Capítulo 13: Corazón desatado

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¡Ay mi madre! Siento la tardanza. He tenido un mes horrible. Es increíble, siempre empiezo el capítulo para hacerlo con tiempo, después ocurre un desastre (esta vez han tenido que ver los hospitales) y me entorpece la historia. La tenía media escrita pero no hubo manera de sacar tiempo. Al fin, hoy he podido dar un acelerón y acabarlo... por fin.

Agradezco mucho vuestra paciencia. De veras, sois los mejores. Y agradezco mucho como suben los votos y las visitas en esta historia. Gracias a vosotros, continúa. Así que no la voy a dejar de lado.

Antes que nada, agradecerle su regalo a LuceroSuarez7 por la portada tan bonita que ha hecho. Os invito a pasaros por su perfil, no solo escribe bien, también diseña genial.

Como siempre, quiero agradecer a todos los que leen la historia y se entretienen con ella, aquellos que votan y sobre todo a los que comentan. Esta vez, intenté mencionarlos pero no me deja ponerlos en orden así que os agradeceré a todos al final. No quiero perder esa costumbre ya que vosotros dedicáis tiempo en comentar y animarme.

Disfrutad el capítulo, en el siguiente, vendrá una sorpresa.

~Yugi~

─Lo siento, he sido un estúpido. ─sentí la mano férrea de Yami cogiendo mi muñeca. Me di la vuelta sorprendido, mi rostro parecía estar demacrado por la estupefacción. El aire que se colaba por la ventana movía mis mechones directo a los ojos─. Sé que debería haber sido más cauto... no controlaba lo que hacía.

─Yo... no puedo. Me has molestado mucho, has dañado mi autoestima. ─aparté la mano de una manotazo, acariciando la zona dolorida. Todavía estaba cálida, olía a su perfume─. No puedo perdonar a alguien tan cruel que se divierte molestando a los demás.

─No fue a propósito, simplemente soy así. No puedes culparme por algo que me sale del interior. ─se acercó más, mi reacción fue retroceder hasta el tope de la pared. Un apoyo algo endeble y delicado. No me gustaba sentirme acorralado por su cuerpo y mirada a la vez─. ¿Qué tengo que hacer para que me mires? ¡Apenas me hablas!

─¡Porque no soy tu juguete! Piensas que te sirvo para divertirte unos días y después me ignoras. Tu madre tenía razón, no estás preparado para llevar una carga como el amor.

─¡Ella no me conoce! ─agarró mis hombros, zarandeándome con cuidado antes de acortar distancias entre nosotros. Sus carnosos labios acariciaban mi piel con dulzura, se movían en sincronía, con dulzura rodaban por mi nariz─. Sé que tu puedes ver a través de mí. Escúchame, solo quiero apartarme de la soledad.

─Yo... ─mis ojos se cristalizaron, las mejillas se empaparon de aquella humedad salada que asomaba por mis pupilas. Me sentía impotente ante esa mirada, mi rostro demostraba duda y temor. Hacia lo desconocido, hacia dar un paso al vacío, hacia el amor imposible─. Deja de jugar conmigo.

─Me importas... quiero estar contigo. ─la distancia se fue reduciendo lentamente, las respiraciones se entrelazaron en un baile silencioso que armonizaba el ambiente, Yami fue cerrando los ojos a medida que su pelo me acariciaba más el rostro. Sus labios tenían escrito mi nombre, estaban realmente cerca.

─¡Corten! ─gritó Kaiba de golpe. Como si fuésemos polos similares de un imán, nos empujamos mutuamente para alejarnos─. Habéis estado geniales, al fin, después de casi tres semanas ensayando. Os ha costado un huevo...

─Es este guión estúpido. ─Yami se cruzó de brazos─. No hay quien se lo trague, y mucho menos que a mí me gusta este enano.

─En algo ha acertado. ─respondí por lo bajo mirando a otro lado─. Quien representa al príncipe es igual que él, egocéntrico, egoísta, molesto y superficial.

Espejismo de un amor (Puzzleshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora