Epilogo

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-¡Papá Hiro!-un pequeño nipon corría por todo el patio de la casa Rivera buscando a su padre.

 -¿eh? Mateo ¿que estas...

-¡Mateo Hamada Rivera! ¡Ven aquí pinche escuincle!-Miguel corría detrás del pequeño pelinegro, Mateo se puso detrás de Hiro mirando con miedo a Miguel

-Miguel ¿que pasa?-

-pasa que tu hijo se acabo todos los tamales de mamá Elena

-tranquilo de seguro ya hará mas

-pero Hiro entiende son los tamales de mamá Elena ¡son deliciosos! ¡Riquísimos! ¡no puedo esperar mucho tiempo sin mis tamales!-Hiro empezó a reír con una mano sobre su boca para evitar algunas carcajadas

-¡Hey cabrón!-ambos fijan su vista en el dueño de esa voz con una bandeja repleta de tamales -dijo mamá Elena que te diera esto antes que le metas un chanclazo al pequeño Mateo

-gracias Abel-Miguel tomo la bandeja de tamales y empezó a comérselos todos a la vez mientras se sentaba en el suelo

Hiro carraspeo la garganta, Miguel giro su cabeza de su plato y miro a su esposo y a un temeroso morenito detrás de el.

-creo que se merece una disculpa Miguel-Hiro cruzo sus brazos, Mateo dio un paso para quedarse al lado de su padre para ver a Miguel

-yo....lo siento Papá Miguel-Miguel se levanto del suelo dejo a un lado el plato y se acerco a su pequeño hijo, se supo en cuclillas frente a el   

-no yo lo siento Mateo no de vi gritarte de esa manera-Mateo corrió y lo abrazo muy fuerte que casi cae de espalda por la gran fuerza que tenia el pequeño nipon

Después de unas horas la noche había caído en la residencia Rivera, era el día de muertos todos comían a gusto en el comedor los tamales, chilaquiles entre otras cosas mas, era costumbre que los Hamada Rivera fueran de visita por el día de muertos a México, aunque digamos que para el pequeño Mateo no fue nada fácil aprenderse dos idiomas a la edad de 8 años pero gracias a sus dos padres se le había hecho muy fácil. Miguel le ayudo con algunas canciones, podria decirse que ambos se llevaban muchas cosas en común pero en especial la guitarra y su pasión por la música, mientras que con Hiro comparte su amor por las gomitas y en sus tiempos libres se dedicaba junto a su padre para crear robots o reparar algunas cosas que estaban averigadas.

¿pero como llegamos a este punto?

Hiro y Miguel cumplían un año de casados, eso significaba que era 2 de noviembre, día de muertos, habían comprado un departamento para vivir mas a gusto,Hiro seguía con sus proyectos y experimentos para nuevos robots, ganaba buenas sumas de dinero eso significaba que no era necesario que el moreno trabajara,y eso era algo estresante no hacer nada mientras tu esposo es el que te "mantiene, a veces tomaba su guitarra y se ponía a entonar algunas notas al azar y de ellas creaba canciones y las escribía mientras que las mas especiales se las dedicaba a su chino cuando sufría uno de sus ataques de ira característicos de el cuando uno de sus robots no salían bien o tenia una un problema financiero.

Después de un año de matrimonio,Hiro escribía en su computadora la programación de una nueva aplicación, suspiraba pesadamente era la octava vez que lo hacia el cansancio y el estrés lo estaba consumiendo desde que había amanecido, Miguel entro al estudio y lo invito a salir, para que se olvide todo por algún momento, Hiro sonrió ante esa invitación no seria mala idea salir un momento, después de todo ese proyecto podía presentar otro día.Salieron de la residencia Rivera tomados de las manos y caminaron por las calles de mexico, todavía faltaba horas para que anochezca y así empezar con la cena del mundo de los muertos, hasta mientras podrían pasar esas horas juntos, fueron a un restaurante eso era una sorpresa de Miguel para Hiro por su aniversario. Claro Hiro no había olvidado esa fecha tan importante que había cambiado su vida para siempre, salieron de ese restaurante y caminaron entrelazadas sus manos hasta que un extraño sonido los distrajo, provenía de un callejón.

-¿que es eso?-se soltaron sus manos y se acercaron lentamente hacia ese callejón, las horas de la tarde le hacían ver un poco oscuro, pero lo suficiente para ver una caja de cartón en medio de algunas bolsas de basura, ambos se acercaron lentamente siguiendo aquel ruido que era un poco familiarizado con ellos.  El moreno y se inclino frente a esa caja de cartón, una hoja de periódico cubría la parte superior, pero los llantos era mas fuertes y sus intentos por quitárselo de encima eran inútiles, Miguel con una mano quito esa hoja de periódico y observo a un pequeño bebe.

No tenia mas de unas horas de nacido, vestía solo con pañal y una cobija mientras que el cartón era como su cuna, su piel era canela sus ojos ligeramente rasgados, cabello revuelto y parados como el cabello de Hiro, y algo que conmovió al Rivera era un lunar que el pequeño tenia en su mejilla izquierda a dos centímetros del ojo, podría jurar que parecía hijo de los dos, pero ¿que ser humano no tiene corazón para abandonar a un pequeño con solo unas horas de nacido?, la respuesta era casi la mitad de la población. Los llantos del pequeño cesaron cuando sus ojos se enfocaron en Miguel, con su pequeñas manos se froto ligeramente los ojos para que sus ojos se adaptaran a la poca luz que había en ese lugar y una sonrisa se formo en sus labios. Esa sonrisa dulce, sincera e inocente que todos lo niños poseen, Miguel lo tomo entre sus brazos y correspondió a la sonrisa, se incorporo y miro a Hiro.

-es un bebé-pequeñas lagrimas resbalaban por sus mejillas con una sonrisa en sus labios mientras miraba al pequeño entre sus brazos, Hiro con sus manos temblorosas como si fuera algo delicado se acerco a Miguel y acaricio la mejilla del pequeño-tómalo- Hiro abrió sus ojos como platos pero acepto tomarlo en sus brazos

-deberíamos adoptarlo-dijo Hiro con una voz dulce y tranquila, Miguel sorprendido por su decisión asintió con una sonrisa y ambos empezaron a caminar con el pequeño entre sus brazos, tomo algo de tiempo en sacar los papeles de adopción, pero en cuestión de meses por fin era legalmente su hijo. Lo llamaron Tadashi Mateo Hamada Rivera. En cuestión de tiempo empezó a ser consentido por todos tanto por la familia Rivera como la familia Hamada, casi siempre era consentida aunque a veces Hiro era el que le castigaba mientras Miguel lo consentía. 8 años han pasado desde entonces

Pero después de todo era su hijo y entendía las travesuras que provocaba, se puso en los zapatos de su hermano por un largo tiempo.

-papá Hiro, papá Miguel ¿pueden contarme la historia del "Cadáver del novio"?-dijo Mateo sentado en su cama para escuchar una historia, Hiro y Miguel se miraron y sonrieron levemente sonrojados, sabían muy bien que no era un cuento de hadas o una simple historia, es un recuerdo que no solo lo tienen en su mente también lo tienen en su corazón.

-yo te la contare hijo-dijo un Hiro muy sonriente mientras recordaba aquel día

Esa fue la historia de como se conocieron mis padres y como fue que me adoptaron, pero a veces siento que tengo una maldición por parte de mi papá Miguel, puedo conversar a veces con la Catrina y me dice que es algo normal que haga eso con ella, de hecho soy el único que puede hacerlo ademas de mi padre,  pero después de todo, las cosas deben salir "deacuerdo al plan".

Fin...

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Hola mis queridos lectores amantes del Hiroguel :3 quiero agradecerles por todo el amor que tuvieron con esta historia, como sabrán este es el capitulo final ;-; pero no se preocupen tengo en proceso otra nueva historia que es como la película "Your Name" pero la are versión Hiroguel, ¡Ya esta en borrador! así que no les dejare con las ganas de una nueva historia. 

En unos dias (o tal vez en unas horas) la publicare.

sin mas que decir

Mary Cristal Fuera :D....

El Cadáver del Novio Hiroguel (Hiro/Miguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora