Capitulo diez.

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Después de 20 minutos de viaje en tren al fin llegamos al internado, un lugar sombrío, ese tipo de lugares que juras que el sol se aleja porque les teme. Las grandes puertas de la reja de hierro se abrieron frente a nosotros, entrar a ese lugar era como viajar en el tiempo, mientras las puertas de hierro se cerraban detrás de nosotros otras gran puertas de madera se abrían dejando mostrar a un pequeño hombre regordete con un elegante traje de gala y a una señora de cara larga vestida con una falda pegada que le llegaba hasta debajo de la rodilla y un saco abotonado con una flor blanca en un lado.

—Bonne nuit, bienvenue à l'embarquement Pierre Curie —dijo la señora tenebrosa

—Ne parle pas français —respondió Louis

—Oh, pardon. Bienvenue al internado Pierre Curie, les mostrare l'institut, si me permiten —La señora nos hizo un ademan con la mano— Señor Favre, por favor lleve las maletas de los jóvenes a sus habitaciones

Las instalaciones eran algo viejas pero sin embargo no estaban descuidadas, la señora Curie (ya se su apellido) nos explicó que este lugar pertenece a la familia Curie, su esposo el señor Àbelard Curie es bisnieto del fundador de este lugar. Un viejo instituto para niñas que han sido abandonadas por sus padres pero nadie ha abandonado a Gemma, no del todo.

—¡Magnifique! Gemma bajara en un momento a verlos ahora señores Tomlinson quisiera aclarar algo, nosotros no tenemos ningún problema con las parejas del mismo sexo, me parece maravilloso que hayan decidido adoptar a Gemma —dijo la señora Curie

—¡Eh, no! Yo soy su padre y él es su hermano —respondió rápidamente Louis

Y aunque la idea de alguna vez tener hijos con Louis me parece estupenda, ese sueño jamás se podrá realizar. Minutos después Gemma bajo corriendo las escaleras y fue directo a abrazar a Louis, pero mi abrazo nunca llego y nunca va a llegar.

—Gemma, saluda a tu hermano —reprocho Louis

—Harry —dijo Gemma y yo solo moví la cabeza

—Papá, tengo muchas cosas que contarte —dijo Gemma llevando de la mano a Louis hacia una pequeña sala junto con una mesa llena de galletas y té.

Me senté cerca de Louis, nuestras rodillas se tocaban y estaba a punto de tomar su mano pero no puedo hacer eso delante de Gemma.

—Adélaïde Curie, es la hija de los dueños de este lugar, me he hecho gran amiga de ella, pero está profundamente deprimida ya que su padre quería un niño y no acepta tener una niña, y la verdad es que el señor Curie no trata nada bien a Adï —dijo Gemma.

El cotilleo entre Louis y Gemma siguió hasta las 8:30 de la noche y por lo que había escuchado la cena era a las 9 de la noche.

***

La cena fue espectacular, un delicioso pato con especias y vino para acompañarlo y como postre pastel de ángel con helado de vainilla recién hecho. Todos se levantaron de sus asientos y se fueron dispersando hasta llegar a las escaleras para así llegar a sus respectivas habitaciones. Nosotros (Louis y yo) dormíamos en la misma habitación y teníamos una cama de tamaño King.

No quería quedarme dormido pero lo hice y desperté a las 2 de la mañana y me quede mirando el perfil de la cara de Louis y pensé en lo afortunado que soy por estar con alguien como él. Me estremecí con impaciencia mientras las reacciones de mi cuerpo me recordaban que llevaba semanas de abstinencia. Sonreí con malicia y froté mi erección contra el trasero de Louis mientras comenzaba a regar su hombro con besos.

Se agitó y se giró hacia mí.

—Has despertado —me dijo con una soñolienta sonrisa.

Llevó una mano a mi entrepierna y soltó una risita, mientras paseaba su mano a lo largo de mi erección.

PandemoniumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora