Capítulo 1

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3 años después



- No olvides que hoy llegaré tarde para cenar, tengo un cliente que no puede verme más temprano.


Hoy mi hijo hará las pruebas para ingresar a la academia de policía, como padre me siento orgullo, pero también preocupado, entiendo su deseo de proteger al inocente pero tampoco quiero que se exponga a que lo lastimen. Hace tres años que llegó un muchacho flaco y desnutrido a mi puerta lleno de golpes, y ahora se ha convertido en este hombre que quiere salvar al mundo en las calles con un uniforme azul.

Cuando despertó y me miro con esos grandes ojos azules supe que no lo alejaría de mi vida y lo protegería de todos los que intentaran hacerle daño, no entiendo como los servicios de protección al menor dejan a los jóvenes en un lugar sin preocuparse por saber si están bien o no, fue el chico mas asustadizo el primer mes, siempre esperando que lo echara de casa, no fue hasta el día que le mostré su habitación con su pastel de cumpleaños asegurándole que era libre de quedarse aquí sin temor de ser llevado de nuevo que me abrazó y habló por primera vez.

- Papá es mi día, ¡te necesito allí!

Desde entonces se ha comportado como el mejor hijo adolescente que cualquier padre podría pedir.

- Ya eres un niño grande y lo harás muy bien, traeré un pastel para celebrar más tarde.

Amo que me llamé papá cuando está nervioso, nunca firmé los papeles, pero es mi hijo desde que lo encontré en mi puerta, un regalo tardío de la cigüeña.

- No darán los resultados hoy, no te adelantes.

Estaba en la cocina preparando el café, sé que él no comerá nada por los nervios, pero le prepare un gran almuerzo para llevar, después de verlo como un chico flaco y desnutrido me encargué de darle lo mejor y que no pase hambre jamás.

- Se que lo lograras as entrenado por dos años, eres el mejor bebé.


Le revolví el cabello y lo besé en la mejilla, las muestras de afecto siempre han sido muy cómodas entre nosotros.

Gusta de abrazarme en el sofá mientras vemos películas en las noches y el primer año que estuvo aquí dormía en mi cama las noches de tormenta o cuando se sentía inseguro. No podía llegar tarde del trabajo porque lo encontraba en los escalones de la entrada esperando con sus ojos llenos de terror por pensar que no volvería.

Me olvidé de las citas románticas, o salidas con amigos, en su lugar las reuniones las celebraba aquí en el jardín y así todos mis compañeros de abogados y amigos detectives lo conocieron e influenciaron su idea de ser policía.

Traje la mayor parte de mi trabajo a casa, aprendí a cocinar y el me ayudaba con los deberes del hogar. Pase de ser un hombre libre a un padre dedicado, pero no me arrepiento de nada.

- Kevin pasara por mí en 10, te llamare más tarde... ¡Y papá nada de regalos sorpresa este año ya no es necesario son 21 ya soy mayor!
- Pero pensé en ir a un bar y celébralo en grande!

Pero claro que iré a verlo, solo no se lo diré he notado que se pone nervioso cuando lo estoy mirando como si quisiera probarme algo, que me sienta orgulloso. Pero lo estoy, así hubiera decidido ser abogado como yo o camarero ningún padre podría estar más orgullos que yo de mi hijo.

- Enserio!? Ya tengo su regalo, mandé afinar y pintar mi vieja motocicleta con unos amigos motociclistas para dársela mañana, claro que todos se enteraron y compraron accesorios para complementar el regalo.

- Claro que no. Vete ya llegó ese vago de tu amigo.

Si alguien me hubiera dicho que a mis 30 seríael orgulloso padre de un chico de 21 no le creería, pero soy el hombre másfeliz del mundo.

Las Leyes del Amor 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora