Consejo 4: Amigos

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Consejo 4: Amigos

Pide apoyo, en ocasiones, hablar con amigos sobre los problemas es una gran forma de expandir nuestra mente, abriendo un mar de soluciones evidentes.

Pide apoyo, en ocasiones, hablar con amigos sobre los problemas es una gran forma de expandir nuestra mente, abriendo un mar de soluciones evidentes

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Quedo hipnotizado, mis ojos se pegan al movimiento de su muñeca cerrando su bolso, uniendo la cremallera. La impotencia me ahoga, quiero arrebatarle ese maldito bolso, voltear toda la maldita ropa que carga y quemar la maleta impidiéndole que se marche, pero sé que no puedo detenerle.

Le amo, es lo más importante que tengo junto a mi hija, aun sabiéndolo se marcha y no puedo hacer nada para detenerlo.

Sus ojos se posan en mí tras un largo y profundo suspiro, me mira con atención y una evidente lástima que se evidencia con aquella sonrisa burlesca en sus labios. Normalmente, esa lástima me hubiera dado asco y un enorme rechazo, pero ahora..., mi estómago se revuelve por el miedo causado por un lado paranoico que desconocía poseer.

— ¿Por qué?— increpé dolido, apretando mis puños con molestia.

Deku me observó con un aire relajado, casi como si se divirtiese con mi dolor.

—Kacchan..., sabes porqué.— dijo con simpleza colgando su bolso en su hombro.

Estoy tan molesto y herido. Esto me encabrona, lo peor, es que no puedo hacer nada para detenerle.

—¿Y qué crees que dirá Nana cuando sepa que nos abandonas?— pregunté con fastidio.

Deku comenzó a caminar, casi ignorándome, directo al umbral de nuestra habitación, obviamente me interpuse.

—Kacchan...

—¡RESPONDE!— exigí tensando mi mandíbula. Él me miró serio.

—Estoy seguro que Nana lo aceptará mejor que tú— fruncí el ceño enfurecido—, ella comprenderá mis razones.

— ¿Y por qué carajos con él? — increpé recordando que se marcharía con el bastardo Mitad-Mitad.

Deku suspiró, dejó caer su bolso al suelo, atrapando rostro acariciando mis mejillas con ternura, calmándome con su tacto, mirándome con amor y cariño. Mi pecho se inunda de dolor y melancolía y tras observarnos varios segundos, él sonríe.

—Porque Shoto es mejor héroe que tú, y de seguro, mejor amante.

¡UN SEGUNDO! — gritó golpeando la mesa.

Saboreé mi café, intentando ignorar el hecho de que me acaba de interrumpir la mapache de un modo tan descarado que me encabrona, es decir, odio que me interrumpan. Miro de reojo como Ashido parece fastidiada:

Consejos para un Matrimonio Sin SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora