Consejo 3: Compartir
Uno de los mayores afrodisíacos naturales es el compartir, genera un ambiente cálido y confortable. Hablen, expresen lo que sientes y recuerden momentos felices que los han llevado a estar juntos, veras como aquello enciende la llama.
─Kacchan es un terco. ─ gruñí al teléfono maniobrando para sostenerlo con el hombro y la oreja, sirviendo un vaso de leche.
─¿Aun no se disculpa? ─ la voz de mi amiga denotaba sorpresa del otro lado de la línea, yo solo me limité a suspirar mientras veía como la leche caía desde el cartón al vaso, manchando el vidrio con la cremosidad que tanto me gusta.
─No, dice que fue mi culpa y que él espera una disculpa.
─Ese idiota...
─Ya no sé qué hacer Ochako...
─Tal vez deberían ir a terapia de pareja.
Medito la idea. Tal vez sea una posibilidad buscar a un especialista que nos ayude a comunicarnos. Pero suspiro tras darme cuenta de que hablamos de Kacchan, y a Kacchan no le gusta compartir sus problemas con nadie que sea un desconocido, mucho menos hablar.
─Creo que no es buena idea─ dije agotado dejando la caja de leche en el refrigerador, caminando hacia la habitación. ─, tal vez solo deba abordarlo y obligarlo a hablar cuando vuelva.
─¿No está en casa?
─No, llevó a Nana al parque. Necesitamos que gaste energía durante el día de otro modo es imposible hacerla dormir en la noche ─ expliqué dirigiéndome a la alcoba principal. ─, lo peor de todo es que últimamente busca discutir por todo, busca hacerme enojar, no sé qué gana con hacer eso. Hoy, por ejemplo, le pedí explícitamente que no comprara golosinas para Nana, que debía cenar aún, y cuando voy a verlos, estaban los dos sentados en el sofá tomando un helado ¿Por qué hace eso?
─ Creo que solo intenta llamar tu atención.
─¡Pero eso lo hacen los niños!
─Deku, lamento informarte que estas casado con un niño─ suspiré pesado al estar de acuerdo.
Kacchan tenía una forma muy infantil de solucionar los problemas, además de que en más de una ocasión realizaba berrinches muy a la par de un pequeño. La única diferencia que puedo pensar en estos momentos entre Kacchan y un niño pequeño, es que él posee mucha más fuerza y una voz profunda que me genera escalofríos cuando intenta argumentar en mi contra.
─¿Cenaste?
─No, tampoco tengo hambre, se supone que debía hacer la cena para Kacchan y para mí, pero no estoy de humor.─ hablé lanzándome a la cama.
Sentí el eco de la puerta desde el primer piso. Kacchan y Nana han vuelto. Me quedo en silencio esperando escuchar el grito de Nana reafirmando lo obvio, pero no escucho nada, quizás se durmió camino a casa.
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Consejos para un Matrimonio Sin Sexo
Humor¿Desesperado? ¿Tienes los huevos morados? Bienvenidos a "Consejos para un matrimonio sin sexo". Katsuki e Izuku están en problemas, desde que su pequeña hija aprendió a caminar y hablar se a vuelto un problema poder iniciar el acto sexual de forma...