A pesar de todo

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Ryoga seguía sin entender las intenciones de Ranma...

- ¿Porque quieres ir a ese lugar? Acaso planeas...

- Tomé una decisión sobre mi cuerpo, y la verdad... - no alcanzó a completar la frase porque Ryoga la había besado. El mensaje era claro, a él no le importaba lo que fuera antes, la amaba así.

- No digas estupideces, eres mi esposa y... esta es nuestra noche de bodas - insinuó seductoramente

- No soy tu esposa, no alcanzamos a... - la lengua de Ryoga entró en su boca callandola de una vez por todas. Ahora era momento de hacer algo más interesante que preocuparse por la maldición o por lo que había sucedido en la boda.

- Espera... espera quiero decirte algo - insistió la pelirroja pero finalmente terminó cediendo a los deseos del colmilludo, cuando por fin terminaron y se quedaron cerca, Ranma volvió a pensar en lo que torturaba su mente

- Necesito ir a Jusenkyo Ryoga...

- ¿Porque insistes en eso? No es necesario, ya no necesitamos la aprobación de nadie, sabes que me gustas así... florecita - terminó de decir dándole un besito corto en los labios mientras acariciaba su piel desnuda.

Al poco rato el Hibiki se quedó dormido, pero la pelirroja estaba preocupada. Sabía que Ryoga se sentía incómodo al verle algunas veces como chico... tampoco podrían tener una familia normal, todo sería demasiado complicado desde ese momento.

"Creí que podría hacer esto sin tener que lidiar con el idiota de mi padre, pero no tengo mas opciones" - pensó mientras veía al Hibiki dormir, planeaba escabullirse e ir a Jusenkyo sin Ryoga, pero... tal vez eso era mala idea.

Al fin podían estar juntos y no pensaba arruinarlo marchándose tan pronto. Esperaría un momento oportuno.

Pasaron los días. Ambos vivían tranquilos como pareja, intentaban olvidar el bochorno de la boda fallida, aunque para la pelirroja era mas difícil.

Mientras en Nerima la casa Tendo era un desastre... una pareja discutía a tal nivel que estaba destruyendo todo a su paso...

- Debes tranquilizarte, aún no es permanente ¡¡Puedo solucionarlo!! Vamos querida... - decía esquivando los golpes

- Prometiste que mi hijo sería un hombre entre hombres y lo que descubro al llegar a la ciudad es que estuvo a punto de casarse con un chico... ¡¡¡eso es tan poco varonil!!! - gritó Nodoka de vuelta cortando hasta los postes de electricidad con su afilada espada

Genma esquivaba los feroces ataques como podía, pero eran cada vez más difíciles

- Lo siento, ya no puedo seguir discutiendo... ¡¡Mira ahí viene Ranma vestido como mujerzuela!! - dijo distrayendo a su esposa y así pudo escapar

Busco un charco y se convirtió en panda, quedándose sobre un árbol seguro...

- No importa cuanto tarde, los encontraré y cumpliré mi promesa para devolver la honra al apellido Saotome... - se dijo Nodoka a si misma en voz alta y se marchó de allí.

Genma finalmente pudo estar tranquilo y bajó de allí

- Debo encontrar a Ranma y obligarlo a presentarse como chico frente a su madre o ambos moriremos - pensó molesto.

En la residencia Hibiki, los padres de Ryoga tenían su propia discusión...

- Debes ir por él, ambos sabemos dónde está - insistía Ryoko

- No lo haré... Ryoga a deshonrado nuestro apellido y ya no es mi hijo - soltó el señor Hibiki con seriedad. Ryoko podía ser sería, pero aún amaba a Ryoga y no estaba dispuesta a perderlo, tenía la esperanza de recuperar a su hijo de esa confusión y poder casarlo con una chica real..

La Prometida de Ryoga (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora