Repercussion (Clexa AU) #PGP2018

Epílogo

Soy Samantha Griffin Woods y esta es mi historia.

En realidad, no sé por dónde empezar. Por el principio sería lo más conveniente, pero no sé si lo más correcto. Quiero contar la historia de mi familia, no solo la mía propia. Creo que el mundo se merece conocer la verdad.

Empezaré hablando de mí y luego hablaré de mi familia. Como ya he dicho anteriormente mi nombre es Samantha, durante un tiempo mi apellido fue solo Woods, pero desde hace doce años mi apellido también es Griffin.

Tuve una infancia buena, aunque no fue normal. Mis primeros seis años de vida, no es que fueran malos, pero si complicados. Mi madre es Lexa Woods, es un soldado. Ella es Comandante, aunque ahora se dedica a entrenar reclutas ha mantenido su rango y es respetada por todos.

Se marchó de casa cuando cumplí los dos años de edad. Estaba intentando protegerme a mí y a mis abuelos. A pesar de todo volvía cada año para asegurarse de que estaba bien. Ese tiempo con ella era el mejor de mi vida, la echaba mucho de menos cuando estaba fuera. Durante su ausencia mis abuelos nunca dejaron de hablarme de ella.

Al estar sin mi mayor apoyo, mi madre, me volví tímida y retraída. A penas hablaba y cuando lo hacía utilizaba el lenguaje de signos. No tenía muchos amigos tampoco.

Pero todo cambio en mi sexto cumpleaños. Mi madre volvió a casa, pero ella estaba herida. Había perdido su visión y una de sus piernas estaba gravemente dañada. Fue en ese momento en el que conocí a Clarke Griffin. Ella se convirtió en mi madre y en un referente para mí.

Me sacó de mi pequeño mundo. Hablaba conmigo utilizando el lenguaje de signos y me mostró como relacionarme con los demás a través de los animales. Ella me regaló a mi bebé OJ. Es el niño de mis ojos, mi compañero. Sin él estaría perdida.

Tener a mamá de vuelta en casa fue duro. Ella me odiaba y yo empecé a odiarla a ella, pues no entendía que la pasaba conmigo. Pero Clarke estuvo ahí para ayudarnos a ambas, para reconstruir nuestra relación perdida.

Clarke ayudó a mamá a sanar. No solo su cuerpo, sino su mente. Nuestra familia ha estado llena de secretos y estos nos han perseguido. Pero todo acabo hace años y ahora somos una familia normal y corriente.

- ¡Esto es una birria! –se quejó guardando lo poco que había reescrito para evitar que se borrara. La cabeza peluda de OJ la miró sin entender- quien lea esto vomitará de lo aburrido que es.

-Nadie que lea algo tuyo hará eso –Samantha se giró en su silla para encontrarse con la mirada risueña de Miguel. Sus ojos azules brillaban con diversión al ver el ceño fruncido de la chica- deja de darle vueltas y vamos a trabajar.

Con un suspiro se puso en pie y cogió las llaves del coche.

-Me está quedando una biografía horrible –se quejó mientras bajaban las escaleras. Por suerte estaban solos y podía gritar todo lo que quisiera.

- ¿Cuántas veces la has reescrito en los últimos meses? –preguntó el chico abriendo la puerta- ¿Unas veinte?

-Treinta –contestó cerrando con llave- pero sigue sin gustarme.

- ¿Por qué no dejas que la lean? –preguntó al tiempo que se subían al coche.

-Porque vomitarán cuando lo hagan –el muchacho rodó los ojos ante sus palabras, pero dejó el tema.

..-.-...

Clarke ayudó a mamá, a pesar de que Lexa intentó huir de nuevo para protegernos. Esta vez las cosas no salieron como planeaba. Pero Clarke estuvo allí para salvarla. Ella junto a su familia y mis abuelos. Sacaron a mi madre de un avión donde probablemente habría muerto.