Navidad

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Me desperté por el sonido de la música que retumba por toda la casa, y justo en ese momento recordé que hoy es navidad. Tome mi celular y salí de mi habitación con algo de molestia por los villancicos que se escuchan. Llegue a la sala donde está el árbol de navidad  con los regalos, evite sentir emoción.

Por dios Katina ya eres grande.

Mirta aparece con galletas y leche.

—Feliz Navidad Katina. — me dice mientras yo mantengo un semblante serio.

—La música es escandalosa, ¿donde está mamá?.

—En la cocina preparando el desayuno con Fernanda, ¿quieres galletas?

—No gracias — le respondí caminando con rumbo a la cocina.

Al llegar observo a mamá quien tararea la música de fondo acompañada de Fernanda, se ven felices. Al verme ambas sonrieron ampliamente.

—¡Feliz Navidad! — gritaron ambas al unísono.

Sonreí falsamente. —¡Eh súper!

—Vamos Katina es Navidad ya deja esa actitud. — me pide Fernanda.

—¿Que actitud? Mamá, qué cocinas tengo hambre.

—¿Ni siquiera vas a arreglarte? — pregunta mi madre.

—Son las ocho de la mañana, ¿debería hacerlo? — le respondí cortante.

—Pero es Navidad — interviene Mirta.

No seas grosera katina.

—Y ¿eso qué?

Fernanda rodó los ojos —Ya dejenla, no ven que ella no cambiara esa actitud que tiene desde hace meses, ni siquiera hace el intento por el simple hecho de ser navidad — dice molesta preparando ensalada.

—Perdon por arruinar su momento feliz. — le dije.

—Es navidad, no peleen — ruega mamá viéndonos a ambas.

—Pues dile que no se meta conmigo — respondí, mientras saco una jarra de jugo de la heladera.

—¿Que tal si abrimos los regalos? —sugiere Mirta.

—Si, solo terminamos el desayuno y los abrimos, ¿no te emociona Katina? De niña solías estar desesperada por abrirlos.

—Ya crecí mamá — le dije revisando mi facebook.

Tengo muchas notificaciones y mensajes, de la compañía y de mis amigos. Deseandome una feliz navidad.

Porqué a todos les emociona, no digo que a mí no me emocione, pero creo que exageran.

—Katina podemos hablar a sola — me interrumpe Fernanda.

—No, voy a leer a la biblioteca. — le dije levantándome de la silla.

— Katina por favor — insiste

—Vale, pero que sea rápido. — acepto caminando con ella a la sala de estar.

Nos sentamos en un sofá y ella parece estar nerviosa.

—Dime, de una buena vez — le exigí.

—Conmigo no tienes que portarte de esa forma ¿sabes? Te conozco ¿dime que te paso? ¿Por qué cambiaste tanto?.

Ahs ella es tan entrometida, pero siempre hace que le diga la verdad, así sea ha regañadientes.

—No sé por qué dices que cambié, y no paso nada, simplemente me apague y ya. — le dije cabizbaja.

Besame Sin Sentir [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora