía la actitud de su pareja, y si no fuera por YoonGi que increíblemente era un gran mediador, no se habría dado cuenta que él tampoco hizo la mejor elección de palabras cuando tuvo la disputa con él.

No hubo gritos, ni una discusión pronunciada, sólo palabras que pincharon más que mil alfileres.

Recibió mensajes de su parte a través del celular y con los chicos todos los días desde la semana que decidió tomar distancia. Le dolía el corazón por la lejanía, aunque le funcionó como ayuda reflexiva. Notó detalles que había obviado en otras oportunidades donde la presencia de NamJoon siempre lo envolvía y no podía desviar sus pensamientos a otro lugar. Su mente expandió horizontes, e incluso reveló a sí mismo sus propios errores.

Debía hablar con él inmediatamente.

—Chicos, me voy a casa, mañana vengo por mis cosas.

Bebió lo que restaba del jugo, y sin esperar respuesta alguna, salió disparado del apartamento de Jungkook. Tal fue la velocidad, que le tocó regresar por sus zapatos, calzarlos a los pies, y correr de nuevo a las escaleras. No quería esperar al ascensor.

Pasillo| NamTae #TheDomains2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora