Cap. 20 Dulce reconciliación

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Los rayos del sol entraba por la ventana, indicando que un nuevo dia iniciaba Miguel despertó del hermoso sueño que tuvo con su chinito, puso un brazo sobre su frente y miraba al techo recordando algunas partes del sueño, miro a un lado de la cama y vio que alguien dormía a su lado y estaba puesto su camiseta negra del dia anterior, se dio cuenta que lo que pasó en la noche de ayer no era un sueño, se había acostado con su esposo. Hiro se dio vuelta para quedar boca arriba en la cama, mientras que miguel se sentó en el borde de la cama y soltó un leve quejido, las marcas que había dejado Hiro en su espalda comenzaron a arder. 

-mh...¿M-Miguel?-dijo su soñoliento esposo que había sido despertado por el quejido del moreno 

-buenos dias amor-lo miró por encima de su hombro y le dedicó una sonrisa

-¿te duele?-estiró su brazo hacia los rasguños que había hecho por la gran exitacion que el moreno lo había provocado, pero quien lo culpaba el fue quien le incito en hacer el amor 

-solo un poco-su dulce voz lo tranquilizaba 

-¿y tu?¿como estas?

-yo estoy b...-decia Hiro mientra gateaba torpemente hacia al lado de su esposo, ese dolor en la cadera no le permitía que se moviera mucho que digamos, pero es peor aún cuando se intentó sentarse al lado de Miguel, por poco suelta un grito por toda la casa

-eso me suena que no Hamada-sonrió pícaro-creo que me pase ayer en la noche

-no lo creo Rivera-miró a Miguel con una sonrisa-yo fui quien te incito a llevarte a la cama..aunque mis planes no salieron como quería-hizo un pequeño puchero  

-¿no salió de acuerdo a tu plan, Hiro?-canturreo esa frase con una sonrisa, recibiendo un leve empujón en la espalda de parte de Hiro 

-callate Miguel-sonoro unas risitas 

-bueno creo que momento de que te vistas, necesitamos ir a ver un lugar para pasar nuestra nuestra luna de miel amor-se levantó de la cama aguantando el dolor de los rasguños

-amor podrías...-bajo la mirada con su rostro sonrojado por la vergüenza de pedirle algo a su esposo 

-mh...ayudarte a ponerte la ropa-el nipón asintió-claro amor no hay problema

En la noche anterior luego de hablar con el nipón, estaba más que furioso, pensó que todo lo que habian pasado era solo una farsa o solo era un juego de parte del japonés, a Miguel se le querían escapar algunas lágrimas por lo sucedido con su "Esposo", puso una mano en su boca mientras caminaba a la habitación, sabía que era muchas responsabilidades pero eso no significaba que lo tratara de esa manera.

-¿Problemas querido?-esa voz era familiar pero no recordaba de quien era, alzo su mirada intentando que sus ojos le permitieran ver con más claridad pero las lágrimas no se lo permitían 

-podría decirse que si...-se quedo callado al no saber el nombre de aquella mujer castaña

-puedes llamarme Cass-sonrió dulcemente, se acercó a él y le tomó del hombro a pesar que era un poco más alto que Cass-Miguel deberías entenderlo es solo un niño que tuvo que madurar antes que lo debido 

-¿por que lo dice señora Cass?-esa pregunta hizo que se quedara callado al recordar que Tadashi estaba con sus padres en el mundo de los muertos, tambien era los de Hiro 

-creo que sabes la respuesta, pero debo decirte que Hiro es muy importante no solo para las industrias también para mi y ahora tiene a su hermano de vuelta y a ti también, aunque esta pasando por un poco de estrés por esos dos días de ausencia en su trabajo  

-pero solo tiene 20 años

-lo se Miguel, el es un chico prodigio se graduó antes de tiempo de la escuela, colegio y ahora está en la universidad pero por una exposición de trabajos de robótica fue contratado por varias empresas, no les importo que sea heredero de una de las grandes familias ricas de todo San Fransokyo, por eso pasa por este tipo de contratiempos y estrés 

-lo entiendo, señora Cass-sonrió-el necesitara mucho de mi apoyo y ayuda 

-bueno Miguel hasta mañana-se paró de puntillas y dio un suave beso en la frente del moreno-descansa querido 

-descanse señora Cass-se despidió con la mano y vio cómo aquella mujer desaparecía por los pasillos y luego por una de las puertas de la gran mansión, siguió con su camino a una de las habitaciones en la que estaba hace unas horas antes de ir a ver a Hiro en su despacho, camino hacia la ventana observando como la luna alumbraba toda la habitación además de unas cuantas lámparas, esa tranquilidad fue interrumpida cuando alguien abrió la puerta de la habitación. 

-¿M-Miguel?

-pensé que aun no terminas tus llamadas y dormirías en tu despacho-dijo si apartar la vista de la ventana 

-es mi habitación Rivera-cerró la puerta de la habitación y se quitó su ropa de gala, pues no se habían cambiado de ropa desde que habían llegado a la casa, Miguel lo miró de reojo ese delgado pero formado torso de piel blanca, sus detallados músculos y hasta ahora no había notado ese piercing de color negro con una pequeña cadena que tenía en su oreja derecha, era simplemente hermoso, "Me gane la loteria con este chino", pensó.

-veo que necesitas descansar así que yo iré a dormir a la habitación de huéspedes -camino son su mirada al suelo pero antes de tomar la perilla alguien lo había tomado del hombro y le dio una vuelta para quedar frente a frente.

-¿a donde crees que vas?-se acercó amenazadoramente a su rostro

-a dormir en una habitación aparte 

-de ninguna manera tu eres mi esposo y debes actuar como tal-acarició su labio inferior

-a ¿q-que te refieres Hiro?-Miguel sentía como Hiro frotaba su pierna en esa zona prohibida, esa zona que era virgen para Rivera

-tu sabes a qué me refiero amor -lo beso demandante mente, un beso que inició salvaje con una que otra mordida en los labios mientras sus manos  exploraban por todos esos rincones en los que nadie se le había ocurrido tocar en sus parejas, miguel ahora tomo el control, pues solo se había dejado llevar por el momento, lo llevo a la cama a los pocos minutos ambos ya no tenían ropa, estaban a la merced de su pareja.

-¿listo amor?-pregunto el moreno 

-solo hazlo

De un solo movimiento había penetrado a su esposo, los gemidos y el sonido de ambas pieles chocaban, se podían escuchar por toda la habitación, así fue como ambos tuvieron una Dulce reconciliación. 

El Cadáver del Novio Hiroguel (Hiro/Miguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora