Capítulo 69

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Antes de partir decidimos terminar de explorar el pueblo. Encontramos algunos documentos más, pero ninguno útil, buscamos los archivos antiguos ques eran mencionados en el diario, encontramos un depósito gigante de libros bajo la casa más grande del pueblo, pero había sido destruida recientemente, quemada, los culpables deben haber sido los otros participantes, tenemos suerte de por lo menos haber encontrado el diario de Lorne, sin ese diario perderíamos más tiempo.

"El viaje va a ser difícil, hay que recolectar comida y todo lo que nos pueda servir, este viaje es prácticamente viajar de un país a otro." dijo Mika. Tiene razón.

Conseguimos pan, queso, carne seca y vegetales. Este pueblo era realmente pobre, el único con humanos que habíamos visto hasta el momento. Era triste ver un lugar que debió estar lleno de vida hace poco totalmente vacío, normalmente no presto atención a esto, pero desde que estoy con mis hermanos me siento menos distante a la humanidad, no me di cuenta de cuanto había sido afectada mi conciencia o cuán cruel era cuando peleaba hasta que estuve con ellos. No recuerdo la cara o nombre de las personas a las que he matado, mi interés en ellos es la misma que alguien tiene por la gente con la que se cruza en la calle... eventualmente debo enfrentar mi modo de pensar.

Decidimos viajar lo más pronto posible, no sabíamos si Lorne y Lavinia seguían vivos, pero eran la persona con más probabilidades de decirnos quién era el Señor de Metal. Durante el camino nos enfrentamos a animales metálicos, obtuvimos diversos objetos relacionados con ellos, aunque no sabíamos en qué usarlos, tienen resistencia contra la mágia, así que los materiales, que son metálicos, deben servir para crear buenas armaduras y armas. Entre más avanzabamos notamos que la cantidad de vegetación disminuíba, pero la cantidad de bestias robóticas, aunque aumentaba, no incrementaba demasiado. No hablabamos mucho, cada uno estaba concentrado en sus pensamientos, lo bueno es que nuestra coordinación mejoraba día a día, Iskandar era la vanguardia, yo me movía libremente por el campo de batalla y Mika era el respaldo, restringiendo movimientos de bestias y atacando con tentáculos.

Nuestro movimiento era rápido, gracias a que podíamos correr rápido y solo participabamos en las peleas inevitables, fue así que tras una semana llegamos a una ciudad cercana a nuestro destino. Era una ciudad con ruinas de tanto edificios antiguos como modernos. Apenas entramos a la ciudad lo primero que noté fue el silencio.

"Esta ciudad parece ser europea." dijo Iskandar, quien mandó a Facu a que hiciera un reconocimento del lugar para ver si habían enemigos. Yo saqué el diario de Lorne de nuevo, lo volví a leer y me fijé en el mapa, no estamos lejos de nuestro destino. Había algo raro sobre el diario que no podía identificar, así que lo volví a leer.

Los núcleos, Lorne recolectaba núcleos de monstruos para poder mantener con vida a su hija, pero hasta ahora ningún monstruo con el que nos hemos cruzado ha tenido un núcleo. Ahora que lo pienso no se si referirme a las bestias metálicas como monstruos, lo único que claramente era un monstruo era aquello que estuvo por atacarnos cuando nos enfrentamos por primera con el otro grupo.

"No puede ser." escuché a Mika, quien corrió hacia lo que parecía ser escombros. Apenas llegó a los escombros empezó a moverlos, sentí algo familiar desde los escombros, la ayudé a removerlos. Bajo los escombros había un cuerpo, tenía un brazo roto y su expresión era una de terror, había quedado como cuando murió, pero no era humano, externamente parecía serlo, pero era demasiado perfecto; además, del brazo roto un hueso metálico fracturado lleno de circuitos sobresalía, lo más importante, del cuerpo podía sentir ligeros restos de energía, energía similar a la mía, demasiado similar.

"Mika... no puede ser." dije alejandome del androide.

"Es un frankenstein." me contestó.


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