Capítulo 137

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Despierto con dolor en mis extremidades, intento moverme pero no puedo, cadenas clavadas en mis brazos y piernas me tienen suspendido en el aire. Miré alrededor, estaba todo oscuro, aunque no demasiado.

"Por fin despiertas." escuché decir a alguien.

Reconocí la voz de Cadmus, uno de los tres hombres que me atacó ayer, recuerdo que tenía ojos y cabello azul, además de verse joven.

"¿Qué quieren conmigo?" le pregunté.

Cadmus no me respondió, pero vi cómo era que me observaba fijamente, como s estuviera tratando de encontrar algo en mi rostro.

"¿Por qué me tienen encerrado?"

"Hay demasiadas razones, recuerda todo el daño que has causado." me respondió secamente.

"¿Entonces por qué no me han matado?"

Cadmus solo me observó de nuevo y movió la cabeza de lado a lado con resignación.

"¡Respóndeme!"

Cadmus se volteó y salió del lugar donde estaba encerrado. Aproveché para observar bien mis alrededores, estaba en una habitación con pinturas de monstruos, gente muerta, gente siendo torturada y del sol en las paredes, habían manchas en el piso, sangre seca, solo había una entrada y no habían ventanas ni lugar alguno por el cual escapar. Por el momento no voy a escapar, es riesgoso, pero los beneficios que puedo obtener son grandes.

No pasa más de un minuto hasta que vuelve Cadmus acompañado de Belerofonte, Perseo y una chica, puedo sentir con facilidad que es una diosa, su presencia se siente enorme y mirarla se siente como mirar a un animal feroz, pero al mismo tiempo bello.

"No eres un dios." dice la chica, veo que carga con un arco y flechas, debe ser Artemis.

"No, pero soy divinamente atractivo." le respondo.

Inmediatamente soy pateado en el lugar que más duele, vomito un poco y recuerdo a Scátach. Sonrío recordándola y recibo otra patada.

"¡Deja de hacer eso!." tal vez esté acostumbrado y pueda curarme con facilidad, pero no es algo placentero, todavía no he llegado a ese punto... no voy a llegar jamás a ese punto ¿no?

"¿Por qué viniste? No eres de este mundo y no eres bienvenido." dijo molesta Artemis.

"Creéme, quiero irme de este lugar mucho más que lo que tú quieres que me vaya."

"Sabes que podría matarte si así lo desara." dice ella no en tono interrogativo.

"Esta habitación..." comienzo, pero Artemis me patea de nuevo, o por lo menos trata.

"¿Qué?" Perseo cae al piso arrodillado.

"esta relacionada con una diosa de la obscuridad."

"Maldición." dice Artemis sacando su arco al mismo tiempo que los héroes a excepción de Perseo sacan sus armas.

Me transporté de vuelta a las afueras del Monte Olympo, me siento lleno de energía, esa habitación debe haber sido una de sacrificios o adoración a Nyx, la diosa de la noche, es un tipo de energía compatible conmigo,  me permitió trasportar el ataque de Nyx hacia Perseo.

El siguiente día lo paso explorando el Olympo transportandome y escapando cada vez que siento a alguien cerca. Encontré algunos lugares con energía similar y también la absorví, para cuando termino soy una persona totalmente distinta a la que era cuando llegué aquí, decido dejar este lugar tras unos días de no encontrar más lugares con energía obscura, necesito "digerir" lo que he absorvido. Me gustaría interactuar más con Artemis y los héroes, pero no parecen ser del tipo que se sienta a discutir en vez de pelear.

"Parece ser que ahora eres un poco más fuerte." escuché detrás mío.

Era el día que iba a dejar el Monte Olympo, había conseguido un mapa y quería ir a Esparta a ver si Aquiles estaba ahí.

"Odr."

El bastardo había aparecido detrás mío y estaba flotando relajado, no puedo evitar pero detestar a este tipo.

"Has pasado suficiente tiempo aquí, es hora de que vayas al siguiente."

"¿A qué te refieres con siguiente?"

"Ya verás."

"Espera..."

Luz me ciega y aparezco en el medio de un campamento lleno de soldados, el trasporte fué perfecto y demasiado rápido como para que pudiera reaccionar contra Odr.

"Mierda."



Realidades Infinitas: EvoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora